La proeza científica, recientemente divulgada, de emplear transferencia nuclear de células somáticas para producir con éxito células madre embrionarias humanas de utilidad clínica potencial, sigue generando reacciones de admiración en la comunidad científica, esperanzas en la sociedad en general, y titulares en los medios de comunicación.
Y no es para menos. Este avance científico abre nuevas y prometedoras perspectivas de uso de células madre para averiguar las causas específicas en cada persona de ciertas enfermedades, y para desarrollar terapias personalizadas.
La transferencia nuclear de células somáticas es una técnica en la cual el núcleo de una célula donante es transferido a un óvulo cuyo núcleo original ha sido retirado, generándose de este modo embriones que son una copia genética casi idéntica al individuo donante.
El logro del equipo de Shoukhrat Mitalipov, Masahito Tachibana, y Nuria Martí Gutiérrez, de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón en Estados Unidos, ofrece nuevas vías para generar células madre destinadas a pacientes con tejidos y órganos dañados o disfuncionales. Tales células madre pueden reemplazar a células dañadas y regenerar así tejidos, mitigando los efectos de enfermedades que aquejan a millones de personas en el mundo.
Otra técnica que ha sido utilizada para generar células madre específicas de un único paciente a fin de obtener modelos de enfermedades y poder analizarlas a fondo, es la de las células madre pluripotentes inducidas, las cuales son generadas directamente a partir de células somáticas del paciente mediante la táctica de agregar un cóctel de factores celulares que estimulen la regresión a un estado de célula madre. Sin embargo, el temor de que esta técnica pueda generar mutaciones inesperadas en las células madre ha hecho que la comunidad científica siguiera buscando con ahínco nuevas formas de generar células madre embrionarias humanas.
En el pasado, se utilizó transferencia nuclear de células somáticas para generar tan solo células madre embrionarias de ratón y de mono. Las células madre embrionarias son células inmaduras capaces de dar lugar a distintos tipos de células especializadas, desde neuronas hasta células de músculo cardiaco. En la mayoría de los intentos previos no se logró producir embriones humanos obtenidos por transferencia nuclear de células somáticas que pudieran progresar más allá de la etapa de 8 células, lo que imposibilitó llegar a la fase de desarrollo capaz de suministrar células madre embrionarias humanas aptas para aplicaciones clínicas. Hasta ahora, no estaba claro qué factores son importantes para promover el desarrollo embrionario por transferencia nuclear de células somáticas.
A fin de superar estos obstáculos, Mitalipov y sus colegas comenzaron a trabajar en un territorio familiar, refinando métodos para producir embriones de mono obtenidos por transferencia nuclear de células somáticas. Usando estos protocolos optimizados, tomaron núcleos de células de piel humana y los transfirieron al citoplasma de óvulos humanos, generando blastocistos que dieron lugar a colonias de células madre embrionarias humanas.
Las células madre embrionarias humanas resultantes se parecen a las derivadas de embriones fertilizados, no tienen anomalías cromosómicas, presentan una actividad normal en sus genes, y han demostrado ser capaces de convertirse en células de clases más especializadas que podrían ser empleadas para reemplazar tejidos dañados.
En el trabajo de investigación y desarrollo también han participado Paula Amato, Michelle Sparman, Rebecca Tippner-Hedges, Hong Ma, Eunju Kang, Alimujiang Fulati, Keith Masterson, Janine Larson, Deborah Eaton, Karen Sadler-Fredd, David Battaglia, David Lee, Diana Wu, Jeffrey Jensen, Phillip Patton, Richard L. Stouffer, y Don Wolf, todos ellos de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, así como Hyo-Sang Lee, de la misma universidad pero que ahora está en la Fundación Osong de Innovación Médica en Corea del Sur, Hathaitip Sritanaudomchai de la Universidad de Mahidol en Bangkok, Tailandia, y Sumita Gokhale de la Universidad de Boston en Estados Unidos.
La española Nuria Martí Gutiérrez, de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, coautora de este brillante y prometedor estudio, trabajó anteriormente en el Centro de Investigación Príncipe Felipe, de Valencia, España, hasta que fue despedida en un expediente de regulación de empleo (ERE) para reducir la plantilla de trabajadores del centro, en sintonía con la insensata política de fuertes recortes presupuestarios en ciencia que viene sufriendo España en los últimos tiempos y que contrasta con las grandes sumas de dinero que se invierten en cuestiones de utilidad más que dudosa.
La mejor prueba de la valía de esta joven científica, y de su talento que ha perdido España en favor de Estados Unidos, fue su rápida incorporación laboral en 2012 a un laboratorio de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, y su inmediato papel como coautora de esta brillante y prometedora investigación sobre células madre.
Disponible en: http://noticiasdelaciencia.com/not/7219/avance_clave_hacia_el_uso_medico_de_celulas_madre/
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