El improvisado debate entre colaboradores cubanos se armó en los palcos, que prometen abarrotarse a partir del 1 de febrero. Autor: Yaimí Ravelo Publicado: 21/09/2017 | 05:44 pm
La Asunción, Nueva Esparta, Venezuela._ La discusión se armó en un dos por tres, en uno de los recién pintados graderíos del estadio Nueva Esparta.
Solo hubo que pedir criterios sobre las posibilidades del campeón cubano, Villa Clara, en la cercana Serie del Caribe; y enseguida sobrevino la esquina caliente entre colaboradores de la tierra de Martí que laboran en Margarita, la hermosa isla de unos 1 070 kilómetros cuadrados y que junto a Coche y la deshabitada Cubagua componen este estado insular.
El licenciado en Enfermería Juan Carlos Núñez, un santaclareño «enfermo al deporte», fue el primero en abrir fuego por la banda derecha (330 pies al igual que la izquierda) y en sentenciar que el equipo suyo en la Serie Nacional, que ahora representará a 11 millones de compatriotas, tiene todos los elementos necesarios para ganar el certamen previsto del 1 al 8 de febrero aquí.
«Contamos con una receptoría de lujo, buena línea central y bateadores que responden. Lo único que me preocupa es el pitcheo; pero si reforzamos con dos lanzadores de primera que se sumen a Fredy Asiel Álvarez... hay para batirse».
Sin embargo, el médico bayamés Luis Mario Zamora, especialista en Ortopedia y Traumatología y quien llegó a jugar una serie provincial en Granma, consideró que, en lugar de serpentineros, Villa Clara necesita bateadores. «He seguido de cerca a estos equipos del Caribe, el nivel es alto y nuestra selección no parece tener esos extra clases en la alineación. Además, en los últimos tiempos lo que más le ha faltado a Cuba en eventos internacionales fuertes, como este, es el bateo».
Algo similar opinaron sus comprovincianos Rodolfo Leyva y Wilkinson Briñones, aunque el primero reconoció como aspecto positivo para los Naranjas (ahora de toda Cuba) la tendencia a chocar bolas, pues el estadio de Nueva Esparta no es, según las estadísticas de los últimos cuatro años, muy proclive a los cuadrangulares.
«De todos modos creo que es imprescindible un cuarto bate natural como el Caballo de los Caballos», dijo en referencia al granmense Alfredo Despaigne, pese a que este, en el Clásico Mundial de 2013 no fue empleado en ese turno por el timonel Víctor Mesa.
Otro villaclareño, Alayn Daniel Ramírez, condimentó la peña agregando que es partidario de no incorporar muchas figuras de otros equipos pues lo consideraría un «champeonismo» y expresó que ya los pupilos de Ramón Moré habían sido reforzados la serie pasada con cinco peloteros para la segunda fase, aunque las ausencias de un lanzador y un jardinero sí pudieran suplirse.
El espirituano Harry Durán, otro colaborador deportivo, sentenció que de cualquier modo Cuba, después de 54 años sin estar en un torneo de esta envergadura, no se puede dar el lujo de un retorno por lo bajo. Remarcó que será una competencia de mucha presión, como poco margen para los fallos técnicos o tácticos. Esta idea fue secundada por Bárbaro Daniel Duarte, de Matanzas.
Y las dos mujeres que formaron este improvisado grupo, Juana Luisa Yaniz y Yolanda Castellano, se mostraron cautelosas pues consideraron que ningún equipo paseará la distancia y que Cuba tendrá como hándicap que deberá ir estudiando a los rivales sobre la marcha.
Rodolfo Leyva, coordinador estadual de Asistencia Técnica, señaló que, de cualquier modo, lo más importante es el regreso y la incorporación «a nuestro entorno geográfico». Finalizó diciendo que se ha elaborado un cronograma para que grupos de colaboradores puedan asistir al estadio Nueva Esparta a apoyar a sus peloteros en cada presentación.
«Allí estaremos latiendo por 11 millones de cubanos y por más de 40 000 que trabajan en Venezuela. Nuestras gargantas no pararán un segundo».