El Presidente cubano visitó la recientemente inaugurada Planta de Cápsulas Blandas Autor: Estudios Revolución Publicado: 02/02/2019 | 10:45 pm
En medio de la vorágine que nos ha dejado el tornado de La Habana, de una agenda que aumenta en intensidad, la Isla no renuncia a mirar con luz larga y a soñar en grande con el bienestar de sus hijos. Por eso en la mañana de este sábado el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, visitó varias entidades pertenecientes a la Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE) BioCubaFarma, institución insignia de la Biotecnología cubana.
El primer punto del recorrido fue la Unidad Empresarial de Base (UEB) Citox, perteneciente a la Empresa Productora de Medicamentos AICA. Allí, donde, con esta, es la tercera vez que el Jefe de Estado visita el lugar, se ha venido realizando un proceso de recapacitación en pos de lograr el estándar de calidad más alto.
Eso explica que el momento haya resultado propicio para entregar oficialmente a la planta —de donde nacen 11 productos destinados a la terapia contra el cáncer— el Certificado de Buenas Prácticas de Fabricación, condición que otorga en Cuba el Centro para el Control Estatal de la Calidad de los Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed).
En la antesala de la fábrica, en un encuentro con directivos y trabajadores del lugar, que también contó con el vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros Roberto Morales Ojeda, ofreció una explicación el director general de la Empresa AICA, Antonio Vallín García, quien expresó que, aunque no era el momento de la inauguración, este sábado era como si lo fuera en el sentido de que, hasta esa mañana, la UEB, actualmente con unos 80 trabajadores y con una edad promedio del colectivo por debajo de los 30 años, había recorrido un intenso camino para rescatar los más altos estándares de calidad.
Díaz-Canel Bermúdez comentó que solo con un trabajo inteligente y arduo durante más de dos años, de observación, de espíritu crítico, se ha podido llegar a un resultado de confianza, de estabilidad y de calidad. En su entender, las situaciones complejas que en su momento se dieron fueron aprovechadas «para llevar a la planta al mejor momento, momento al que tenemos que llevar a todas las plantas, para realmente cumplir con todas las regulaciones y mantener el prestigio bien ganado que tiene la producción de medicamentos».
«Por lo tanto —enfatizó el Jefe de Estado—, creo que al colectivo hay que transmitirle ese reconocimiento por lo perseverantes que fueron, por lo innovadores que fueron, y también por la entrega que tuvieron para que todo saliera de una manera coherente y armónica». De lo que se trata ahora, dijo, es de mantenerse y seguirse desarrollando.
El siguiente destino del recorrido fue la Empresa Productora de Medicamentos AICA, la cual ostenta una cartera de productos que abarca 180 medicamentos y garantiza los servicios de programas del Sistema Nacional de Salud, entre los que se encuentran el materno infantil, Oncología, Cardiología, Atención al grave, Sicofármacos, Higiene y Epidemiología, Antibióticos inyectables, Actividad quirúrgica, entre otros.
Desde la llegada misma a la Empresa, el Presidente apreció lo agradablemente que estaba diseñado el lugar. Por eso volvió a la idea, que suele compartir con frecuencia, alusiva a la necesidad de que las personas trabajen en las mejores condiciones posibles, las más enaltecedoras. La belleza de este lugar, afirmó, prueba que es posible hacerlo.
En AICA Díaz-Canel escuchó en voz de su director general, Antonio Vallín, sobre los esfuerzos allí realizados en pos de un proceso de renovación paulatina. La meta sigue siendo, explicó, poder mantener el nivel de abastecimientos de medicamentos para los cubanos, mientras se tiene también una capacidad exportadora.
Dentro del plan de inversiones iniciado en 2017, la Empresa se había propuesto crear un laboratorio de metrología. Contó Vallín que el centro contaba con un grupo de especialistas muy buenos, los cuales se desempeñaban en un espacio que no contaba con las óptimas condiciones. Este sábado, ya listo el laboratorio con todas las facilidades, el Presidente Díaz-Canel, acompañado del vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Roberto Morajes Ojeda, y de trabajadores y directivos de la Empresa, dejó inaugurado tan importante recinto en el cual las cosas se hicieron con ingredientes de Cuba, gracias a las utilidades que le nacieron a la Empresa.
En otros lugares cardinales para el bienestar
El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), perteneciente a BioCubaFarma, tiene como misión investigar, desarrollar, producir y comercializar novedosos productos biofarmacéuticos que generen un impacto positivo en la salud humana, las producciones agropecuarias, acuícolas y el medio ambiente. En sus horizontes está contribuir al desarrollo económico y social del país.
Hasta ese importante lugar llegó Díaz-Canel, quien fue informado al detalle sobre la fase de puesta en marcha tecnológica de una planta diseñada para la producción industrial de las proteínas recombinantes de EGF y P64K, principios activos de la vacuna Cimavax, producto que se emplea en el tratamiento a pacientes con cáncer de pulmón. La planta hará posible, además, una ampliación para la producción, a mediano y largo plazos, de principios activos como el Heberprot—P (producto líder del centro, el cual favorece la cicatrización de úlceras en pacientes con pie diabético e impacta en la disminución del riesgo de amputación), así como el Heberferon (producto para tratar el cáncer de piel).
En ese punto del recorrido el Jefe de Estado visitó un taller cuya puesta en funcionamiento hará posible mejorar otros espacios de los trabajadores, y mostró especial interés por pequeños huertos del centro donde se experimenta en el universo de la biotecnología agrícola. El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros conversó sobre asuntos como la calidad de la semilla cubana y las condiciones para que ella sea mejor, así como sobre el valor de amplificar experiencias que hoy tienen lugar a pequeña escala.
El periplo cerró con la visita a la Planta de Cápsulas Blandas perteneciente al Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) —el cual fue el primer centro científico, fundado por Fidel, con carácter multidisciplinario dentro de la Revolución.
La Planta de Cápsulas Blandas fue inaugurada el pasado 18 de enero, y una vez que se obtengan las licencias de las autoridades regulatorias, hará posible la producción de cápsulas de Palmex, y de Sacha Inchi —el primer producto, con notables propiedades antioxidantes, se obtiene del palmiche de la palma real cubana, el cual actúa favorablemente en el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna; y el aceite de Sacha Inchi tiene una acción comprobada en la reducción de los niveles de triglicéridos en la sangre.
Única de su tipo en el país, la fábrica es el resultado de la colaboración entre la empresa china Hubei-China Pharmaceutical Ltd, el CNIC, y la entidad de Ciencia y Técnica Sierra Maestra. Tiene una capacidad de producción de 45 000 cápsulas por hora, lo cual permitirá un estimado de producción de 200 millones de cápsulas anuales en doble turno de trabajo.
Antes de despedirse de un lugar tan valioso para el bienestar de los cubanos, Díaz-Canel escribió en el Libro de visitantes: «Muy alentador apreciar cómo en tiempos difíciles seguimos avanzando en la incorporación de nuevas tecnologías para la producción de medicamentos.
«Un colectivo joven, con mucho empeño y compromiso.
«Un ejemplo de la amistad y colaboración entre China y Cuba.
«Un beneficio para la salud del pueblo cubano y para el desarrollo de BioCubaFarma.
«Felicitaciones y éxitos».
Justamente se trata de eso: de crear y de querer desarrollarnos aun cuando los tiempos sean difíciles.
Díaz-Canel mostró especial interés por pequeños huertos del CIGB.