De los ocho escuderos del equipo San Petersburgo (2706 puntos Elo) solo el cubano Leinier Domínguez (2723) ha jugado todas las partidas del actual Campeonato Ruso de Clubes de Ajedrez.
Además de su condición de invicto, es a quien más veces le ha tocado «bailar con la más fea», pues según los entendidos, las piezas negras parten con una pequeña desventaja. Para rematar, ha defendido los tres principales puestos de su elenco, reafirmando que las reiteradas invitaciones a una lid con pocos extranjeros, reconocen su calidad y temple.
No quiero ser chovinista, pero el güinero es uno de los protagonistas más sólidos de esta novela rusa, y hoy en su capítulo final muestra a los suyos como líderes, merced a 11 unidades.
Este viernes Leinier pactó rápidamente el armisticio con el vietnamita Le Quang Liem (2717), otra vez manejando trebejos oscuros, ante una sombra que le ha vencido ya en tres ocasiones —según mi cuenta—. El intercambio acabó tras 27 lances de una defensa Ninzoindia y sirvió para apuntalar la victoria de sus camaradas, airosos ante el SHSM (2707) por 4-2.
Las «cuchilladas» mortales salieron de las manos de los locales Peter Svidler (2747) y Maxim Matlakov (2653), victimarios del italiano Fabiano Caruana (2772) y del ruso Daniel Dubov (2614), respectivamente.
En la fecha del adiós debe enfrentar al anfitrión Sergei Zhigalko (2656), integrante del PGMB Rostov (2662). De acuerdo con los números, su rival de turno parece asequible, pero ya saben que las matemáticas no son tan exactas cuando se trata del juego ciencia, y un susto lo saca cualquiera.
En la tabla general de la justa, marchan detrás del San Petersburgo los muchachos del Malakhit (2738), quienes amasan diez rayas, seguidos por la tropa del PGMB, dueña de ocho.