Según las normas de convivencia, un buen vecino riega las plantas al que se va de vacaciones, pero Brian Johnson quiso ser el mejor o el peor —según se mire— porque tal vez las regó, pero llevándolas hasta su casa. Linzi y Phil Word, quienes le habían dejado la encomienda al irse de vacaciones, le reclaman ahora el sendero, las piedras decorativas, canastos, macetas y pequeños arbustos que están en casa del vecino. En verdad, pareciera que su jardín saltó del otro lado de la cerca.