«Las clases de Historia necesitan ser impartidas de manera creativa para que los estudiantes se motiven», recomienda Yuri. Autor: Juan Morales Agüero Publicado: 21/09/2017 | 06:59 pm
LAS TUNAS.— La gente entusiasta no suele hacer buenas migas con las rutinas. Repetir la misma fórmula todos los días, reproducir al calco las jornadas precedentes, insistir hasta el cansancio en esto o en aquello… No, definitivamente, eso nunca generará nada provechoso. Cada amanecer debe ser preámbulo de un acto de creación capaz de aportarles mejores prácticas a nuestras maneras de hacer.
En el sector educacional, ninguna clase debe parecerse a otra desde el punto de vista de la motivación, so pena de provocar el tedio o el bostezo entre los estudiantes. No es casual que los docentes que más se preocupan por ese detalle figuren entre los de mejores resultados. Entre ellos está Yuri García, quien a sus 37 años de edad —diez de estos como profesor integral de secundaria básica— se propuso recoger en un libro todo lo que se puede realizar en materia de amenidad en la enseñanza de la Historia.
«La idea de preparar ese material comenzó a rondarme en 2009, cuando formaba parte del claustro de profesores de la secundaria básica Manuel Ascunce, recuerda. Por entonces eran usuales los encuentros de conocimientos entre los alumnos. Me orientaron hacerme cargo de los de Historia. Desde el primer momento quise que fueran diferentes, en especial alejados de la rutina».
El primer paso fue trazar una estrategia en la que la motivación deviniera base de amenidad y de interés por una mejor comprensión de la historia nacional. Ex profeso, su diseño no incluyó entre sus «colaboradores» a los manuales, tildados de «aburridos» por algunos muchachos. Eso sí, tuvo en cuenta paradigmas de la época, como los programas de TV Encuentro con Clío y ¿Quién sabe?
En unos días Yuri tuvo montada la armazón del proyecto. Consistió en una suerte de juego didáctico de preguntas-respuestas y ejercicios diversos, encaminado a fortalecer los contenidos con mayores dificultades de asimilación. Enfatizó en aquellos relacionados con las cuatro etapas de la historia de Cuba y en los acontecimientos más relevantes ocurridos en cada una. Para hacerlos más motivadores, los relacionó con hechos curiosos, y eso propició que el divertimento y el interés aumentaran.
«También tuve en cuenta la historia local, con la que los alumnos tienen deudas pendientes, asegura. En el caso de Las Tunas, hay tela por donde cortar. Por ejemplo, ocho mambises de esta comarca pelearon con grados de general en las guerras del siglo XIX. El paradigma fue el mayor general Vicente García González, quien llegó a ser presidente de la República en Armas y, cuando tomó la ciudad en 1876, le dio candela, incluso a su propia casa».
Martí, las tunas y la historia total
Como integrante de la Sociedad Cultural José Martí, Yuri no se hubiera perdonado ignorar en su proyecto el estudio de la vida y obra del más universal de los cubanos. Toda la historia de nuestra patria está signada por su pensamiento, cada día más vigente. Aunque el hombre de Dos Ríos jamás pisó suelo tunero, determinadas circunstancias lo relacionan de alguna manera con su contexto. Y el entusiasta profesor las tuvo presentes.
«Mira, en agosto de 1897, luego de un encarnizado combate, las tropas insurrectas al mando del mayor general Calixto García Íñiguez ocuparon la otrora ciudad de Victoria de las Tunas. En aquella refriega se destacó como artillero el mambí José Francisco Martí Zayas-Bazán, hijo del Apóstol. Fue tal el arrojo mostrado por el Ismaelillo desde su cañón, que lo ascendieron a teniente.
«Otro dato curioso es que el tunero Manuel Nápoles Fajardo (Sanlope) fue quien primero editó un texto escrito por José Martí. Se trató de un poema dedicado a Micaela Nin, esposa de su maestro Rafael María de Mendive. La pieza se publicó el 26 de abril de 1868 en el periódico El álbum de Guanabacoa —a la sazón dirigido por nuestro coprovinciano— y se titula precisamente así, A Micaela. Está inspirado en la muerte de Miguel Ángel, el hijo mayor del matrimonio. Por entonces Martí tenía solo 15 años de edad».
Yuri le dio cabida en su proyecto a temas de actualidad de corte científico, económico, deportivo, religioso, artístico, en fin… También buscó espacio para hablar de las costumbres y las tradiciones, algo que forma parte orgánica de los anales de cualquier localidad.
La presencia de la literatura en la historia patria no podía faltar. Así, los nexos de ciertos géneros literarios con hechos históricos aparecen de manera lúdica cuando se cita el poema a la figura del Che Guevara escrito por Nicolás Guillén, o el de la autoría de Rubén Martínez Villena relacionado con la Protesta de los 13. Esas técnicas propician que el ejercicio, amén de académico, devenga divertimento y cultura.
Al decir de Yuri, «el proyecto se ha aplicado ya en varios centros de la capital tunera a través del Movimiento Juvenil Martiano. Tuvo una excelente acogida en la Universidad de Ciencias Médicas y en el Instituto Preuniversitario Francisco Muñoz Ruvalcaba. Ahora, lo estamos desarrollando todos los meses en la Plaza Martiana como parte de un proyecto sociocultural aprobado por la Sociedad Cultural José Martí. Se involucran varias escuelas».
Todavía mucho por hacer
A pesar de que su texto es inclusivo y abarcador, Yuri no se siente del todo satisfecho. En cada revisión encuentra alguna referencia perfectible o algún tema con aristas por abundar. Desde su puesto de trabajo como especialista del Museo Histórico Provincial Mayor General Vicente García —labor que alterna con la docencia universitaria— no cesa de investigar en los anales de la ciudad. Porque, como bien dijo alguien, «hay que conocer primero lo propio antes de aprender a conocer y valorar lo ajeno».
«Hasta el momento, he asumido la edición de este folleto, que contiene alrededor de 500 preguntas, cuyas respuestas están dispersas en diferentes textos. Aborda en cuatro partes temas de historia, en su más amplia gama. Alguien me imprimió unos pocos ejemplares y me diseñó una portada. Pero todo es muy artesanal. Me sentiría sumamente satisfecho si alguna editorial se interesara en reproducirlo para las escuelas. Porque, aunque no me corresponda a mí decirlo, considero que contiene juegos y ejercicios didácticos capaces de hacerles más atractiva y provechosa la asignatura a los estudiantes», confiesa Yuri.