24
Las Tunas.— El ahorro de energía y de combustible sin dejar de prestar servicios de calidad han devenido premisa de los trabajadores del hospital pediátrico Mártires de Las Tunas, la principal institución de su tipo en esta provincia.
«A partir de las indicaciones de nuestro Ministerio y de la dirección territorial de Salud, hemos elaborado un plan que concuerda con los principios establecidos para el país. Hasta la fecha estamos cumpliendo cabalmente los parámetros propuestos», aseguró la doctora Nidia A. Leyva, directora del centro.
Según la directiva, fueron las secciones sindicales las que convocaron a la economía. Así, con un día de antelación se registran en la cocina algunos de los comestibles previstos para la jornada siguiente, de manera que las cacerolas estén listas en los fogones cuando se comience a generar vapor.
«Ahorramos también con las interconsultas. Ante una gravedad, si nos vemos urgidos de solicitar la presencia de un especialista de otro centro —angiólogo, dermatólogo, neurocirujano…— lo buscamos a su casa, pero siempre con criterio médico bien definido y previa discusión.
«En el caso de los especialistas nuestros, a los que hacen guardias localizables en sus hogares —como otorrinos, ortopédicos, oftalmólogos…—, los trajimos para el hospital y ahora están haciendo guardias físicas. Con esa alternativa de circunstancia ahorramos el combustible de la búsqueda», aseguró la Directora.
Igualmente, precisó que los pacientes necesitados de ser trasladados a otras unidades para una resonancia magnética o un complementario reciben ese servicio. No hacerlo pondría en riesgo su salud y dificultaría llegar a un diagnóstico. «Cada caso de ese tipo se discute y, por muy difícil que resulte en la actual coyuntura, siempre le encontramos solución».
Actualmente, el Pediátrico tunero apenas tiene camas libres, como consecuencia del incremento de los casos de dengue. Por tal razón, se han visto afectados procesos como la cirugía. «Con esa falta de capacidad se nos dificulta asumir a todos los pacientes requeridos de operaciones. Pero las urgencias y las patologías priorizadas siempre tienen respuesta», asegura.
Leyva apuntó que otra medida para ahorrar energía y combustible es el cierre de los departamentos que no son imprescindibles. «Reubicamos su personal en otras tareas, que incluyen hasta maratones de limpieza. Apoyamos también el trabajo en la casa, cuyo saldo deben presentar en la siguiente jornada.
«Controlamos hasta el detalle con lecturas y partes los gastos diarios en electricidad y petróleo. Ahorro es la palabra de orden aquí. Estamos prestando servicios “con aprietos”, pero nuestro colectivo laboral responde al llamado de la dirección del país. Creo que lo estamos logrando».
