Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La estela detrás de un fiasco

Nuevamente se enfrían los sueños de un voleibol mejor

Autor:

Lianet Escobar Hernández

Hace apenas un año un equipo de voleibol masculino nos hizo creer que las glorias del pasado pueden ser revividas.

La medalla de plata en el campeonato del orbe sub-21 de Brno, República Checa, en 2017, la mejor actuación de un conjunto cubano en citas mundiales en esta categoría, vaticinaban un ascenso progresivo del deporte de la malla alta en la Isla.

Una esperanza que siguió creciendo con la contratación de siete jugadores de la selección nacional en ligas extranjeras, seis en Argentina y uno en Italia.

Otra luz llegó cuando el plantel se clasificó a la justa del mundo con escenario en Bulgaria e Italia; sin embargo, el hecho de lograr el boleto de forma espectacular, venciendo a Puerto Rico cuando tocaba hacerlo, resultó un oasis para los confiados.

Algo que quedó demostrado en Barranquilla durante los Juegos Centromericanos y del Caribe, donde apenas se pudo acariciar el podio con un cuarto lugar que quedó como advertencia.

Con esos truenos y un nuevo espejismo, el bronce en la Copa Panamericana de Veracruz, en territorio azteca, que les concedió un cupo a los juegos continentales de Lima, se llegó a Varna.

Fue entonces cuando se enfriaron nuevamente los sueños de un voleibol mejor, pues en cinco desafíos solo seis sets lograron ganar los antillanos y perdieron 13.

Muy poco hay que objetar a la ofensiva de los cubanos y a sus 218 puntos conseguidos con su ataque en todo el torneo, o a los 39 logrados en el apartado defensivo del bloqueo, si tenemos en cuenta el elevado nivel de la competencia, la juventud que prepondera en su nómina y los archiconocidos problemas de falta de roce internacional.

No obstante, y aunque el servicio (38 puntos) fue de lo mejor que se le mostró a los contrarios, 141 tantos cedidos en errores no forzados es una deficiencia que no admite excusas en un evento de tanta magnitud.

¿Qué falló? ¿Qué tan funcionales son las estrategias trazadas? ¿Hasta cuándo la experiencia ganada será un consuelo? ¿Será el destaque individual de Miguel David Gutiérrez suficiente para seguir apostando a las tan necesarias contratas, cuando otros hombres no rindieron lo esperado?

Son preguntas que no buscan culpables sino soluciones. Enmiendas que hagan que el actual equipo sub-21, que tan buena impresión nos dejó en la clasificatoria Norceca rumbo al certamen planetario de 2019, no alcance con un buen resultado mundial, el tope de su calidad como plantel. 

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