Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Niñez con derechos y más

El bienestar de los niños y niñas es un propósito inherente al proyecto social cubano y su revolución

Autor:

Yuniel Labacena Romero

El bienestar de los niños y niñas es un propósito inherente al proyecto social cubano, y el respeto y la atención a sus derechos constituyen una estrategia que, de manera consciente y planificada, se impulsa sistemáticamente. En esta tierra  se honra la máxima martiana de que para los niños trabajamos, porque son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo.

Nuestro Estado no esperó por la adopción de ningún tratado o cumbre internacional para consagrar su voluntad de proteger a sus seres más pequeños. Por eso, cuando en 1989, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño, ya nuestro país había tomado una serie de medidas legislativas, judiciales, administrativas y de otra índole a favor de ellos.

Este asunto ocupó los debates de la Comisión de Atención a la Juventud, la Niñez y la Igualdad de Derechos de la Mujer del Parlamento, ya que el próximo año Cuba presentará su tercer informe al Comité de los Derechos del Niño de la ONU, órgano de expertos independientes que supervisa la aplicación de la mencionada Convención Internacional.

Juan Antonio Quintanilla Roma, jefe del departamento de Asuntos Sociohumanitarios y Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores, explicó que su organismo coordinó el Grupo de Trabajo multidisciplinario que elaboró el Informe, para lo cual se desarrolló un proceso de consultas que incluyó un análisis sobre cómo avanzar en la armonización de la legislación y políticas nacionales con los instrumentos internacionales de los que Cuba es Parte.

Entre los elementos que se abordan en el documento, dijo, están los derechos y libertades civiles, violencia contra el niño, entorno familiar y modalidades alternativas de cuidado, discapacidad, salud básica y bienestar, educación, esparcimiento y actividades culturales, medidas especiales de protección, así como otros relacionados con la venta de niños, su utilización en la pornografía y la participación en los conflictos armados, la prostitución infantil, fenómenos que no constituyen un problema para la sociedad cubana.

Quintanilla Roma afirmó que Cuba ha trajabado insistentemente en las recomendaciones que le han realizado al presentar los informes anteriores. Agregó, que todavía existen desafíos relacionados con la edad para contraer matrimonio, la penal y laboral, así como otros relacionados con una Ley sobre Discapacidad y tribunales especializados para los niños, pero ello no quiere decir que no se atienda de otra manera con efectividad.

Varios diputados, como el granmense Reydier Bernal Gómez, señalaron que debemos potenciar en nuestras comunidades la labor de prevención e identificación de los principales problemas de los menores; mientras Aymara Guzmán Carrazana, de La Habana y presidenta de la Organización de Pioneros José Martí, añadió que en Cuba se defiende el derecho de los niños a una participación real en la vida de la nación y la obra de la Revolución.

Como apuntó María Esther Reus, ministra de Justicia, tenemos que seguir perfeccionando lo alcanzado y promoviendo el conocimiento jurídico de nuestros ciudadanos para que no ocurran violaciones de los derechos de nuestra niñez, la cual es protegida mediante el diseño, la ejecución y la evaluación de políticas sociales, programas y proyectos en diferentes sectores.

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