Jorge Oliver Medina, en una de las filmaciones en la azotea de los Estudios de Animación del Icaic Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 04/08/2020 | 08:03 pm
Tanto tiempo esperando los quince y de pronto la COVID-19 se creyó que le iba a echar a perder la fiesta a Cuadro a cuadro. Se nota que no conoce a Jorge Oliver Medina y a ese grupo de apasionados que se atreve a seguirlo. Tal vez algunos, los de menos fe, pensaron que por primera vez desde el verano de 2005 el popular espacio estaría ausente de la pantalla doméstica, desde que empezaron a ponerse en práctica las primeras medidas contra la pandemia y los Estudios de Animación del Icaic prácticamente se cerraron.
«Sin embargo, nos hicimos expertos en protegernos de ese “fenómeno” y sobre todo nos aprovechamos al máximo del trabajo a distancia, que para nosotros no es algo raro. Nos pusimos a buscar de inmediato un lugar donde filmar, tomando las medidas necesarias para asegurar la salud de nuestro reducido equipo, y nos quedamos con la azotea de los Estudios, que nos pareció ideal, a pesar de que el sol nos “machuca” a sus anchas. Fíjate que cuando hago par de tomas debo parar y ponerme delante del ventilador, porque el sudor me mata», confiesa el director general a JR.
«Sin dudas, constituye un reto no menor para los que montan, porque ahora no pueden meter al “viejo” dentro de la película. Cuesta realizar el espacio porque allá arriba no existe iluminación suficiente, pero tampoco las paredes están pintadas del color con el cual se hace el recortador, de modo que cada entrega es un invento, una prueba a vencer diferente, mas, por suerte, hasta donde sabemos, no nos han apagado el televisor con dos emisiones ya transmitidas, al menos no masivamente», dice el padre del Capitán Plin y su camarilla sin poder evitar que su sonrisa también se perciba a través del auricular.
Con una temporada que inició en Cubavisión el domingo 19 de julio, poco después de LCB: La otra guerra, y que ha exhibido hasta la fecha y por vez primera en el medio, Aves de presa (Cathy Yan), Las aventuras de Spirou y Fantasio (Alexandre Coffre) y Star Wars: El ascenso de Skywalker, la última de la saga de La guerra de las galaxias, de 2019, dirigida por J.J. Abrams, Cuadro a cuadro se ha visto obligado, sin embargo, a enfrentar la falta de producciones de estreno que se ha manifestado en este 2020 a causa de la funesta pandemia.
«Las grandes compañías en el mundo han preferido esperar a que sus películas se puedan ver en las salas de los cines, con tal de no perder esa entrada de dinero contante y sonante que necesitan. Y claro, por ese motivo hemos estado embarcados con los largometrajes de estreno de superhéroes. No obstante, hemos encontrado algunos que se pusieron hace dos o tres años, pero que no se han pasado por ninguno de los canales de la Televisión Cubana.
«A este coronavirus lo vamos a sacar del escenario, a diferencia de Cuadro a cuadro, que se mantendrá todo el tiempo que los televidentes quieran», afirma convencido Oliver. Por ahora serán nueve «capítulos» (hasta el domingo 13 de septiembre) de los cuales se han rodado seis. Y no obstante, JR pudo conocer los filmes a partir de los cuales se han armado las ediciones, con excepción de la que cierra el presente ciclo, que el escritor, director de cine de animación, historietista e ilustrador de literatura para niños quiere dejar como sorpresa.
En lo adelante, deberán ocupar el espacio: «Inuyashiki, realizada por Shinsuke Sato, con la cual intentamos satisfacer a quienes nos “presionan” para que pongamos más materiales de animación japonesa; y Bloodshot (Dave Wilson), un filme estadounidense lleno de acción.
«Estos filmes le darán paso a la cuarta entrega de Men in Black, Hombres de negro: Internacional y a la británica Jack Said, que completa una trilogía. El penúltimo programa tendrá un toque humorístico por el “chucho” del que es víctima su protagonista, Sylvester Stallone, quien en Bullet to the Head no deja de parecerse a una momia. Esta es tan mala como todas las otras películas que ha filmado ese señor».
