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Un promedio de 3 000 llamadas al mes desde el pasado marzo hasta la fecha —período en que la COVID-19 se ha propagado por el país— se reciben a través de la Línea Confidencial Antidrogas, servicio que amplió su alcance para ofrecer orientación y apoyo sicológico en lo concerniente a la salud mental a partir del auge de la pandemia.
Creado en 2002 por el Ministerio de Salud Pública y con la premisa de ser una consejería gratuita, anónima, confidencial y especializada, el servicio extiende sus bondades para brindar la ayuda que, desde el punto de vista sicológico, la población necesita. Tiene un funcionamiento diario y de 24 horas mediante el marcado del código 103, libre de costo desde la telefonía fija y móvil.
El licenciado en Sicología Geovanni Leal Luque, coordinador nacional de esta alternativa de atención, comenta a Juventud Rebelde que se han sumado sicólogos y profesionales de otras ramas afines a los especialistas de promoción de salud que habitualmente trabajan en el servicio, con el objetivo de dar una ayuda totalmente oportuna y veraz.
«Entre mayo y junio se recibieron más de 10 000 llamadas, fundamentalmente para solicitar apoyo sicológico a partir de situaciones de estrés, ansiedad y depresión, vinculadas a la situación sanitaria actual, lo que evidencia no solo la necesidad de la población en este sentido, sino también las bondades de nuestro servicio.
«Según las condiciones epidemiológicas, decrecen las llamadas, aunque se han mantenido en considerable número las procedentes de La Habana, Villa Clara, Cienfuegos, Holguín y Artemisa. El 65 por ciento son realizadas por mujeres, por lo que exhortamos a los hombres a dirigirse al servicio, pues no necesariamente ellas son las únicas que pueden exponer sus emociones y pedir ayuda», señaló.
Leal Luque ponderó el apoyo de profesionales que, de manera voluntaria, se han incorporado al equipo de trabajo para reforzar la atención por esta vía.
«Otras alternativas de apoyo sicológico en tiempos de la COVID-19 coexisten en la actualidad, como las que propone el servicio de adicciones del Centro de Orientación y Ayuda Sicológica a la Población, perteneciente a la Facultad de Sicología de la Universidad de La Habana, a través de una línea telefónica y espacios en las redes sociales.
«Lo importante es que todos cooperemos en un contexto en el que podemos ser vulnerables en calidad de enfermo, familiar, contacto, sospechoso o, simplemente, ser humano que vive en sociedad».
