Jesús Gómez Cairo, director del Museo Nacional de la Música. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 05:17 pm
Los libros El arte de Benny Moré, de José Reyes Fortín; Brouwer. Del rito al mito, selección de Radamés Giro; Lo permanente en nuestra música, de María Antonieta Henríquez; y Trío Matamoros, de Ezequiel Rodríguez, son los cuatro textos del sello Ediciones Museo de la Música —presente por primera vez en la Feria Internacional del Libro— que fueron presentados este viernes, en la sala Nuestra América, de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña.
Durante la presentación, el investigador y musicólogo Radamés Giro afirmó que el objetivo principal del sello —nacido de manera oficial en 2007 con tres producciones: el libro Espadero, música y nación en Cuba Colonial, de Cecilio Tieles; el fonograma Espadero. Obras para piano, y una colección de partituras—, es el rescate del patrimonio musical cubano en formato de libros y partituras para promover aspectos poco conocidos de nuestra cultura.
Agregó que «la labor de investigación musical es complicada, pero apasionante. Por ello la editorial deviene una alegría porque se erige como fuente principal de literatura para atesorar esos saberes».
En declaraciones a JR, Jesús Gómez Cairo, director del Museo Nacional de la Música, comentó que la presentación del sello, con un stand en la Feria, «constituye un suceso de marcada relevancia pues este espacio brinda opciones múltiples para obtener mayor visibilidad de la labor que realizan el Museo y el sello en pos de conservar, profundizar y divulgar todo el tesoro musical cubano.
«A su vez —precisó— nos abre las puertas para entrar en contacto con un público amplio y heterogéneo, y nos permite poner al alcance de esos lectores aquellos conocimientos que tributan al enriquecimiento de nuestra cultura. Es también una forma de prepararnos para emprender proyectos más grandes».
Para Gómez Cairo, aunque el sello existe desde 2007, esta oportunidad los ayuda a ganar un espacio de reconocimiento.
—La presencia en la Feria también los pone en contacto con el público joven. ¿Cuán importante les resulta esta posibilidad?
—Los jóvenes conforman un sector estratégico. Para dar mayor alcance a nuestros empeños es de vital importancia que ese público nos conozca. La juventud lleva consigo el relevo y la clave que harán trascender los conocimientos y ese patrimonio que queremos proteger y destacar.
«Nos interesa mucho nutrirnos de ellos, saber qué piensan, pues así tendremos un medidor, una forma de saber cuáles son los derroteros de nuestra música, su estado y cómo es percibida e incorporada».
—¿Qué representa para el sello ser una editorial que se distingue por su especialización en el rescate literario del patrimonio musical cubano?
—Decir patrimonio no es aludir solamente a lo añejo, lo antiguo y lo pasado, es también referirse inevitablemente a lo contemporáneo, a aquello que va naciendo e integrándose a ese caudal ya existente. Por eso, para nuestro colectivo, la labor adquiere mayores dimensiones, ancladas todas en el propósito de construir un testimonio bibliográfico que pueda ser compartido por todas las generaciones.