Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Leonor, con L de leyenda

La villaclareña Leonor Borrell fue incluida oficialmente en la promoción de 2025 del Salón de la Fama de la FIBA

Autor:

Javier Rodríguez Perera

 

Por más que exprimo mi memoria, no logro recordar cómo llegó a mis manos el número telefónico de Leonor Borrell. De lo que sí estoy casi seguro es de que la primera entrevista que publiqué en la página deportiva de Juventud Rebelde fue a ella. Tremendo estreno, dirán no pocos. De eso hace más de nueve años. El diálogo ocurrió en su apartamento en el célebre edificio Fama y Aplausos, en la esquina de Infanta y Manglar, en Centro Habana.

Fue un jueves, en la tarde, y hablamos de mucho durante un buen rato. Del encuentro salieron varias cosas bonitas, entre ellas una foto del colega Raúl Pupo, que luego tomarían varios medios de prensa y grupos o páginas en redes sociales. Se ve a Leonor sonriente, con su codo derecho sobre un balón gastado de básquet. En la conversación, como es lógico, le dije que muchos la observaban como la mejor basquetbolista cubana de la historia. Ella respondió: «Si lo dice la gente… lo acatamos. Sí quisiera que surgieran muchas jugadoras como yo para que el baloncesto dé pasos mayores».

Casi una década después de la entrevista, la villaclareña fue incluida oficialmente en la promoción de 2025 del Salón de la Fama de la FIBA, organismo rector a nivel mundial del deporte de las canastas. Eso sucedió hace pocos días, pues en enero recibió la noticia de su exaltación. Ella es la primera mujer cubana elevada a este templo sacro —en la clase de 2015 entró el habanero Ruperto Herrera—. 

Durante su discurso en la ceremonia de exaltación, en Baréin, la cubana dijo que no se creía tamaño reconocimiento, pero lo estaba disfrutando bastante. Les agradeció a varias personas, notablemente emocionada, mientras hizo parte de su galardón a sus compañeras en los equipos villaclareños y en la selección nacional. «Agradezco, especialmente, a mi entrenador Manuel “el Gallego” Pérez por sus enseñanzas dentro y fuera de la cancha. Sé que donde estés, te sientes muy orgulloso de mí».

La pívot de 61 almanaques, residente en Estados Unidos desde hace algunos años, intervino en dos ediciones de los Juegos Olímpicos, Moscú 1980 (quinto lugar) y Barcelona 1992 (cuarto puesto), disfrutó la medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Malasia 1990 y fue la mejor anotadora de la justa universal de Moscú 1986, con 187 puntos. En cuatro ocasiones mereció el premio MVP de los Juegos Panamericanos y debutó con la selección nacional a la edad de 16 años. Su hermano Lázaro es uno de los dos antillanos que han jugado en la NBA norteamericana.     

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