Lismany Ferrales es uno de los jóvenes candidatos a Novato del Año. Autor: Tomada de su perfil de Facebook Publicado: 01/06/2024 | 11:13 pm
Con el liderazgo preponderante que están teniendo varios viejos conocidos en la actual campaña beisbolera, parece difícil distinguir al filo del juego 62 algunos destellos estadísticos de jugadores novatos. Ciertamente, no abundan, y hay que sumergirse en las profundidades de los números para encontrarlos.
De hecho, en la mayoría de los equipos tampoco resaltan individualidades de los noveles muchachos que integran las nóminas, ni han llevado un peso importante en sus resultados, salvo algunas excepciones. Pero todo tiene un precedente y, en este caso, el cúmulo de factores en los últimos tiempos sigue cobrando factura. Conocemos que la migración de los principales jóvenes desde edades muy tempranas constituye uno de los motivos de la ausencia de talento en el béisbol cubano. Como también haber perdido durante dos años consecutivos el necesario escalón de la Serie Nacional sub-23 ha profundizado esas lagunas en nuestra pelota.
Frente a las carencias endógenas, el relevo generacional del equipo Cuba cada vez hay que mirarlo más agudamente hacia afuera, si queremos aspirar a puestos de privilegio en eventos internacionales a cualquier nivel. Es una realidad de Perogrullo que campea hace tiempo sobre las carencias evidentes en los terrenos del país. Sin embargo, ello no significa que hoy sea nulo el destaque de novatos en la 63 Serie Nacional, aunque sí preocupa muchísimo la pobre relevancia de estos últimos al empuñar el madero.
Puede darse, incluso, una porfía interesante para elegir al finalizar la actual temporada al Novato del año, que todo apunta a que saldrá desde lo alto de la «loma de los suspiros». Son los jóvenes serpentineros quienes más han destacado con sus números dentro de una serie desaforada a la ofensiva y, justo por ello, me inclino a que sea un lanzador quien se alce con el importante premio.
Cuando apenas restan 13 encuentros de la etapa clasificatoria, y en medio de una disputa encarnizada por los últimos pasajes a la postemporada, bien vale la pena ir echándole un vistazo a los candidatos que se perfilan como los mejores novatos de la campaña. Un total de seis lanzadores sobresalen con cifras destacadas durante su debut en esta Serie Nacional, pero solo mostraré en este trabajo los tres más relevantes. De ellos, tal vez, el diestro de los
Tigres avileños, Ediel Ponce, sea quien ostente las mayores credenciales.
En total, el muchacho de 18 años acumula números loables, con promedio de efectividad de 2.92 en 52.1 innings de labor, los contrarios le batean para .245 y su whip descansa en 1.38. Por si fuera poco, Ponce ha aportado a la causa de los Tigres, además, seis éxitos y apenas acumula dos descalabros. Se trata de un prospecto que, todavía en edad juvenil, sabe combinar muy bien sus lanzamientos rompientes y domina el importante cambio de bola. Sin duda, tiene herramientas y números que lo respaldan como un candidato de peso para el galardón.
Otro de los jugadores que se ha estrenado esta serie con excelentes dígitos es el granmense Lismay Ferrales. En la función que lo utilice el mentor de los Alazanes, Ángel Ortega, este joven cumple con creces su trabajo monticular. Tanto es así que exhibe un balance de seis ganados frente a un solo descalabro, le batean para un anémico .222, su whip es de 1.27 y el promedio de carreras limpias de 3.91 está muy por debajo de la media de la serie. En una temporada donde escasean los lanzadores controlados, Lismay resalta por el buen comando de sus picheos y, en 45.1 entradas de actuación, ha regalado 21 boletos.
Desde la salida del conjunto de los Vegueros por contrato en Italia de Erlys Casanova y Frank Luis Medina, el joven zurdo Randy Román Martínez encontró su puesto en la rotación abridora del mejor equipo de la temporada regular hasta ahora: Pinar del Río. Ciertamente, lo ha hecho bien y sus cinco victorias en diez aperturas junto a la efectividad de 4.17 así lo avalan.
El descontrol ocasional o la falta de concentración parecen ser el punto más débil de Randy Román, aunque lo compensan sus casi siete ponches como promedio cada nueve entradas (el más alto de los abridores pinareños). Sea o no el Novato del Año, este es uno de los muchachos con los que se puede trabajar a futuro, pues posee buenos lanzamientos rompientes, su recta roza las 90 millas y sabemos que escasean los lanzadores zurdos con esas características en nuestro patio.
Si bien la ofensiva lleva la voz cantante en la serie, no son los jóvenes quienes destacan en el cajón de bateo. Aun así, es válido resaltar el trabajo de otro novato pinareño, el jardinero Léster Benítez que, luego de regresar a los clásicos nacionales tras su incursión en el circuito de ligas menores del béisbol estadounidense, batea para .313 de average y ha disparado cuatro vuelacercas.
Con un poco de menos ruido, tal vez por la pálida actuación que van realizando este año los Cachorros de Holguín, Juan Christian Onofre está compilando una buena primera campaña en series nacionales. El veloz jardinero holguinero promedia para .293 y es segundo en bases robadas de todo el torneo con 18, apenas lo han cogido estafando las almohadillas en par de ocasiones.
Aunque resta camino por andar en esta 63 Serie Nacional, la disputa por el Novato del Año parece centrarse durante las semanas que restan en la loma de los suspiros, donde tres jóvenes brazos quieren continuar brillando.