Maine Autor: Juventud Rebelde Publicado: 15/02/2018 | 03:41 pm
Era la noche del 15 de febrero de 1898 y, mientras en la manigua los mambises sentían más cercana la independencia de Cuba, La Habana se estremecía con dos explosiones consecutivas. El Maine, un acorazado norteamericano que hacía más de un mes había llegado a la bahía, estallaba misteriosamente y en pocos minutos quedaba sumergido en las aguas.
En aquellos momentos, el propio cónsul estadounidense en Cuba, Lee, expresó que parecía un accidente fortuito. Un día después, el subsecretario de la marina, Teddy Roosevelt, escribiría: «Daría cualquier cosa porque el presidente McKinley enviase mañana la flota a La Habana.
Así recordó aquellos días el presidente del Instituto de Historia de Cuba, René González Barrios, durante el acto por el 120 aniversario de la explosión, realizado en el monumento a las víctimas del buque.
Barrios aclaró que, precisamente, fue ese hecho la excusa que usó Estados Unidos para invadir la Isla e iniciar la guerra por la que España perdería su poder colonial en América.
«Aunque el sepelio de las víctimas fue una sentida manifestación de duelo y los marinos fueron sepultados con honores militares, la prensa amarilla norteamericana acusó a los españoles de mutilar los cadáveres», dijo el profesor, y se refirió a la conocida pugna mediática en torno a la guerra que mantenían los dos principales magnates de la prensa estadounidense: William Randolph Hearst y Joseph Pulitzer, la cual estimuló la intervención.
Además, explicó que de los 355 tripulantes del Maine, sobrevivieron 95, y solo se recuperaron los restos de 192, pues en el buque quedaron sepultados 58, cuyos cadáveres fueron rescatados en 1912 cuando se reflotó el barco para hacerlo desaparecer en las profundidades del Estrecho de la Florida, a unas diez millas al norte del Morro de La Habana.
Los marinos fallecidos se convirtieron en víctimas de su propio gobierno, acotó el profesor, y subrayó que la historia posterior de Estados Unidos es rica en fabricación de pretextos para provocar guerras. Contra la Revolución cubana, han sido disímiles. Solo el magisterio diplomático de Fidel y la cultura de resistencia de nuestro pueblo han impedido la agresión directa de sus fuerzas armadas. De ahí los nuevos pretextos de supuestos ataques sónicos contra sus diplomáticos, a los que se unirán en un futuro, otros tan imaginativos y difíciles de comprobar y creer, dijo.
En la ceremonia, celebrada en la jornada por el 150 aniversario de las guerras de independencia, ocurrió el arreglo de ofrendas florales en nombre del pueblo cubano a las víctimas del Maine y a Henry Reeve, joven norteamericano que llegó a ser General de Brigada del Ejército Libertador.
Estuvieron presentes Yaquelín González López, miembro del Buró ejecutivo provincial del Partido en La Habana, Reynaldo García Zapata, miembro del Comité Central del Partido y Presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular en la capital, así como combatientes revolucionarios. También se escucharon versos declamados por el actor Alden Naig y las voces de la Academia de canto Mariana de Gonich.