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Intervenciones de este jueves en las comisiones y en la sesión plenaria

Este viernes tendrá lugar la jornada final de la cita más importante de los intelectuales cubanos, en el Palacio de las Convenciones de La Habana

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A pesar de las intensas jornadas de debate, siempre se encuentra en el Congreso un momento para conversar entre amigos. La mañana de este jueves estuvo dedicada al trabajo en comisiones. En la tarde, los delegadossesionaron en plenaria.

Para quienes siguen de cerca el desarrollo actual del audiovisual cubano, buena parte del cual está representado en la Muestra de Nuevos Realizadores, la poca presencia de este en diversos espacios de exhibición es una de las preocupaciones que se planteó en más de una comisión de trabajo del VII Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el cual será clausurado hoy en el Palacio de las Convenciones de La Habana.

No obstante, Benigno Iglesias, vicepresidente del ICAIC, aprovechó que este jueves todavía se desarrollaban las comisiones para explicar que la Muestra surgió a principios de la presente década para organizar y encauzar el pujante movimiento potenciado por la llegada de las nuevas tecnologías.

«Este apoyo tenía dos grandes objetivos: abrir un espacio de debate y exhibición a las realizaciones más destacadas, y detectar el talento que pudiera dar continuidad al cine nacional. Esto último se puede constatar en algunos largometrajes de ficción (todavía insuficientes) rodados por estos jóvenes en el marco y con la contribución de la industria.

«En cuanto al primer objetivo, ya en la 6ta. Muestra, lo más sobresaliente se exhibió en la sala del Multicine Infanta dedicada al documental y el cortometraje, así como en los cines y las salas que integran el circuito nacional de estreno (más de 120 espacios en todo el país). La 7ma. terminó en febrero pasado, y las películas premiadas ya fueron mostradas durante dos semanas en el Infanta, y a partir de este abril comenzarán a recorrer la Isla».

No ha faltado el humor de nuestros caricaturistas, ni las críticas a JR por un error ortográfico. Otro de los cuestionamientos estuvo relacionado con la venta en pesos convertibles de las películas cubanas, tan gustadas por el público, en formato DVD y de video. Iglesias afirmó que el ICAIC no dispone por el momento de los recursos necesarios para comercializar con estabilidad este producto en moneda nacional.

«No obstante, hemos tratado de buscar otras opciones aprovechando la presencia de los videos caseros, como habilitar videotecas (160 por ahora), lo que posibilitó que solo el pasado año se alquilaran 385 000 títulos, lo que permitió que más de millón y medio de espectadores se vieran favorecidos».

El funcionario comunicó a los delegados reunidos en la Comisión de Política cultural en los medios algunos hechos significativos que tuvieron lugar en el 2007: «Por primera vez, en 18 años, la cantidad de películas norteamericanas exhibidas en las salas de video y los cines estuvo por debajo de las provenientes de otras cinematografías, lo que es consecuente con muchos de los objetivos y principios que plantea este cónclave.

«También se estrenaron 85 documentales, de ellos 57 cubanos, gracias al ICAIC, Mundo Latino, la Productora Hurón Azul... así como a otras productoras no estatales. Del mismo modo, el público infantil, una de nuestras preocupaciones perennes, pudo disfrutar, por el esfuerzo de los Estudios de Animación, de 33 películas».

En ese sentido, la escritora Denia García Ronda aprovechó para llamar la atención acerca de que, a pesar del evidente incremento de la producción de audiovisuales para niños, se ha ido dejando a un lado la realización de obras nacionales dirigidas a los que se hallan en la preadolescencia y en la adolescencia, quienes, por supuesto, tienen necesidad de mayores ofertas que satisfagan sus exigencias y que les aporten desde el punto de vista cultural».

¿Lo que quiere la gente?

Iroel Sánchez, presidente del Instituto Cubano del Libro, al referirse a la relación que han establecido la Televisión y la Radio con la literatura, manifestó que hay que pasar a una fase superior: adaptaciones de obras literarias a partir de nuestra narrativa, personajes de dramatizados que estén familiarizados con los libros y la lectura para ir creando nuevos paradigmas, entre otras acciones que vayan más allá de la promoción y las entrevistas.

Sánchez alertó que, en ocasiones, el discurso y lo que se ve en pantalla entran en franca contradicción. Para ejemplificarlo, mencionó un hecho reciente: la promoción de los bailables en saludo al 4 de Abril, donde fueron entrevistados los cantantes de orquestas de alta convocatoria, muy seguidos por la juventud, que constituyen modelos para ella. «Nunca antes había visto en la pantalla tanta cantidad de oro entre cadenas, anillos, manillas, dientes... ¿Es ese el prototipo de personas que queremos potenciar?», interrogó.

