«Me sorprendió su nombramiento,pero me alegro, ahora todos observarán atentamente los partidosde Argentina, aunque quizá más con la vista puesta en el banco de suplentes que en el terreno de juego», dijo Franz Beckenbauer. Foto: Ismael Francisco, PL Siempre he preferido a los genios discretos, como Omar Linares. Sin embargo, al «Pelusa» se lo perdono todo. Lo conocí en la sala de mi casa, cuando tenía yo diez años. Me lo presentó mi primo Raúl: «Ese es Maradona, tú verás que dentro de un rato mete un gol», me dijo.
Era el campeonato mundial de 1986 y por aquellos días muchos cubanos de mi generación descubrimos la magia del fútbol. Por suerte, la televisión nacional pasó todos los partidos y lo ha seguido haciendo desde entonces.
Argentina salió campeón, con Maradona brillando como una auténtica estrella. Mis amigos y yo terminamos siendo furibundos seguidores de la selección albiceleste —¿usted también?— y todavía nos dura el romance.
Diego siguió con nosotros en el mundial de Italia 1990, cuando Argentina llegó trastabillando hasta la final y terminó perdiendo con Alemania 1-0. Con aquel penalti absurdo, a cinco minutos del final, el árbitro mexicano Edgardo Codesal nos cortó el aliento.
Pero acaso el mayor legado de Maradona es habernos enseñado los contrastes de la vida, a perdonar y a olvidar, a limar los prejuicios: combatió su adicción a las drogas y sigue siendo un ídolo de multitudes.
De momento, acaba de cumplir 48 años y está feliz. La Asociación del Fútbol Argentino lo eligió para dirigir la selección albiceleste en reemplazo de Alfio Basile.
Su debut ya tiene fecha: será el próximo día 19, en Glasgow, en un choque amistoso contra Escocia. Y miren si la vida da vueltas: en ese propio escenario —el Hampden Park—, y ante el mismo rival, marcó su primer gol con la selección argentina el 2 de junio de 1979. Las entradas ya se venden aceleradamente, en el estadio y por Internet, porque Diego le da un nuevo impulso al fútbol mundial.
Para Diego sentarse en el banquillo de Argentina no será un problema.
«Me sorprendió su nombramiento, pero me alegro, ahora todos observarán atentamente los partidos de Argentina, aunque quizá más con la vista puesta en el banco de suplentes que en el terreno de juego», dijo Franz Beckenbauer, campeón del mundo con Alemania como jugador y técnico.
Por su parte, el legendario Pelé, rival de Maradona en todas las encuestas, advirtió que «una gran estrella no se convierte luego en un buen técnico». El astro brasileño no pudo evitar una comparación entre Diego y Dunga, actual seleccionador de la canarinha.
«Con los dos jugando, me gustaba más la garra de Dunga», confesó Pelé y atizó la polémica.
Maradona viajó este sábado a Inglaterra para ver jugar a Carlos Tévez (Manchester United) y a Javier Mascherano (Liverpool), dos piezas claves en el plantel argentino. Antes, aclaró que Lionel Messi no estará de momento en los partidos amistosos.
«El presidente del club Barcelona se portó bárbaro cuando dejó ir a Messi a los Juegos Olímpicos y nosotros vamos a retribuir sus atenciones. Respetaremos el acuerdo de no convocarlo para los amistosos», explicó.
Le aviso: tendremos novela para rato. Ojalá le vaya bien a nuestro hombre, aunque está sobre un clavo caliente. «Tiene coraje Maradona cuando acepta el puesto de seleccionador. Es un inconsciente, un iluminado, o el más valiente de los personajes del fútbol. Nadie, ni por asomo, tiene tanto que perder», escribió Santiago Segurota en el diario español Marca.
«Pero, evidentemente, también tiene algo que ganar. Puede pasar de mito a supermito, si Argentina conquista la próxima Copa del Mundo bajo su dirección. En ese caso, no habría Evita ni Gardel que le discutieran», añadió el columnista.
Veremos qué sucede, pero el riesgo es la sal de la vida.
«Me sorprendió su nombramiento, pero me alegro, ahora todos observarán atentamente los partidos de Argentina, aunque quizá más con la vista puesta en el banco de suplentes que en el terreno de juego», dijo Franz Beckenbauer