Dayaris Mestre (abajo) quedó en quinto lugar. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:36 pm
RÍO DE JANEIRO.— Quinto lugar y similar cota a la conseguida hace cuatro años en Londres 2012. Esa fue finalmente la rúbrica este sábado de la judoca Dayaris Mestre (49 kilogramos), cuando todo vaticinaba que podría acceder al podio de los Juegos Olímpicos con sede en esta ciudad.
En su primera presentación, Mestre venció por shido (3-1) a Asaramanitra Ratiarison, de Madagascar. Entró algo tensa y recibió una amonestación por falso ataque. Pero reaccionó a tiempo, «calentó los motores» y tomó el ritmo del combate, para que el árbitro sancionara tres veces a su rival.
Imagino que, en el camerino, hubo algún que otro «halón de oreja», de su entrenador Armando Padrón. Y la espirituana salió decidida y veloz ante la española Julia Figueroa, sexta del ranking mundial, a quien apenas le dio respiro. Shido a favor en el comienzo, wazari de contrataque cuando faltaba un minuto —con eso ganó el combate— y yuko cuando restaban 15 segundos, ambos con técnicas de piernas.
No obstante, el convite se tornaba complicado, porque en la tercera pelea, su rival era nada más y nada menos que la anfitriona Sara Menezes, actual monarca olímpica, ante quien había caído dos veces en este año. La grada vociferaba «Sara, Sara, Sara…», pero Mestre puso oídos sordos a esa bulla. Le fue arriba como un ciclón, no la dejó trabajar, defendió bien… y la local terminó explotada. El árbitro le indicó el shido y con eso sentenció no solo la revancha de la cubanita, sino también su pase a una de las semifinales vespertinas frente a la sudcoreana Bokyeong Jeong, a quien nunca había podido derrotar.
Pero la perfección lograda en la sesión de la mañana se le escurrió horas después entre los dedos. Primero, quedó nuevamente a marced del talento de Jeong, quien la haló fuerte a los 11 segundos de iniciado el combate, y con una técnica de piernas, le aplicó el primer wazari. Casi al finalizar el combate la asiática le repitió la dosis que decretó el ippón.
Luego, en pos del bronce, Mestre iba ganándole por dos shidos a la kazaja Otgontsetseg Galbadrakh, a solo dos minutos de que cerrara el combate. Pero como nos comentó después su entrenador, «se dejó poner la mano arriba y su rival sabe hacer muy bien la técnica de kosoto gari. Se la aplicó y no pudo defenderse». Así, la espirituana cayó por ippón y se despidió de sus opciones de acariciar una presea olímpica.