Fernando Rojas. Variadas han sido las propuestas de revistas especializadas y buscados títulos, lo que siempreagradecen los delegados. Después de las votaciones del miércoles, este viernesse dará a conocer la dirección del ConsejoFernando Rojas. Nacional de la UNEAC. El Presidente del Instituto Cubano del Libro reconoció que a la hora de conformar la programación es imposible que todas las películas que se exhiban sean buenas, «pero eso no impide que se llame la atención sobre aquellas que constituyan obras de arte y que se ubiquen en mejores horarios, porque son esas las que deben convertirse en referentes».

El diseño de la programación de la pequeña pantalla es una inquietud del director Roberto Ferguson, quien no entiende que «si existen cuatro canales nacionales, y es nuestro interés elevar el nivel cultural de la población, algunos programas de calidad estén ubicados en malos horarios.

«Existe una política de reposición en la televisión, al punto de que a veces en un período de dos meses, se exhibe la misma película en tres y cuatro ocasiones, porque “es lo que pide la gente”, mientras se pierde la oportunidad de volver a reponer otros espacios que poseen innegables valores culturales».

Por su parte, Fernando Rojas, viceministro de Cultura, considera que es inaceptable la lógica de que lo que está ocurriendo es el resultado de complacer desmedidamente. «¿Y si ese gusto lo hemos deformado? Sin desatender las preferencias de las personas, en los medios tiene que estar toda nuestra diversidad artística y literaria; tienen que estar los preceptos culturales, políticos e ideológicos que formen a un ser humano cada día mejor».

Para Fernando Rojas, aunque se han apreciado ciertos avances en algunas áreas de la televisión, el listado de insatisfacciones es todavía grande. Lo ejemplificó con la poca presencia del quehacer de las provincias en los canales nacionales; la existencia de algunos programas de telecentros que reproducen la banalidad y la seudocultura; el hecho de que todavía se asomen en algunos espacios el racismo y la homofobia; la escasa promoción de una zona importante de nuestra música; o la poca difusión, como se necesita, de las mejores producciones culturales del Tercer Mundo...

«Son algunas de las carencias, dijo, que evidencian que persisten muchas deficiencias, que no se tiene verdadera noción de lo que significan las jerarquías ni una política inteligente para promover lo más significativo.

«Hay cuestiones de tipo cultural e ideológico que hay que resolver, independientemente de si están o no los recursos financieros, cuya necesidad es real, pero debemos combatir todas las expresiones de patrones colonizadores. Esa es la voluntad del Partido, del Ministerio del Cultura, del propio ICRT y de su movimiento intelectual, con el cual hay que dialogar, al que hay que escuchar, a la vez que los dirigentes del organismo, además de estar más preparados y calificados, deben participar más en el proceso creativo para luego poder establecer una comunicación efectiva».

Con 20 años de experiencia en la Televisión, la reconocida periodista Maribel Acosta asegura que ha sido testigo del, al parecer, irreparable deterioro de que ha sido objeto el medio: tecnológico, productivo, ético, institucional, en la disciplina...

La también profesora del Instituto Internacional de Periodismo José Martí se niega a ver la mejoría únicamente a partir del aumento en las cifras de transmisión. Ella está convencida de que «la concepción de la Televisión tiene que pasar porque sea una institución cultural». Según Acosta se ha perdido allí la necesaria discusión sobre la obra creativa y no existe un verdadero diálogo entre los directivos y los creadores.

«A la Televisión hay que pensarla y dirigirla desde una perspectiva cultural y para ello hay que tener cultura; rescatar la tradición e insertar lo nuevo», concluyó Maribel, quien instó a «eliminar la fragmentación excesiva que impide apreciar el panorama como un todo».

Tan amplia como el arte

El joven cineasta Pável Giroud convocó a pensar que cuando se hable de política cultural se considere que «las propuestas artísticas se deben parecer a un pulpo por su pluralidad».

Recordó el realizador de La edad de la peseta que la política cultural de nuestro país está definida desde principios de la Revolución: con la Revolución todo, contra la Revolución nada. «Pero todo es todo lo que significa libertad de creación, diversidad y pluralidad; una política que sea tan amplia como el arte en sí mismo».

