Las crías pudieron sentirse tentadas porque el sabor de la leche de todos los mamíferos es similar. Autor: Rodolfo Blanco Cué Publicado: 21/09/2017 | 05:13 pm
CAMAGÜEY.— Para el asombro de sus dueños, Yeti se ha convertido en la perrita solidaria del reparto Paco Borrero, por la fraternidad que ha demostrado al alimentar a cinco cerditos que prefieren su leche a la de su madre.
Mannorkys Santamaría, propietario de los animales, compartió con la prensa que aunque las crías no tienen necesidad de amamantarse de la perra, porque su madre biológica posee abundante leche, estos no dejan de perseguir a Yeti, hasta prendérseles de sus mamas.
«Cada vez que tienen oportunidad no reparan en acosarla, y hasta lloran y gruñen cuando la perra sale del hogar, por el cansancio de tanto asedio», añadió Eida Fernández, esposa de Mannorkys.
«En esas ocasiones, cuando Yeti sale de casa —dijo Santamaría— las crías vuelven a la carga con la cerda, pero no dejan de preferir la leche de la perra».
La ya popular perra camagüeyana de raza criolla, tamaño mediano y color gris y carmelita, aunque destetó hace unos días a su última cría natural, de un parto de nueve perritos, tampoco reniega sus instintos maternales, porque además de los cinco cerditos, adoptó también a un cachorro huérfano.
Sergio Rodríguez, miembro de la Dirección Provincial del Instituto de Medicina Veterinaria en este territorio, informó que tales conductas en los animales solo ocurren escasamente y poseen un carácter excepcional, «pues no responden a sus instintos naturales».
El especialista señaló que la leche de la madre biológica es la que proporciona a los lechoncitos los componentes nutricionales necesarios para su desarrollo, y no la de la perrita, que contiene menos grasas, vitaminas y proteínas.
Actualmente, aunque no se conoce con certeza por qué ocurren estas «adopciones» entre animales de diferentes especies, el doctor Rodríguez consideró que las crías pudieron sentirse tentadas «porque el sabor y la temperatura de la leche de todos los mamíferos son similares».
Y mientras el suceso ocurre día tras día en el hogar de estos camagüeyanos, amigos y familiares cercanos a Yeti confirman que «la perra corresponde así por el amor recibido en el hogar de sus dueños, al que llegó un día sin previo aviso, y del que nunca más se marchó».