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A 125 de una asonada histórica

Se recuerda en Isla de la Juventud el protagonismo y osadía juvenil de jóvenes pineros que hace 125 años realizaron una de las acciones más osadas de la historia de la independencia de Cuba para unirse a las tropas de Maceo en el Occidente

Autor:

Roberto Díaz Martorell

Nueva Gerona, Isla de la Juventud.— La fecha histórica del 26 de Julio no solo está ligada a este Municipio Especial por la participación del pinero Jesús Montané Oropesa en los sucesos del Moncada y los meses de cárcel que pasaron los moncadistas en el Presidio Modelo, sino que la vincula, desde mucho antes, el primer levantamiento independentista contra la corona española protagonizado por jóvenes residentes en esta ínsula.

 Aunque no se registra el hecho como antecedente de la epopeya del Moncada, lo cierto es que 57 años antes de que Fidel y la generación del centenario asaltaran esas fortalezas militares, también una mañana de la Santa Ana, pero de 1896, estos jóvenes se alzaron en la entonces Isla de Pinos contra el régimen colonial español imperante.

 Se cuenta en la Monografía Pinera que a escasos metros de la Comandancia Militar se fraguó el plan insurgente, en el que Evangelina Cossío, hija del independentista Agustín Cossío, serviría de señuelo para apresar al teniente coronel de la caballería española.

 Según el libro La campaña de Occidente, de José Miró Argenter —jefe del estado mayor de las tropas del Lugarteniente General Antonio Maceo–, los pineros ataron a José Berriz al frente de la comandancia de la Isla y enarbolaron la bandera de Cuba libre.

Pero la escasez de armas y desorganización de los complotados llevó al fracasó este intento, y los jóvenes fueron apresados. Entre ellos figuraban Juan Iturriaga, Emilio Vargas y los hermanos Pimienta. Ese hecho le costó la vida a Bruno Hernández Blanco, primer mártir de la localidad, y se reconoce como el primer levantamiento del 26 de Julio en Isla de Pinos.

Los Hechos

 La noche anterior a la Santa Ana, los complotados tenía elaborado el plan de acción: Secuestrar al Gobernador Militar José Berriz y obligarlo a deponer las armas; ocupar el Cuartel de Caballería, tomar las armas y distribuirlas entre los complotados; capturar la cañonera que se encontraba en el muelle y con ella dirigirse a Pinar del Río.


 Según se narra en la Monografía Pinera, las fuerzas y misiones se organizaron y distribuyeron. Estaban listos y entusiasmados. El deportado Félix Arias Segrera, que fungía como Ayudante del gobernador, sería el encargado de concertar el encuentro de Berriz con Evangelina Cossío, quien sería trasladada junto a su padre a un lugar seguro al finalizar la operación.


 La captura del coronel español estaba a cargo de Emilio Vargas y otros 10 hombres, prevista para el instante en que el oficial entrara a la casa de la joven, cuando se pensaba obligarlo a firmar la capitulación.


 El joven pinero Bruno Hernández Blanco tenía la misión de entrar al frente de la caballería en Nueva Gerona y tomar el cuartel mientras se efectuaba el apresamiento de Berriz. Todo planificado al detalle, incluso la fecha: 26 de Julio, por ser esta día de la Santa Ana y las festividades alcanzaban hasta altas horas de la noche, lo que garantizaba el movimiento de hombres, incluso a caballos y en grupos, sin causar sospechas.


Llegado el día, en la madrugada, Berriz cayó en la celada. Emilio Vargas y sus hombres lo apresaron y conminaron a punta de pistola a firmar el documento de rendición de la plaza, pero los gritos del oficial llamaron la atención de los guardias del cuartel, a pocos metros del lugar, quienes derribaron la puerta para enfrentarse a tiros con los complotados, hecho que los obligó a retirarse a caballo.


 Durante la trifulca, Emilio Vargas resultó herido y posteriormente capturado y fusilado en el cementerio de Nueva Gerona. Bruno Hernández Blanco, al frente de la caballería mambisa, procedente de Santa Fe, logró entrar en Nueva Gerona por el puente del río Las Casas, dirigiéndose por la calle Río (actual 35) hasta la valla de gallos, enclavada en la esquina de la calle San Clemente (hoy 26), donde se encontraba reunido otro grupo de patriotas para incorporarse a la tropa, pero ya las tropas españolas estaban emboscadas tras los sucesos en casa de Evangelina y los estaban esperando.


 Los jóvenes insurrectos fueron sorprendidos. A la llegada de la avanzada mambisa se produce una descarga cerrada de fusilería, y el joven jefe Bruno Hernández Blanco fue el único en caer mortalmente herido en el combate, convirtiéndose  en el primer hombre de esta tierra que derramaba su sangre por la independencia de Cuba.


El resto de los sobrevivientes fueron apresados. Evangelina Cossío fue detenida y luego recluida en el Vivac del Cuartel de Caballería, sin tener en cuenta su condición de mujer. Después fue trasladada a Batabanó junto con los demás prisioneros, en el barco Protector, y recluida más tarde en la Casa de las Recogidas San Juan Nepomuceno, prisión para mujeres. La patriota fue condenada a 24 años de prisión, a cumplir en la Cárcel de Mujeres de Madrid, aunque se le había solicitado la pena de muerte.


Repercusión y actualidad

Aquellos acontecimientos del 26 de julio de 1896, demostraron, en primer lugar, que en la entonces Isla de Pinos también ardían los sentimientos independentistas de sus jóvenes. La revuelta pinera repercutió en Cuba y en los campos de combate del ejército mambí, al punto que el General José Miró Argenter escribió sobre estos hechos y los llevó a su libro Cuba: crónicas de la guerra (1945), en el que relata los principales sucesos acontecidos aquel 26 de julio en Isla de Pinos, así como una crítica a lo narrado por Berriz y publicado en la prensa madrileña de aquellos años.


La juventud pinera y toda la población de esta isla cada 26 de Julio rememora aquella epopeya. Justo en la antigua calle Pinillos, ahora bulevar José Martí, donde se encuentra una tarja en honor al primer patriota pinero, es el punto de partida para una peregrinación hasta el obelisco que guarda los restos mortales de Hernández Blanco.


 Si aquella acción tuvo entre sus propósitos liberar a la entonces Isla de Pinos del dominio español y aportar hombres y armas a las tropas del general mambí Antonio Maceo, que operaba en la región occidental del país, hoy significa un asidero importante de la historia local que solidifica los valores y el compromiso de los residentes en este Municipio Especial cubano para continuar defendiendo las conquistas de la Revolución y aportar por un futuro en el que perduren la paz y la soberanía.

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