Por su parte, Gisela Arandia considera que los medios requieren «un nuevo discurso mediático que conduzca a un nuevo pensamiento. Esa debe ser la meta a la que deben arribar tanto la Radio como la Televisión, estima la investigadora, miembro de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la UNEAC, quien está convencida de que «junto a los recursos financieros debe haber un soporte intelectual, así como profesionales mediáticos con una profunda preparación ideológica y una sólida base cultural.

«Por su significación, los medios tienen que ser la meca del saber, por lo tanto en ellos debe converger la máxima inteligencia del país —lo que no ha sido una realidad hasta el momento—, pero también los profesionales y los dirigentes más calificados. Para ella, la credibilidad en los medios se irá alcanzando «en la medida en que se entienda que la población cubana se ha ganado el derecho a participar activamente en debates serios sobre su realidad, lo cual no se logrará mientras se piense que hay que digerirle las cosas a la gente porque no está capacitada para entender».

El escritor Nelson Simón percibe el peso de la gratitud en las discusiones sobre la cultura. «Soy de una generación formada dentro de la Revolución, donde podemos vivir el privilegio de discutir sobre estos problemas, durante cuatro días, pero prefiero debatir desde una posición de amor, que está más vinculada con la entrega y la interrelación, lo que al final genera mayor desarrollo.

«Me formé en los medios y allí aprendí todo lo que después me ha servido para hacer mi obra, pero tenía que buscar un espacio que me ofreciera mayor libertad creativa —como existe en la literatura—, y es que en los medios se pierde de vista que se asimila mejor el pensamiento si se expresa de un modo más sutil e inteligente y no desde la imposición».

¿Televisión competitiva?

Considera Víctor Fowler, Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén 2008, que se debe colocar, sobre bases científicas y profundamente culturales, la producción televisiva.

«Un capítulo de la serie Lost (Perdidos), filmado en exteriores de Hawai, cuesta dos millones de dólares; un sistema Dolby de sonido medio millón. El sueño que se acostumbra a repetir de que Cuba sea capaz de realizar producciones competitivas en el mercado, tiene dos componentes básicos: el tema y el nivel de factura del producto. En este sentido, la pregunta real es: ¿cómo potenciar al máximo temas de interés extraordinario, que más tarde solo pueden ser realizados a un nivel decoroso (según estándares internacionales)? o ¿cómo trabajar, hasta donde se pueda, al nivel de lo extraordinario?

«Claro que eso significa “potenciar el talento”, frase que ya sabemos común. En este punto es importante tener en cuenta que “potenciar el talento” e intentar lo extraordinario, no puede sino implicar, a su vez, riesgo y, junto a ello, posibilidad de fracaso. Potenciar también es formar, preparar, diseñar futuro; dicho de otro modo y en lengua nuestra, crear un sistema de superación del mismo nivel que el de aquellos competidores con quienes se quiere confrontar.

«Asimismo habría que aceptar que la Televisión como organismo tiene componentes internos (todo su aparato y trabajadores con quienes puede implementar las políticas que desee). Sin embargo, una programación televisiva, en esencia, es una combinación de horarios a cubrir y programas con los que hacerlo. De este modo, en los diseños de los hacedores de la programación, a los productores “internos” se les suma una masa (creciente) de productores independientes, gracias a los beneficios de las tecnologías digitales».

Fowler es de la opinión de que la triada información-entretenimiento-cultura es la base de todo producto televisivo, «pero en interrelación dialéctica y nunca por separado. Es posible que apenas queden lugares en el mundo, donde, como aquí, se discuta para llevar la cultura a la Televisión, porque el patrón universalmente privilegiado es el de la Televisión como entretenimiento.

«¿Y cuál es el patrón de entretenimiento en el socialismo y cuál el de información? ¿Cuáles son los límites de lo aceptable (para entretener) y de lo permisible (para decir)? Ambas preguntas se interceptan y más bien conciernen al terreno de la ideología, pero es que también la ideología es un producto, tiene que ser producida.

«Cuando nos referimos a las series norteamericanas y su impacto reciente en el mundo, estamos hablando de una elevada factura y muy elevada producción de ideología —en ocasiones de modo vulgar, en sus mejores ejemplos ideología “enmascarada”.

«En el campo de la ideología solo se puede producir cuando la cultura dialoga con el imperativo político».

Ventana abierta de par en par

Rafael Hernández, director de la revista Temas, considera que a veces se pierde de vista que internet es un medio de difusión de cultura, donde se pueden encontrar informaciones diversas sobre los problemas de la sociedad y la cultura cubanas. «La enorme cantidad de sitios web que hablan de Cuba con una sobreoferta de información y de opiniones de todo tipo, supera el número de emisoras con las que contamos.

