Levantar el techo entre todos

PINAR DEL RÍO.— Su hija más pequeña no había nacido cuando en 2002 Isidore y Lili dejaron su casa en derrumbe total. En ese momento perdió el techo y un lateral completo, y desde entonces para acá todo ha sido una odisea.

Vivir en una facilidad temporal, con piso de tierra y condiciones mínimas, no ha sido fácil. En un cuarto duermen ella, su esposo, y dos de sus hijos. La más pequeña cumplió este junio 19 años y nunca ha disfrutado de una casa de «verdad». Así nos cuenta Odalys Cabrera Cruz, quien con 31 años frente a un aula de Primaria, espera la oportunidad de tener un hogar digno.

El suyo no fue el único caso afectado por los eventos meteorológicos de ese año, que dejaron una ola de destrozos por todo Pinar del Río, pero, al menos en su barrio del Cinco de La Coloma, es de los pendientes.

La de Odalys es, en este instante, una de las 6 347 familias que aún quedan en la provincia damnificadas por los ciclones.

Catalogado en más de una ocasión como uno de los problemas más serios de este territorio, el de la vivienda sigue siendo peliagudo para los pinareños, sobre todo para aquellos que aún aguardan una solución.

Este mismo diario publicó en noviembre de 2018 que Pinar del Río diseñaba una propuesta en la que se preveía dar solución a todos los casos pendientes en unos cuatro años, a razón de entre 2 700 y 3 000 viviendas anuales, la mayoría por esfuerzo propio.

Había que trabajar de una manera diferente, señalaba Díaz-Canel al referirse a la vivienda durante una visita de Gobierno a la provincia en septiembre de 2018.

Sin embargo, la intención llevaba un respaldo importante de recursos, un incremento de la producción local y el apoyo de entidades, actores económicos y organismos de la provincia.

A tres años y un tanto de aquella proyección no se ha avanzado mucho. Los incumplimientos de años anteriores se agolpan ahora en medio de un contexto de mayor estrechez económica y limitación de recursos, por la agudización del bloqueo de Estados Unidos y los efectos de la pandemia y la crisis global.

Entre planes

La provincia tiene para este año un plan de 1 832 viviendas para ejecutar; de estas la mayoría (1 039) responde a las afectaciones de huracanes, las que tienen un peso fundamental en el programa estatal, así como por la vía del subsidio, según informó Andrés Martín Carmona, director de Vivienda en la provincia.

«Como se aprecia, el plan es mínimo, si se conoce que nos restan más de 6 000 afectaciones de los eventos meteorológicos anteriores. Está diseñado según la asignación de recursos materiales de Balance Nacional; no obstante, este podrá crecer en dependencia del incremento de la producción local de materiales que respalde los recursos del plan de cada municipio, consejo popular y barrio», precisó.

Solo por plan estatal este año deben terminarse unas 692 viviendas; sin embargo, de las 288 previstas hasta el cierre de mayo solo se concluyeron 170.

De los 465 subsidios aprobados para el año apenas se cumplen 88, mientras que por esfuerzo propio solo se terminan 254 de las 675 planificadas para 2022.

Ello se traduce en que el real hasta mayo sea de 512 casas, cuando debía haber ya 763. Apenas un 28 por ciento del plan de terminación, que debía estar al 42,6 por ciento.

Al respecto explica Martín Carmona que el plan, hasta ahora lineal, fue reajustado, pues la experiencia indica que se concluyen más viviendas en el último trimestre del año; aunque un aspecto importante que se debe tener en cuenta es que el plan de inicio está al diez por ciento, lo cual evidencia un atraso considerable.

Tanto es así que, por ejemplo, de las 692 viviendas que se deben concluir por plan estatal, hay más de 300 que no están iniciadas, según nos ilustra el director de Vivienda en Pinar del Río.

Las afectaciones de los huracanes serán resueltas en su mayoría por plan estatal o a través de subsidios, insistió Martín Carmona, y puntualizó que la prioridad para la construcción radica en los casos pendientes de los ciclones, los de la dinámica demográfica, los que responden a intereses relacionados con la estabilidad de fuerza de trabajo y los trabajadores de la defensa.

Para las madres con tres hijos y más

Otro aspecto importante a tener en cuenta dentro del plan de construcción de viviendas en el territorio es la atención a las madres que, con tres o más hijos menores de edad y en situación de vulnerabilidad social, se benefician o priorizan a partir del programa de atención a la dinámica demográfica en la provincia.

