La pertiguista pinareña Yarisley Silva ha sido protagonista de muchas de las buenas noticias del atletismo cubano. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 05:25 pm
CARRETERA A VIÑALES, Pinar del Río.— Menudo el cuerpo, minutos de sincronización, toma el paso, carrera de impulso, flexiona la pértiga, salto tremeeendooo de Yarisley Silva, subcampeona olímpica en Londres 2012.
«¿Inicios? Realmente no sabía que el salto con pértiga existía. En un principio hacía eventos combinados, era muy chiquita para el heptalón, para la garrocha también, pero tenía más posibilidades de hacer un buen papel en este último. Me enseñaron cómo se hacía, me gustó y comencé. Mi primer salto fue de 3,10 metros.
«¿Dificultades? Años atrás no recibíamos mucha ayuda institucional. Desde 2008 tengo la marca de 4,50 metros, podía estar con deportistas de la élite, en ese momento no tuve esa posibilidad. Carecíamos de muchos implementos, no teníamos garrochas, estas van con la talla, el peso. Sin eso no podíamos alcanzar grandes resultados».
«¿El 2011? Tuve logros anteriores, pero el año pasado alcancé buena actuación en mi primer Mundial y en los Panamericanos; fue cuando la gente empezó a conocerme».
«¿La final de la Olimpiada? Emocionante, no dormí, tenía miedo de no clasificar. Lo logré, me sentí mejor psicológica y físicamente. Pero hacía mucho frío, aire en contra. También hay cosas impredecibles, nunca pensé fallar en la primera altura. Realmente no me reprocho eso, lo que me pesa es no haber saltado los 4,80. Es de las competencias que siempre se saca experiencia».
«¿Concentración? La psicóloga dice que la mente es la que domina el cuerpo, entonces yo repasaba cómo tenía que hacer mi ejercicio, repetía en voz alta exactamente cómo quería que me quedara toda la rutina, el salto, la técnica. Respeto a todas las rivales, pero me concentro en mí, no puedo ocuparme en las otras competidoras. He llegado aquí porque tengo la fe en que puedo lograr cosas, me he sacrificado mucho».
«¿La Liga de Diamante? En realidad no pensaba ganarla, la Olimpiada era la competencia más importante del año para mí».
«¿Romperse una garrocha? Gracias a Dios, nunca. Este es un deporte de mucho valor y decisión, cuando se fragmenta un implemento te afecta psicológicamente, te inhibes en el movimiento, temes un golpe o caer fuera del colchón. Hay atletas que nunca lo superan».
«¿Miedo? En 2008, cuando salté 4,50 metros, tuve una lesión psicológica, no podía hacer lo que quería, no lograba despegar. Pasé un año y no me curé. Participé en Beijing, no hice un buen papel, me afectó mucho. Este deporte es tan traumático que a veces se tienen lesiones de esta índole».
«¿Lograr los 4,80? Quiero saltarlos, pero no deseo pensar más en ello, parece que tengo como una barrera psicológica, cada vez que me lo propongo. Tengo que trabajar en agarrar un poco más alto, hacer mejor paso en mi carrera y perfeccionar mi resultado. De que sí puedo, sí puedo. No sé si lo saltaré hoy o mañana, pero lo haré».
«¿Futuro del salto con pértiga? Actualmente no tenemos matrícula. La base no está creada, y así no habrá continuidad del deporte. Esto nos choca. Pienso que con nuestra actuación, seamos ejemplo y se inspiren más jóvenes en hacer este deporte».