«Hoy es posible escuchar Radio Cadena Agramonte en Washington y en París, pero no es posible escucharla en La Habana, por lo que no tiene sentido eso de pensar en una cultura para dentro y otra para afuera. Debemos pensar en crear espacios de verdaderos debates inclusivos en internet que puedan competir con el “ciberchancleteo”».

Anuencias para hoy y mañana

En la sesión vespertina, los delegados fueron a plenario. Dos hechos marcaron su apertura: la presentación especial del libro Transparencia de Emmanuel, de Germán Sánchez Otero, con prólogo de Fidel Castro; y la lectura del mensaje de los participantes en el Congreso a nuestros Cinco Héroes. En el primer caso, se reconoció la exhaustiva labor de su autor, actualmente embajador de Cuba en Venezuela, para dejar testimonio de los acontecimientos ocurridos en la intimidad de la operación que permitió la liberación de Clara Rojas y Consuelo González, por varios años retenidas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Acto seguido, Miguel Barnet, presidente de la Comisión Organizadora, transmitió a René, Ramón, Gerardo, Fernando y Antonio el compromiso de los intelectuales cubanos con su causa: «Hombres como ustedes son los que nos inspiran y nos alientan con su sola existencia, y nos comunican ahora ese necesario vigor, tanto en nuestras ideas como en nuestra conducta, para manifestar y comenzar a poner en práctica en nuestro Congreso todo lo que nuestro país y nuestro pueblo espera de sus creadores, de sus escritores y artistas», dijo.

Armando Hart Dávalos, director de la Oficina del Programa Martiano, llamó a seguir adelante con el proceso de valorización de la cultura en una breve intervención, donde enfatizó la enorme influencia de esta en el desarrollo humano y económico de la sociedad. «Hoy estamos en un momento excepcional, porque no solo estamos salvando la cultura nacional, sino también influyendo en la cultura latinoamericana», apuntó.

Antes de pasar a la aprobación del Informe Central del Congreso, fueron leídos, con la presencia de Abel Prieto, ministro de Cultura, los dictámenes de las diferentes comisiones que han venido trabajando por un período de diez meses en todo el país.

Se supo allí que 11 provincias estuvieron representadas a la hora de abordar la cultura comunitaria, un tema de gran trascendencia para el sedimento de las expresiones más genuinas y auténticas de nuestra identidad nacional. Revisar las bases del Premio Nacional que se otorga en este campo; elevar igualmente su jerarquía al nivel que ostentan otros galardones similares; escribir la memoria histórica sobre los creadores miembros de la UNEAC que han realizado un meritorio trabajo comunitario en los años de la Revolución y particularmente durante el período especial, así como fortalecer las estrategias de sostenibilidad financiera y material de los diversos proyectos y acciones, con recursos provenientes de diferentes vías, fueron algunos de los acuerdos más signitificativos.

Quienes trabajaron en la comisión encargada de la Proyección internacional de la cultura cubana, dejaron constancia de la necesidad de aligerar o eliminar trabas burocráticas que impiden, en ocasiones, que nuestros artistas cumplan en tiempo sus compromisos en otras latitudes, situación que se agrava por la lejanía en el caso de los residentes en provincia.

Se dictaminó de igual modo la urgencia de incrementar la traducción de obras literarias cubanas contemporáneas y clásicas, así como la recomendación de intensificar el esfuerzo en el subtitulaje de películas nacionales en otros idiomas, a pesar de lo mucho que viene haciendo el ICAIC al respecto.

Gran apoyo recibió entre los participantes el dictamen referido a Cultura y ALBA. A la vez que se recordaba la importancia de esta iniciativa para el desarrollo de los pueblos del continente, se acordó destacar y garantizar el carácter colectivo, abarcador que deben tener sus planes, en aras de servir a la unión de nuestras culturas en un camino irreversible hacia la justicia social.

La creación de talleres de traducción que garanticen la difusión de manifestaciones audiovisuales, editoriales y discográficas, al igual que becas para estimular la canción latinoamericana y caribeña, así como la promoción del audiovisual sobre temáticas de interés regional, estuvieron en el centro de las intervenciones. También, se pidió estudiar la conformación de un justo sistema de circulación, publicidad y mercado del arte entre las naciones del ALBA y desde estas, al tiempo que la UNEAC garantice que los artistas que participen en los proyectos de la organización, elaboren un producto cultural que tenga la calidad necesaria para hacerlo competitivo.

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