Esta estrategia, diseñada para ayudar a las familias y estimular la natalidad cuando se demuestra una palpable tendencia al envejecimiento poblacional desde hace unos 20 años, no ha marchado al ritmo deseado, a pesar de que constituye una prioridad del Estado cubano desde 2019, año en el que por primera vez se aprobó un financiamiento para la rehabilitación, mantenimiento y construcción de viviendas en 32 municipios del país en los que los índices de nacimientos no crecían.

Pinar del Río, la cuarta provincia más envejecida de Cuba, también adaptó el programa a sus circunstancias. Explica Andrés Martín Carmona que, de forma acumulada, del financiamiento aprobado por el país se beneficiaron 89 madres con tres niños o más menores de 17 años.

Al cierre del mes de mayo se habían terminado 50 casas, 29 estaban en ejecución y diez aún no se habían iniciado. Estas últimas correspondientes a los municipios de Mantua, Consolación del Sur, San Luis, Viñales, Los Palacios y Guane.

Especificó que otra vía para entregar una vivienda a estos núcleos familiares es a través de la compra de casas disponibles, pues existe un financiamiento asignado para adquirir inmuebles.

Tal decisión se corresponde con lo dispuesto en el Acuerdo 9009 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, que entró en vigor en mayo de 2021, el cual ampara la asignación de viviendas y recursos financieros para la construcción, rehabilitación, ampliación o remodelación de inmuebles a las madres, padres o tutores legales con tres hijos o más menores de 17 años.

No obstante, al cierre de mayo en Vueltabajo solo se han comprado ocho viviendas en los municipios de Pinar del Río, Consolación del Sur (que ya agotaron el presupuesto destinado para ello), Guane, Minas de Matahambre y Mantua. Mientras tanto, Viñales, La Palma, Los Palacios, San Juan y Martínez, San Luis y Sandino no han ejecutado el financiamiento otorgado para este fin. Según argumentó el Director de la Vivienda, ello se debe a los altos precios que tienen las casas en el mercado, ya que solo están autorizados a comprar por un valor de hasta 350 000 pesos.

Precisó que por los demás programas se han beneficiado de forma acumulada 306 madres, de ellas 35 este año. Esto se logró hacer gracias a que desde 2020 se comenzó a apoyar también a las madres a través del plan estatal y los subsidios.

Sin embargo, la política está trazada para que por sí misma logre beneficiar a estas mujeres que no han podido con sus ingresos personales y familiares poner sobre las cabezas de sus hijos un techo seguro.

De recursos y fuerza de trabajo

Por mucho tiempo se ha dicho que lo más importante es que las personas se sumen a la construcción de sus propias viviendas.

Así lo ha hecho la familia de Yanauki Gutiérrez Febles, en la comunidad Central Sierra Maestra, en el municipio de Los Palacios.

La casa de la joven fue afectada, como la de muchos en esa zona, por el ciclón Gustav, en 2008. Tener que lidiar con varios problemas familiares y las enfermedades de sus niños pequeños hizo que pasaran varios años sin apenas ocuparse de los trámites de su vivienda.

Luego de que le aprobaran la construcción de una casa y tener que sortear dificultades con el presupuesto y los materiales durante unos cuatro años, logró empezar a levantarla. Mas su esposo, reinsertado a la sociedad tras cumplir una sanción, no se queda sentado una sola tarde. «La demora es llegar del trabajo para que se sume a la brigada», señalan los vecinos.

En la comunidad Central Sierra Maestra, perteneciente al municipio de Los Palacios, se construye contra viento y marea. Foto: Jaliosky Ajete

Víctor Manuel Domínguez Pérez, delegado de la circunscripción número 11 en esa comunidad, explica que tienen viviendas en terminación, inicio y desarrollo.

«En ocasiones no hemos estado de acuerdo, por ejemplo, con la zapata que se hace. Siempre estamos pendientes del acabado de las viviendas. Buscamos sobre todo calidad. No podemos entregar casas por el hecho de terminar y que mañana haya un problema, y eso ha pasado», reconoce.

«Nos queda un porcentaje de viviendas pendientes, pero este año hemos dado un adelanto porque es una de las circunscripciones que se ha priorizado. Las que están identificadas dentro de la dinámica demográfica, que suman 18 madres con más de tres hijos, no las hemos podido solucionar, fundamentalmente por falta de recursos. Además, me faltan 75 viviendas de 307 que fueron afectadas», puntualiza el delegado. «Aquí no quedó nada con el ciclón. Este lugar fue declarado zona de desastre», recuerda.

En San Luis también se construye gracias a la participación popular. Ángela Osmara Álvarez Aguilar, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular, explicó que se les aprobó un extraplán para construir unas 12 viviendas tipología IV en el barrio conocido como La Quimbería, en el consejo popular Buena Vista.

