Andrew Kahn, un australiano que vive en Adelaide, llamó el pasado miércoles a las 7:22 p.m. a la línea aérea Qantas para confirmar su vuelo y a las 11:01 a.m. del jueves —15 horas, 40 minutos y un segundo— todavía no le habían atendido y escuchaba la monótona voz grabada que le decía que un funcionario lo atendería «lo más pronto posible». Más que paciente, el empecinado señor Kahn, dijo al diario Sydney Morning Herald: «Yo quería encontrar qué significaba exactamente para ellos “lo más pronto posible», y nunca tuve una respuesta». Ahora investiga el incidente.