Su hija Isabel saludó a Fidel, a quien consideró un «leal y entrañable amigo de su padre», deseó éxitos a Raúl, y agradeció la solidaridad de Cuba. Reconoce también el gesto de la Isla, que conservó durante años valiosos documentos personales e históricos del líder de la Unidad Popular de Chile, y acaba de retornarlos a sus descendientes. Fue un inmenso regalo, dijo Un saludo cariñoso a Fidel Castro, «leal y entrañable amigo» de Salvador Allende y el agradecimiento por «el hermoso escrito que elaboró sobre mi padre», los «mayores éxitos» a Raúl frente a los desafíos de hoy, y el agradecimiento a Cuba por su solidaridad, estuvieron en el emotivo mensaje de Isabel Allende Bussi, la hija del Presidente chileno inmolado en La Moneda, en sus palabras de anoche, durante el acto celebrado en La Habana con motivo del centenario de su padre.
«Gracias, pueblo de Cuba, por recordarlo con tanto cariño y mantener vivo su nombre», dijo Isabel en el acto, presidido por el titular del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón de Quesada, y el primer secretario del Partido en Ciudad de La Habana, Pedro Sáez, ambos miembros del Buró Político, así como por otros dirigentes del Partido, del Gobierno y la UJC y con la presencia del embajador de Chile en La Habana, Jaime Toha, en un teatro Astral colmado por representantes de organizaciones estudiantiles y sociales, de las FAR y el MININT y de la Asociación de Combatientes, así como por vecinos de la capital.
La vigencia de las ideas de Allende en un mundo atenazado por una crisis global y la multiplicación de su pensamiento hoy en América Latina fue apuntada por Fernando Remírez de Estenoz, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, quien recordaría también que fue el imperialismo la principal fuerza de oposición al proceso de transformaciones acometido por el gobierno de la Unidad Popular de Allende, y artífice del golpe que condujo a su muerte heroica y la tragedia que sobrevino, con la dictadura fascista, sobre el pueblo chileno.
La derecha, las transnacionales y Estados Unidos se confabularon; ello, junto a nuestros propios errores, llevaron al 11 de septiembre, analizaría Isabel Allende.
Es una enseñanza que los revolucionarios jamás podemos olvidar, enfatizó, por su lado, Remírez de Estenoz. El de hoy, dijo, es el mismo imperio.
La trayectoria, el pensamiento y el legado del presidente Allende fueron enumerados por ambos oradores.
La hija, al recordar el temprano abrazo de su padre a la lucha desde sus tiempos de estudiante hasta la fundación del Partido Socialista en Valparaíso, y apuntar la vocación pública a la que dedicó su vida, y su deseo de una nación socialista en democracia, pluralismo y libertad.
Remírez, cuando lo calificó de «revolucionario consecuente» que murió materializando lo prometido un año antes cuando declaró a la prensa: «cumpliré el mandato que el pueblo me ha dado». Así murió luchando en La Moneda, portando el fusil AK que le había regalado Fidel.
En su breve pero intenso mandato, nacionalizó el cobre, la banca, y emprendió la reforma agraria, como primeros pasos para lograr esa sociedad justa y sin exclusiones que hoy sigue siendo sueño de los chilenos, como señaló Isabel Allende.
PATRIMONIO QUE VUELVE
Una nota de Fidel Castro invitando a su padre a venir para el XX aniversario del Moncada, un poema de Pablo Neruda y un libro dedicado a Allende por el Che con la firma de algunos de los hombres de su guerrilla, están entre los valiosos documentos que llevó a Chile, hace unos días, el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal, y que Isabel Allende Bussi ha considerado un «inmenso regalo».
Los documentos llegaron a Cuba con su otra hija, Beatriz, en 1973, y tras su fallecimiento fueron conservados en la Isla hasta el retorno ahora a una familia y un pueblo que, como resultado del golpe y el arrasamiento de todo por los fascistas comandados por Pinochet, conservan muy pocos objetos personales de líder de la Unidad Popular.
Cuba es un recuerdo inolvidable de la solidaridad internacional, insistió Isabel.