Acuse de recibo
El pasado 22 de septiembre, Yalina Casín refería aquí que acudió a las oficinas de Cubacel en esa ciudad para ponerle línea a un teléfono celular Nokia XpressMusic 5130, de 2009; y le dijeron que debía ir al taller de mantenimiento a descodificarlo.
Después de una larga cola en dicho taller, el único en la ciudad, la empleada le dijo que ellos no tienen cómo descodificar ese tipo de teléfonos, y que ETECSA no les ha dado las herramientas para ello.
A propósito responde Tania Velásquez, directora adjunta de la Vicepresidencia Comercial y de Mercadotecnia de ETECSA, que esa entidad, a lo largo del país, dispone de talleres para la garantía y posventa de los bienes y servicios que expende en su propia red comercial en cada territorio, aunque reconoce que «esta cantidad de instalaciones es insuficiente para satisfacer las demandas de la población».
En esos talleres, apunta, se brindan dos tipos de servicios: el primero es la reparación gratuita, implícita desde la venta de los equipos, y en correspondencia con los términos expuestos en el certificado de propiedad y garantía. Y el segundo es el de posventa o reparación, cuyo precio abonan los consumidores una vez agotados los plazos y términos expuestos en el certificado de propiedad y garantía.
Precisa Tania que con la masificación del servicio móvil en Cuba se ha incrementado el uso de equipos celulares que no han sido adquiridos en la red de venta de ETECSA, con una diversidad de equipamiento que hoy puede superar la cifra de más de 2 000 modelos. Y ello ha provocado que esa empresa, hasta donde sea posible, se vea en la necesidad de adquirir recursos para poder realizar reparaciones a equipos no comercializados por ella.
«Lamentablemente —señala— el equipo de que dispone la lectora Yalina se encuentra entre estos últimos; por lo que ante la imposibilidad de brindarle el servicio y en correspondencia con los Lineamientos de Protección al Consumidor, lo único factible es la respuesta oportuna y directa, para no crear otras expectativas entre los usuarios».
Añade que cualquier otra respuesta o aclaración al cliente se aleja de esa realidad, y constituye una violación de la información que debe primar en los trabajadores con acceso al público en las unidades de ETECSA.
Manifiesta Tania que, tomando el caso como experiencia, se han implementado acciones en el territorio santiaguero para mejorar el funcionamiento del taller, así como para incrementar la preparación del personal que atiende y brinda información a la población.
Y concluye que Yalina fue visitada e informada de estos pormenores. «Aun así —afirma—, queremos una vez más ofrecerle nuestras disculpas por las molestias ocasionadas, y reiterarle que es voluntad de nuestra empresa garantizar los servicios de telecomunicaciones a nuestros usuarios y población en general».
Juan Mario Rodríguez (Edificio 3, apto. 22, Micro 10, Alamar, La Habana) dice en su carta que su familia tendrá una infinita deuda espiritual con el colectivo del hospital materno González Coro, en la capital.
Hace 14 meses nació allí, prematuro y muy frágil, su nieto, Jonathan Ceballos Rodríguez. Y necesitó de cuidados especiales, y muy delicados, para su restablecimiento. En esos días aciagos, allí estaban médicos, enfermeras y otros trabajadores, quienes lo dieron todo para salvar la vida del pequeño, a cambio de nada.
Hoy Jonathan goza de perfecta salud y colma la felicidad de esa familia, gracias al valioso capital humano de ese centro hospitalario y al sistema de salud cubano, que no conoce fronteras en su devoción.