Músico brasileño Egberto Gismonti. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:02 pm
El músico brasileño Egberto Gismonti recibirá el próximo sábado el Premio Cubadisco Internacional, otorgado por su álbum Saudacoes (Saludos), una propuesta de enriquecedora armonía con la orquesta cubana Camerata Romeu.
Un día antes realzará con su presencia el cierre del II Festival de Música de Cámara Leo Brouwer, cuyo programa final, bajo el título De Brouwer para Gismonti, es una reverencia, desde el arte, de su colega cubano, quien compuso en su honor Gismontina, una pieza para guitarras y cuarteto de cuerdas.
Saudacoes consta de dos discos, uno de ellos Dueto de violoes, a dos guitarras con su hijo Alexandre. El otro incluye la suite Sertoes Veredas, compuesta especialmente para la orquesta femenina de cuerdas, grabado aquí en agosto de 2006, en el teatro Amadeo Roldán.
«Es una especie de viaje a través de Brasil en que (Gismonti) nos revela los diferentes rostros de su pueblo, de su cultura y su historia, en un permanente intercambio entre música, literatura y cine, donde nada es intocable y todo sufre una profunda transformación», señala Lilian Dias en las notas que acompañan al álbum.
Sin embargo, añade, la traslación de ese escenario al lenguaje de la música nos conduce por un conjunto de recuerdos y alusiones, voces y colores, sonidos e imágenes.
«En ese contexto estaba nuestra Camerata Romeu -expresa Zenaida Romeu- traduciendo, con su voz y manera de hacer, los sentimientos de Gismonti hacia la producción espiritual completa de su gran país. Teníamos un trabajo por hacer difícil, diferente y único, pero por la misma razón muy atractivo».
El Premio Cubadisco, que otorga el Instituto Cubano de la Música, será entregado al compositor brasileño -heredero y continuador del legado de Heitor Villalobos- en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, una de las joyas arquitectónicas del centro histórico habanero.
Bajo la depurada y espléndida conducción de Zenaida Romeu, su directora, la Camerata interpretará seis de las siete partes de la Suite, en el ámbito conventual de esa Basílica de acústica diáfana, privilegiada.
Fundada en 1993, la Camerata es una de las joyas de la música cubana, que conjuga virtuosismo y pasión, talento, fidelidad absoluta a su raíces y principios estéticos. Una joya exquisita, diamantina, tallada con celo e inspiración por la maestría de su orfebre, Zenaida Romeo.