Cientos de niños se congregaron en áreas de la Ciudad Deportiva durante las actividades alegóricas al Día Internacional del Juego. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:34 pm
Jugar no es solo cosa de niños, y no debe —bajo ningún concepto— ser solo una etapa más de la vida por la que pasamos irremediablemente y después desechamos en busca de esa malinterpretada madurez. Jugar —en cualquiera de sus variantes— tiene que ser parte de nuestra existencia toda, porque la risa, la diversión y el deleite plenos son algunas de las pocas felicidades que nadie podrá quitarnos.
El 28 de mayo se celebra el Día Mundial del Juego, una decisión bienvenida. Por ello, nuestro archipiélago amaneció este sábado de fiesta, y las actividades centrales se celebraron en la capitalina Ciudad Deportiva, donde cientos de principitos y princesitas festejaron tan sugerente fecha.
El acto nacional estuvo organizado por la Asociación de Pedagogos de Cuba, el Centro de Estudio de la Unión de Jóvenes Comunistas, la Organización de Pioneros José Martí, el Ministerio de Educación, y el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder).
El Coliseo fue sede de una fiesta de algarabía y retozos, colmada de coloridas presentaciones, en la que el graderío experimentó singular emoción tras la actuación de la Escuela Cubana de Wushu, con las composiciones gimnásticas, la presentación circense, y los programas A Jugar y Educa a tu hijo.
Celebrar el Día Internacional del Juego es una vía de participación y recuerdo activo. Una oportunidad para compartir emociones y sabiduría, talentos y habilidades, para disfrutar de viejos y nuevos lazos de amistad. Un día para recordar —más bien sentir— que jugar es un derecho de la infancia, una necesidad a lo largo de la vida, una manifestación de amor.