delegados al 11no. Congreso de la UJC se incorporaron a los esfuerzos para frenar la COVID-19 Autor: Zorileidys Pimentel Miranda Publicado: 14/05/2020 | 01:52 pm
PINAR DEL RÍO.— Cuando arribó a Cuba procedente de Venezuela, el doctor Julio César Candelaria Britovenía cargado de historias, experiencias y conocimientos para compartir.
Quizá por ello imaginaba que las sesiones del 11no. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, previstas para los primeros días de abril, serían un espacio ideal para debatir, socializar e intercambiar saberes.
Sin embargo, lo que nunca imaginó fue que sus planes cambiarían inesperadamente: Justo dos días después de que se reincorporara al trabajo en la Dirección Municipal de Salud de Consolación del Sur, en Cuba se confirmaban los primeros tres casos de la COVID-19.
«Desde el primer momento los jóvenes nos incorporamos a las charlas educativas en los centros educacionales y laborales del territorio y a las audiencias sanitarias en barrios. Además, médicos al fin, comenzamos a conversar con nuestros vecinos y explicarles la importancia de que siguieran al pie de la letra todas las medidas orientadas», cuenta este especialista de segundo grado en Medicina General Integral.
«Luego de confirmado el primer caso de mi municipio la labor fue más intensa. Desde entonces nos empleamos más a fondo en el pesquisaje activo, con apoyo de los estudiantes de Ciencias Médicas. Así identificamos casos sintomáticos respiratorios y, por supuesto, hacemos énfasis en la comunidad El Canal, una de las más afectadas en el país», agrega el doctor Candelaria Brito, quien además es miembro del equipo de certificación municipal de la COVID-19.
A sus 33 años, asegura sentirse orgulloso de poder estar en la primera línea para enfrentar la pandemia, y es que él «había presenciado otros brotes de enfermedades, pero nunca uno con la magnitud de esta», confiesa.
«Profesionalmente hablando, es una de esas experiencias que uno nunca olvida. Además, es el momento de demostrar la solidaridad, sensibilidad y nivel profesional de los jóvenes, y en general de los trabajadores del sector, que nos hemos unido para que sean menos los contagiados», comenta el también profesor auxiliar.
En estos días estaría narrando a sus coterráneos lo vivido en el Congreso, le menciono. «Es cierto —dice y suspira—.No obstante, creo que hoy más que nunca la juventud cubana tiene un papel de vanguardia. Es nuestra misión estar en las comunidades, atender a los pacientes, permanecer fuertes y unidos. Ese es ahora mismo nuestro Congreso».
En el barrio, con los vecinos
A Yosmany Delgado Estrada la propagación de la COVID-19 en Cuba lo hizo reflexionar, y ante el aumento del número de contagiados no pudo quedarse de brazos cruzados.
Por ello, desde hace varios fines de semana sus rutinas cambiaron. Ahora en su zona, cerca del Paradero de Ferrocarriles del municipio Guane, además de visitar a su familia también toma parte de su tiempo para dialogar con los vecinos sobre las medidas sanitarias que deben adoptar.
«En mi localidad solo vivimos tres médicos y dos están cumpliendo misión internacionalista, por lo que esta tarea me ha tocado a mí. Esta es una zona tranquila y llena de gente buena y noble. En cada hogar hay al menos un anciano y hacia ese grupo vulnerable va encaminada la mayor parte de mi labor», explica este joven, residente de Angiología en el Hospital Abel Santamaría Cuadrado, de Vueltabajo.
«Una vez que llego a las casas converso con ellos sobre el lavado de manos, el uso correcto del nasobuco fuera del hogar, el distanciamiento social y cómo deben estar al tanto de todas las informaciones que se ofrecen por los medios de difusión masiva», apunta.
¿Y cómo te recibe la gente?, pregunto intrigada. «Súper agradecidos. Muchos me vieron nacer y crecer, así que al verme de médico sienten orgullo y a través de mí extienden las gracias infinitas a todo el personal de la salud. Me prestan atención, reflexionamos juntos. Lo más importante es que aquí se puede apreciar una percepción de riesgo. Pareciera que la gente de campo es más disciplinada», comenta y sonríe.
«Esta es una experiencia aleccionadora—puntualiza— por eso creo que sería excelente debatir sobre el papel asumido por los jóvenes ante la pandemia durante las sesiones del Congreso, cuando se defina una fecha», propone esperanzado.
Pesquisar, tarea de todos
Como el resto de los estudiantes de Medicina, Eduardo Enrique Cecilia Paredes también se incorporó hace varias semanas a las pesquisas en las comunidades. En su caso le correspondió en el área del policlínico Turcios Lima, en la cabecera provincial.
«Como joven es un privilegio estar participando de cerca en esta misión. Qué mejor forma de demostrar la grandeza de nuestra profesión que poniendo nuestros conocimientos y energías en función del bienestar común», afirma.
«Para mí no hay mayor recompensa que la sonrisa con que nos reciben en las casas, el respeto que nos profesan y el agradecimiento por ocuparnos de todos —niños, ancianos, adolescentes, hombres, mujeres—, porque para nosotros todos son importantes y merecen estar saludables», manifiesta.
«Esta es una experiencia queconsolida nuestra vocación humanista y nos permite sentirnos realizados mucho antes de graduarnos, porque desde ya estamos ayudando a cientos de personas a mantenerse tranquilas y saludables».
Para estos jóvenes pinareños no importa el sol, las altas temperaturas, el viento o el polvo que puedan encontrar en el camino, pues nada se compara con esa frase que a todos llega al alma: «Gracias por preocuparse por nosotros».
¿No les da miedo realizar estas tareas?, pregunto: «El miedo siempre está, somos jóvenes e inexpertos, aún nos queda mucho por aprender, pero algo sí sabemos y es que no podemos demostrar nuestros temores; a nosotros nos toca transmitir tranquilidad, optimismo y confianza», concluye Eduardo.
Julio César, Yosmany y Eduardo, son solo tres de los 48 jóvenes que en Pinar del Río fueron elegidos para participar en las sesiones del 11no. Congreso de la UJC. Ellos cambiaron sus rutinas y cada uno desde su posición encuentra formas de enfrentar esta pandemia que ya afecta a todo el planeta, pues, como ellos mismos dicen, la batalla contra la COVID-19 es de todos.