La tecla del duende
Las verdades esenciales, que a algunos les cuesta entender, caben, como dijo el cubano mayor, en «el ala de un colibrí». Navegan sobre el filo de las épocas y llegan a nosotros siempre como un canto nuevo. Así sucede con las enseñanzas que el gaucho Martín Fierro dejó a sus hijos, cápsulas de vida en letra imperecedera del argentino José Hernández.
(…) Ni el miedo ni la codicia/ Es bueno que a uno lo asalten,/ Ansí, no se sobresalten/ Por los bienes que perezcan,/ Al rico nunca le ofrezcan/ Y al pobre jamás le falten.// Bien lo pasa hasta entre pampas/ El que respeta a la gente;/ El hombre ha de ser prudente/ Para librarse de enojos;/ Cauteloso entre los flojos,/ Moderado entre valientes.
El trabajar es la ley,/ Porque es preciso alquirir;/ No se espongan a sufrir/ Una triste situación:/ Sangra mucho el corazón/ Del que tiene que pedir.// Debe trabajar el hombre/ Para ganarse su pan;/ Pues la miseria, en su afán/ De perseguir de mil modos,/ Llama en la puerta de todos/ Y entra en la del haragán.
A ningún hombre amenacen/ Porque naides se acobarda,/ Poco en conocerlo tarda/ Quien amenaza imprudente,/ Que hay un peligro presente/ Y otro peligro se aguarda.// Para vencer un peligro,/ Salvar de cualquier abismo,/ Por esperencia lo afirmo:/ Más que el sable y que la lanza/ Suele servir la confianza/ Que el hombre tiene en sí mismo.// Nace el hombre con la astucia/ Que ha de servirle de guía,/ Sin ella sucumbiría,/ Pero, sigún mi esperencia,/ Se vuelve en unos prudencia/ Y en los otros picardía. (...)
Muchas cosas pierde el hombre/ Que a veces las vuelve a hallar;/ Pero les debo enseñar,/ Y es bueno que lo recuerden:/ Si la vergüenza se pierde/ Jamás se vuelve a encontrar.// Los hermanos sean unidos,/ Porque ésa es la ley primera./ Tengan unión verdadera/ En cualquier tiempo que sea/ Porque si entre ellos pelean/ Los devoran los de ajuera.//
Respeten a los ancianos,/ El burlarlos no es hazaña/ Si andan entre gente estraña/ Deben ser muy precavidos/ Pues por igual es tenido/ Quien con malos se acompaña.// (…)
Procuren de no perder/ Ni el tiempo ni la vergüenza/ Como todo hombre que piensa/ Proceder siempre con juicio/ Y sepan que ningún vicio/ Acaba donde comienza.//Ave de pico encorvado/ Le tiene al robo afición/ Pero el hombre de razón/ No roba jamás un cobre/ Pues no es vergüenza ser pobre/ Y es vergüenza ser ladrón.// (…)
Procuren si son cantores,/ El cantar con sentimiento,/ Ni tiemplen el instrumento/ Por sólo el gusto de hablar/ Y acostúmbrense a cantar/ En cosas de jundamento.// (…)
Estas cosas y otras muchas,/ Medité en mis soledades/ Sepan que no hay falsedades/ Ni error en estos consejos/ Es de la boca del viejo/ De ande salen las verdades.
Cosita: 1+1=1. Cosito
Leysi: En este cumpleaños te regalamos un pedazo de cielo, para que te encierres en él.