La comunidad, también en condición de vulnerabilidad, ha encontrado poco a poco la solución a varios de sus problemas más acuciantes, entre esos el abasto de agua y las fuentes de empleo.

En el barrio La Quimbería, San Luis, se ha construido gracias a la participación popular y el apoyo de las empresas del territorio. Foto: Cortesía de la Asamblea Municipal del Poder Popular

En marzo dio inicio la construcción de las viviendas, en su mayoría para casos críticos: madres con varios hijos, adultos mayores que viven solos y otros núcleos cuyas casas estaban en muy mal estado.

Las primeras viviendas fueron entregadas en saludo al 26 de Julio, pues ese territorio obtuvo la sede provincial.

De forma general, unas 240 viviendas tipología IV (en las paredes elementos de madera y bloques y techos de zinc o fibra) se harán este año en Pinar del Río, distribuidas en todos los municipios, y para ello se cuenta con el apoyo de las Unidades Forestales de la provincia y el Grupo de logística de la Agricultura, Gelma. La mayoría estarán destinadas a asegurar fuerza de trabajo de este sector.

Andrés Martín Carmona agregó que la situación con los recursos ha sido crítica, incluso para cumplir el plan mínimo previsto.

Desiré Díaz Díaz, coordinador de programas del Gobierno provincial, sostiene que el plan de la vivienda se chequea cada semana, pero los golpea la falta de recursos como el cemento y el acero. Inciden también los problemas con los áridos; la madera, la puntilla, los módulos de carpintería, así como el crecimiento de los precios que han afectado la entrada de recursos y las limitaciones con el combustible y la energía, entre otros.

Lo ideal sería, según comenta Martín Carmona, que en la medida de lo posible las viviendas se nominalicen al organismo al que pertenece su dueño, sobre todo si es afectado de los ciclones. De lo contrario se asigna a las empresas constructoras.

Ante ello, en los municipios se han creado condiciones para la confección de elementos de pared de barro y se producen determinadas cantidades de módulos de carpintería.

«Se espera que para el mes de octubre podamos tener producción de ladrillos en todos los territorios. Se están montando las infraestructuras para ello. Por ejemplo, en San Luis se podrán hacer unos 20 000 ladrillos al mes. Trabajarán en ellas trabajadores estatales, por cuenta propia y mipymes, y todos estarán asociados con Construcción Civil», asegura Desiré Díaz Díaz.

Su precisión coincide con lo expresado por Martín Carmona, quien explica que se han incorporado varios actores económicos tanto a la ejecución como a la producción local de materiales, «pero aún falta el protagonismo de la población en ese empeño de concluir su casa después que tiene los recursos en la mano».

Casos y casos

Ya quisiera Odalys Cabrera, la maestra, disponer de esos mismos recursos que otros han tenido y luego se demoran en levantar las paredes de su hogar.

«Desde 2013 estoy pidiendo un subsidio; como cinco veces lo he hecho ya y no he tenido respuesta. Por esfuerzo propio me es imposible construir. Me han visitado varias veces, han tomado fotos de la facilidad temporal y nada», nos cuenta, a la vez que recuerda día, mes y año de cada una de las visitas que no han fructificado.

El plan de subsidios es el programa que más se incumple en la provincia, señala Martín Carmona. En su análisis resalta que, de un plan de 465 Células Básicas Habitacionales, se han terminado 88; están en ejecución 272 y hay 213 por iniciar; todas con el ciento por ciento del financiamiento asignado. Ello hace un total de 485; suman 202 las que tienen el plazo de ejecución incumplido. De haberse cumplido, ayudaría a muchas familias que aún esperan por una solución.

Y aunque en la actualidad se buscan alternativas para dar una solución a la problemática de la vivienda, se requiere darle una mirada distinta y particular a este asunto, como orientaba el Presidente Díaz-Canel, porque se trata de un territorio en el que las afectaciones acumuladas han sido mayores a partir del impacto de los fenómenos meteorológicos.

En Noviembre de 2018:

Casos pendientes por afectaciones de huracanes (en su mayoría 2002- 2008): 10 800
Derrumbes totales: 9 700
Derrumbes parciales: 1 100
7 700 familias damnificadas (alrededor de 22 000 personas), que en ese momento no tenían su casa construida, vivían en facilidades temporales.

Cierre de Mayo de 2022:

Casos pendientes por afectaciones de huracanes (en su mayoría 2002- 2008): 6 347
Derrumbes totales: 5 836
Derrumbes parciales: 496

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