De ayer a hoy
«La culpa no fue mía», se apresuró en aclarar el creador de La Isla del Coco cuando a JR se le ocurrió buscar la génesis de Cuadro a cuadro, «que partió de una necesidad de la Redacción de Cinematográficos de la TVC. Entonces, hace 15 años, Migdalia Calvo me pidió, porque me conocía de la época en que trabajábamos en la Organización de Pioneros, que le hiciera una propuesta relacionada con la historieta, y nosotros nos pusimos a soñar.
«Hablo en plural, porque llamé a mi hijo, Yuri Oliver Landa, el diseñador; a Portico (Mixael), como le decimos al hijo de Manuel Porto, quien en aquel tiempo trabajaba conmigo ya, y juntos decidimos contar qué sucede con la historieta cuando pasa al cine, y viceversa. Pero también queríamos decirle a la gente que los superhéroes, como ellos los pintan, no existen en la vida real. Por ahí empezamos...
«Al principio mis comentarios eran larguísimos, al punto de que no había quién se los “disparase”. Yo hasta me cansaba, pues me metía casi una hora hablando, pero poco a poco, y entre todos, hemos ido puliendo el programa. Que quede claro: esto es un team de pelota y el mánager no es el único, ni tampoco mago. En esta linda locura participa un grupo estelar que lo integran: Mixael Porto, director para TV; Esther Hirzel y Armando Alba, productores ejecutivos (este último editor al igual que Alain Escobar y Javier Martínez Acosta); Camilo Ferrera, encargado del sonido y la banda sonora; Abel Roque, luminotécnico; Rafael Enríquez Cambré, productor; y Milagros Coromina, asesora. A ellos se suman los colaboradores de siempre y los nuevos historietistas.
«Nosotros funcionamos como un gran equipo. La idea más loca que se le pueda ocurrir a cualquiera, la cogemos con mucha seriedad y la apadrinamos o la destripamos. Así fue como decidimos, por ejemplo, que Cuadro a cuadro tuviera dos conductores: yo y una silla que quedó medio obsoleta, después de habérmela prácticamente robado de casa de una prima mía cuando estábamos realizando las primeras ediciones.
«Como expliqué, eran programas muy largos y me cansaba. Entonces dije que me sentaría, hasta que me vio la gran comunicadora Miriam Muñiz, mi maestra, quien me alertó: “Oliver, ten mucho cuidado, porque si te ven a ti también, los extranjeros que miren nuestra televisión creerán que todos los conductores cubanos son inválidos: nadie camina, nadie se mueve…”. A partir de ese momento, nosotros estudiamos el guion, lo discutimos y cuando todo el piquete está de acuerdo, me sueltan en el recortador y Portico me cae atrás. Mucha gente ha visto en lo que hacemos una nueva “óptica” o “estética”, pero no hay nada de eso, solo nos divertimos tremendamente a la hora de grabar el espacio a lo “bestia”. Nosotros nunca sabemos cómo será el próximo Cuadro a cuadro hasta que no estamos en el set.
«Quizá lo que más les complace a los jóvenes es la manera como nos relacionamos con ellos y con los televidentes en general, o sea, tratamos de que todos nos entiendan, no pretendemos ser sabios ni críticos de arte, solo expresamos nuestra opinión sobre ese cine en específico que viene de la historieta o tiene que ver con ella.
«A ver, detrás hay una intención declarada: ¿hasta cuándo vamos a seguir viviendo en Cuba sin historieta? Se publican demasiado pocas. Somos conscientes de que existen problemas con el papel, con las imprentas, pero si las publicaciones que tiran uno o dos números al año se apretaran un poquito para hacerles un espacio mínimo a estos creadores, estoy convencido de que lograríamos una gran enciclopedia, en la que incluiríamos a los grandes que ya no están, mas constituyen una referencia, y especialmente, a los nuevos que van surgiendo, y que en su mayoría publican fuera del país, en vez de en casa».