Acuse de recibo
La cifra por sí sola era elocuente: 35 754,55 pesos. A ese monto ascendía la deuda de la UBPC Las Brisas, perteneciente a la Empresa General Gusev, con el productor agrícola matancero Ariel Rodríguez Chávez, específicamente por sus entregas de piña. En la carta, que publicamos aquí el pasado 8 de abril, refería el campesino de Los Arabos que el dinero ya había sido pagado por Acopio en el territorio a la UBPC, pero no había llegado a quienes estaban de cara al surco.
Encima de esto, se quejaba el agricultor, prácticamente no se les daba nada de insumos para la producción, los cuales tienen que ponerlos de su bolsillo.
Al respecto contestan Marlenis Sánchez Álvarez y Ricardo Menéndez Chapelín, especialista de Atención a la Población y delegado provincial del Minag en Matanzas, respectivamente. Apuntan los funcionarios que la comisión que investigó el caso se entrevistó con Carlos Berriel Fernández, presidente de la UBPC Las Brisas, «quien plantea que es cierto que existe una deuda con (Ariel) Rodríguez Chávez», y argumenta que «la junta directiva (de la UBPC) determinó ejecutar el pago de salario escala a todos los trabajadores en ese mes e ir pagando la deuda a medida que se fuera recuperando la producción, ya que han presentado bajas producciones debido a la sequía».
«En los primeros días de marzo (de 2017) se realizó un primer pago de 6 791,77 CUP y el 3 de abril se efectuó un segundo pago de 5 272,60 CUP. El director de la UBPC reconoce que se atrasó en el pago. Plantea que liquidará la deuda con los productores antes de concluir abril (2017)», sostienen los ejecutivos.
Respecto a la casi nula asignación de recursos para producir a la que aludía el campesino «podemos decirle que se entregan los insumos de que se dispone, que si utiliza su dinero para esos fines lo hace bajo su cuenta y riesgo, porque eso nunca se les ha orientado».
Finalmente los representantes del Minag alegan que el problema en cuestión no fue comunicado antes al Departamento de Atención a la Población del Minag en la provincia ni a la dirección de la UEB General Gusev. Y califican la queja como «con razón en parte».
Agradezco la respuesta, que llegó a JR el 15 de diciembre pasado, o sea, ocho meses después de aparecido en nuestra sección el reclamo. Comento algunas cuestiones: reconocer que ha existido atraso causado por la sequía y que se pagará «a medida que se recupere la producción», casi nos deja en el mismo punto que cuando el campesino reclamó. A él solo, si descontamos los dos pagos que se le hicieron, le quedaban debiendo 23 690,18 pesos. Y no era el único en esa situación. Ojalá, como se afirma, les hayan liquidado en abril.
De lo que se trata, piensa este redactor, es sencillamente de que si el productor entregó en tiempo, su pago ha de estar en tiempo. Las estrategias y vías que debe encontrar la UBPC para hacerlo son su responsabilidad, no la de los campesinos.
Y en lo referido a que si el agricultor utilizó su dinero para comprar insumos lo hizo a su riesgo, sin que nadie se lo orientara, aun cuando es cierto, no me parece un argumento plausible, porque si lo entregado por la UBPC era insuficiente, como habitualmente ocurre, ¿cuál era la opción? ¿Dejar perder las cosechas?
«Con razón en parte», no me parece un calificativo justo para esta demanda. Usted trabaja, debe pagársele; lo demás es casi retórica.