Estamos muy seguros de que ustedes van a ser buenos profesores, y más que buenos profesores, que serán excelentes educadores y excelentes revolucionarios, les dijo el Jefe de Estado. Autor: Estudios Revolución Publicado: 02/09/2021 | 11:08 pm
Porque son los jóvenes quienes mejor pueden darnos las ideas del futuro, y de su participación en el presente va a depender, y mucho, la manera en que Cuba moldee su horizonte, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, volvió en la tarde de este jueves al encuentro con ellos.
Por espacio de unas tres horas se escuchó hablar a estudiantes y profesores de la Universidad de Ciencias Pedagógicas «Enrique José Varona», sobre compromisos, aspiraciones, motivaciones y desafíos; también sobre preocupaciones y propuestas para seguir construyendo juntos un mejor país.
Y en ese afán, ha sido admirable el quehacer de los jóvenes durante estos últimos meses desde los más diversos escenarios. Tal vez por eso no fue casual que el estudiante César Rodríguez García iniciara el diálogo con un agradecimiento profundo al Presidente cubano por «darles espacio, por permitirles participar y ser protagonistas en disímiles tareas de impacto».
Las tareas de impacto —valoró— son nuevos escenarios de formación, y vamos a seguir participando en ellas.
Entre los diversos temas abordados durante la tarde, fue precisamente ese uno de los que mayores criterios generó entre los muchachos, que desde hace más de un año se han incorporado con responsabilidad y dedicación al trabajo en centros de aislamiento para pacientes positivos o sospechosos de la COVID-19 y a las diversas acciones que requieren de ellos en la comunidad.
Las tareas de impacto nos han permitido crecer, aseguró Adrián Báez, es el sentimiento que tenemos muchos de nosotros y también nuestras familias. No creo que exista mejor práctica laboral en tiempos de COVID-19, dijo, que participar como lo hemos hecho en las tareas de impacto.
Desde la singularidad de sus intervenciones, los muchachos contaron al Presidente acerca de cuánto han significado para ellos estos días y las maneras en que han aprendido a asumir los nuevos retos.
Así supimos de Yanisley González, una muchacha que desde el trabajo en los barrios, ayudando con la mensajería a personas vulnerables, confesó haber vivido una de las mejores experiencias en estos difíciles meses, porque «todos los días se aprende cómo enseñar», sin importar en qué escenario descubramos las lecciones.
Acerca del reto que supone la modalidad de educación virtual se intercambió también en varios momentos. Es un desafío, tanto para profesores como para estudiantes, reflexionó José Eduardo Manrique Betancourt.
Tan heterogénea como es la sociedad misma, eso quién puede dudarlo, es también el aula. De ahí la importancia concedida por el Presidente de la República al diagnóstico que han realizado los muchachos desde la pesquisa pedagógica, una herramienta que ha permitido un mayor acercamiento a la familia cubana para conocer acerca de afectaciones sicológicas que ha dejado el confinamiento en los más pequeños de casa, buscar maneras para mantener la motivación sobre diversas actividades y muchas otras acciones, cuyo desarrollo ha permitido también un crecimiento profesional y personal a los futuros maestros.
Cada clase es un espacio de debate
Los intercambios con la Universidad de Ciencias Pedagógicas forman parte de otros que ha sostenido el Presidente cubano con diferentes sectores de la sociedad, en especial con los jóvenes.
En este caso tienen la particularidad de que han estado precedidos por encuentros sistemáticos que desde hace más de un año se han establecido con la Universidad rectora de las Ciencias Pedagógicas en el país para encontrar, a partir de sus experiencias e investigaciones, cómo canalizar preocupaciones desde el punto de vista de la formación integral de nuestra juventud, explicó Díaz-Canel a los muchachos.
Las propuestas que han ido surgiendo desde entonces son muy interesantes, aseveró el mandatario durante el diálogo, en el cual también participaron los ministros de Educación y de Educación Superior, Ena Elsa Velázquez Cobiella y José Ramón Saborido Loidi, respectivamente, así como las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la capital.
Ha sido un período de crecimiento que ahora se enriquece con las nuevas experiencias vividas por los estudiantes. Sobre ellas comentó el Jefe de Estado, quien reconoció la sensibilidad mostrada por los jóvenes, basada sobre todo en el aprendizaje que han tenido de momentos duros y tareas complejas.
Han crecido emocionalmente —valoró— y yo diría también que en compromiso, en disposición, como seres humanos y como revolucionarios, como ciudadanos cubanos, a partir de que han chocado con problemáticas que tal vez estaban más lejos de ustedes.
Han conocido mejor la realidad cubana —reflexionó— y han sido parte de ese afán que tenemos todos por transformar las problemáticas sociales que todavía tenemos.
«Y eso nos da mucha confianza en ustedes, y yo les ratifico la confianza que tenemos en la juventud», enfatizó Díaz-Canel.
De ahí la importancia que concedió el mandatario a, con todos los aprendizajes, proyectarnos al trabajo social y perfeccionar las maneras de participación popular.
En todo lo que nos estamos proponiendo —valoró— tienen una participación decisiva los jóvenes, desprejuiciados de compromisos banales, con esa carga de energía positiva, de rebeldía, de sentido crítico y de compromiso que los caracteriza.
Si se trata de jóvenes que se están formando como profesores, consideró, la participación es esencial. Nuestro propósito es seguir promoviendo a nivel de la sociedad el debate y el diálogo —dijo— y quienes están más cerca de las prácticas de diálogo y debate son los profesores, «porque cada clase es un espacio de debate y cada clase es un ejercicio de diálogo».
En ese camino, les comentó, además, sobre la necesidad de que el diálogo «nos lleve a un buen ejercicio de la crítica y de la autocrítica». Y eso —acentuó— tiene que ver mucho en cómo se ejercen el magisterio y la docencia.
Desde la Pedagogía, dejó en profesores y estudiantes el reto de enseñar «a dirigir en colectivo, a trabajar en equipo, a conformar relaciones de trabajo donde se respete el criterio de todos y seamos capaces de construir consenso, independientemente de las diferencias que puedan existir en opiniones sobre un tema en particular».
Para que nuestra sociedad sea mejor —señaló— necesitamos que las personas desarrollen todas sus capacidades físicas e intelectuales. Trabajemos, convocó a los futuros maestros y a sus profesores, para que el conocimiento y la cultura sean los que distingan a las cubanas y a los cubanos.
Estamos muy seguros de que ustedes van a ser buenos profesores, y más que buenos profesores, que serán excelentes educadores y excelentes revolucionarios, les dijo el Jefe de Estado. «Contamos con ustedes para todo lo que nos estamos proponiendo en el presente y en el futuro para perfeccionar el país».