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En el Centro de Estudios Martianos, una nutrida representación de jóvenes de distintas instituciones rindió homenaje de recordación a Fidel por el primer aniversario de su fallecimiento.
Estuvieron presentes integrantes del Movimiento Juvenil Martiano, la UJC, el consejo de la FEEM del Instituto Preuniversitario Saúl Delgado, y del Club José Martí del hotel Sevilla, quienes depositaron ante una foto del dirigente histórico, una rosa blanca cada uno, como símbolo de la continuidad en la defensa de los principios inculcados por él por más de 50 años.
Ello tuvo lugar después de visualizar un fragmento del discurso de Fidel el 14 de mayo de 2004 ante la oficina de intereses de Estados Unidos, cuando el Presidente norteamericano George W. Bush había recrudecido el bloqueo en contra de nuestro país y nos amenazó con su prepotencia militar, situación parecida al momento actual.
El acto fue presidido por Héctor Hernández Pardo, subdirector general de la oficina del programa martiano; René González Sehwerert, vicepresidente de la Sociedad cultural José Martí y Héroe de la República de Cuba, y directivos del Centro de Estudios Martianos.
El doctor Pedro Pablo Rodríguez López, vicepresidente de la Academia de Historia de Cuba y Premio Nacional de Ciencias Sociales y de Historia, leyó unas reflexiones suyas que tituló Martí en Fidel.
«El concepto de Revolución expresado por el Comandante histórico en intervención pública masiva es una inspiración, un imperativo y un ejemplo de conducta permanente a seguir en nuestra lucha» enfatizó y recalcó: «En particular el tópico que alude en su conceptualización a ser tratados y tratar a los demás como seres humanos, es un deber ser de la ética del proceso revolucionario para nuestro pueblo y especialmente para la juventud».
Ana Sánchez Collazo, directora del Centro de Estudios Martianos comentó que «Del apóstol aprendimos que la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida y por ello las instituciones martianas hemos querido recordar la entrada a la inmortalidad de nuestro invicto Comandante».
Y sostuvo también: «Queremos recordarlo desde los sentimientos, la razón y el compromiso con su obra y su pensamiento. Él es el discípulo más consecuente de José Martí, un hombre que ha dejado una huella indeleble en la historia, en Cuba, en América Latina y en el mundo».
