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Los dólares norteamericanos sirven para más armas, pero no para remediar lo que estas provocan en Iraq. Foto: AP Ahí está el insistente George W. Bush solicitándole nuevamente al Congreso más de 124 000 millones de dólares para un financiamiento adicional de las guerras en Iraq y Afganistán. Vetó las amarras de una fecha que obligaba la retirada de sus tropas y se queda sin presupuesto para sostener a los casi 160 000 efectivos que tiene hollando las tierras del Tigris y el Éufrates. La controversia con el Congreso se mantiene, pero se negocia en busca de una solución perentoria, cuando la cuenta de gastos para el escenario bélico sobrepasa los 456 000 millones de dólares.
Un periódico estadounidense, el Boston Globe, se hizo —y les hizo a sus lectores— esta pregunta: ¿Qué podría comprarse con 456 000 millones de dólares?, y tomó como respuesta el estudio hecho por National Priorities Project (Proyecto de Prioridades Nacionales), una organización que le sigue las huellas a los gastos públicos.
En la ciudad de Boston tienen una escuela de enseñanza media que caracterizan como la más costosa del estado de Massachussets, la Newton North High School, en la que se gastaron 154,6 millones de dólares —oigan, eso es plata suficiente para hacer una buena cantidad de escuelas secundarias y preuniversitarios en nuestro país, pero ese no es ahora el punto—; pues con los dineros de la guerra podrían haber edificado 2 949 centros de estudio idénticos al Newton.
Siguieron buscando ejemplos en su entorno y encontraron que tenían también el proyecto de obras públicas más oneroso de esa nación, la Arteria Central de Boston: 15 000 millones. Así que los contribuyentes que ahora pagan por llevar la democracia a Iraq podrían darle el visto bueno a 30 vías complejas como el llamado Big Dig.
Y pensando al estilo consumista de aquella sociedad, que utiliza diariamente nada menos que 384,7 millones de galones de gasolina, a un precio promedio de 2,64 dólares el galón, soñaron que podrían comprar gasolina para todo el mundo en Estados Unidos durante 449 días (un año y casi tres meses) y alimentar así los 136 millones y medio de carros registrados.
Con una mirada de total trivialidad anotaron que podían tener bajo contrato durante 52 615 años al pitcher estrella de los Medias Rojas, el japonés Daisuke Matsuzaka.
Haciendo cálculos un poco más serios, llegaron a la conclusión de que con lo malgastado en Iraq para destruir y matar, podrían tener durante un año los beneficios del Medicare, el seguro que debe garantizar los cuidados médicos, pues según datos aportados por Heritage Foundation, un tanque pensante de la derecha, ese presupuesto totaliza 454 000 millones en el año fiscal 2008.
Y por fin, pensaron que hay alguien más en este planeta, muchos, muchos más, cuando echaron mano a los estimados del Banco Mundial: con 54 000 millones al año puede eliminarse el hambre y la malnutrición globalmente para el año 2015, como se plantean las Metas del Milenio que van camino a no cumplirse; y con otros 30 000 millones pueden proveer un año de educación primaria a cada niño terrícola. Ven como todavía sobra dinero para solucionar muchos problemas más del planeta.
Por último, con los 456 000 millones de dólares que George W. Bush ha utilizado para llevar su arrasadora libertad a Iraq, pudo haber alimentado y educado a todos los pobres del mundo durante cinco años y medio...
El periódico Boston Globe admite otras sugerencias de sus lectores, aunque hay una básica que ya el 62 por ciento de los estadounidenses ha dicho con total claridad: regresen a casa a las tropas que ahora están en Iraq.