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Protagonista del combate estudiantil

La Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE) llega a su aniversario 45 sin perder sus propósitos fundacionales, pero marcada por la nueva realidad que vive la región. Del 10 al 15 de agosto realizará en Uruguay su XVI Congreso

Autor:

Margarita Barrios

Latinoamérica vive hoy una realidad diferente. El movimiento estudiantil tiene como principal desafío apoyar esos procesos de cambio, lo cual se hará patente en nuestro Congreso, expresó Yordanys Charchaval de la Rosa, presidente de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE).

Del 10 al 15 de agosto, en Montevideo, Uruguay, se realizará el XVI Congreso de la organización, en el cual Cuba estará presente con una delegación integrada por diez jóvenes de la FEU y la FEEM, procedentes de diversos lugares del país.

«El reto es grande —afirmó Charchaval—, pues siempre son muchas las preguntas e inquietudes sobre la realidad cubana. Tendrán que multiplicarse para representar allí a nuestro estudiantado.

«También contaremos con el apoyo de un grupo de jóvenes del Cono Sur que cursan estudios en Cuba, y que en estos momentos están de vacaciones en sus países, quienes acudirán al Congreso. Aunque no forman parte de nuestra delegación, conocen bien la realidad cubana» explicó.

—¿Qué participación han tenido los estudiantes cubanos en la realización del CLAE?

—Por el prestigio de nuestro movimiento estudiantil, fuimos elegidos para lanzar, el 25 de febrero último, la convocatoria oficial al XVI CLAE, lo cual se realizó en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).

«Entre abril y mayo se efectuó un proceso de discusiones en las universidades y centros de la FEEM del país, donde se trabajaron las temáticas del XVI CLAE adaptadas a la realidad cubana, que difiere en muchos casos de las de otros países de la región.

«Por ello los temas giraron fundamentalmente en torno a la educación, sus perspectivas y retos, aunque otros aspectos como el cuidado del medio ambiente, la igualdad de género, la lucha contra una posible guerra nuclear, también fueron abordados, así como la lucha por la libertad de los Cinco y el impacto del bloqueo yanqui en los jóvenes.

«En aquellos momentos todo el país se encontraba inmerso en la discusión de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, debate en el cual también participaron los estudiantes de la FEEM y la FEU».

Yordanys es licenciado en Cultura Física. Desde marzo de 2009 es miembro del Secretariado Nacional de la FEU y en noviembre del propio año asumió la presidencia de la OCLAE.

«Cuba preside la OCLAE desde su fundación, el 11 de agosto de 1966, porque ha sido el mandato y la voluntad de las organizaciones estudiantiles que la integran.

«No está escrito en los estatutos que la presidencia sea vitalicia porque se haya creado en nuestro país», aclaró. En cada Congreso se llevan a votación los cargos de dirección, y si la FEU de Cuba ha sido ratificada como guía, es por el prestigio que ha demostrado el estudiantado cubano en todos estos años».

El dirigente recordó que la OCLAE surge con un marcado carácter antiimperialista, para abogar por la solidaridad y el internacionalismo, luchar por la unidad del movimiento estudiantil y defender sus reivindicaciones históricas, principios que la rigen aún, pues no han perdido vigencia.

«En estos 45 años, que estamos próximos a cumplir, la OCLAE ha pasado por diferentes etapas: el enfrentamiento a dictaduras militares, la lucha contra los tratados de libre comercio y la deuda externa en América Latina, así como el combate contra la implementación de políticas neoliberales, que tanto afectaron el movimiento estudiantil.

«Hoy tenemos un contexto nuevo, por los procesos integracionistas que se desarrollan en América Latina. Sin embargo, en algunos países el movimiento estudiantil está siendo manipulado, utilizado por la derecha, por sectores que van en contra de los procesos de cambio que vive la región, y creemos importante el debate en torno al tema.

«Sabemos que no todos van a compartir estos criterios, por lo heterogénea que es nuestra región, sabemos que van a existir diferencias de criterio, pero la esencia está en lo que seamos capaces de lograr como organización.

«Las estrategias de lucha han variado mucho. Hoy los estudiantes salen a manifestarse no solo por demandas estudiantiles, sino por cambios constitucionales como es el caso de Chile.

«Por eso es importante el vínculo de la OCLAE con otras organizaciones obreras, indígenas, campesinas, que pueden entablar ese enfrentamiento. Una tarea fundamental es lograr la unidad de los movimientos sociales».

Charchaval recordó que la OCLAE es una organización no gubernamental (ONG). «Es una organización de organizaciones, pues está constituida por las asociaciones estudiantiles de los países de la región que desean integrarse».

Desde el último CLAE, realizado en 2007 en Quito, Ecuador, está compuesta por 36 organizaciones de 23 países de América Latina y el Caribe, y representa a unos 110 millones de estudiantes.

—¿Por qué realizar este CLAE en Uruguay?

—Es una manera de reconocer el trabajo de la Federación de Estudiantes Universitarios de Uruguay, que en estos momentos es coordinadora desde la OCLAE del trabajo estudiantil en la subregión del Cono Sur.

«Es una organización histórica, con 82 años de fundada. Tienen logros importantes. Por ejemplo, la Universidad de la República, la única pública del país, posee índices de calidad que compiten con los centros de educación superior de la región y del mundo, y es oportuno trasladar esa experiencia al resto de los latinoamericanos».

—¿Cuáles serán los ejes de discusión del encuentro?

—Son cuatro, con muchos subtemas: La coyuntura mundial y latinoamericana, la crisis, los procesos de integración, será uno de ellos.

«Otra cuestión a abordar es el propio desempeño del movimiento estudiantil, su organización y cómo fortalecer la OCLAE.

«El tercer gran tema es la educación. En este aspecto son muy variadas las inquietudes, desde la revalidación y homologación de los títulos hasta la vigencia del pensamiento de la Reforma Universitaria de Córdova. Y por último, el debate sobre la identidad cultural latinoamericana.

«A partir de estos cuatro grandes ejes, también se tocarán otras temáticas como medio ambiente y cambio climático; sistemas de salud, democratización de los medios, igualdad de géneros, derechos humanos.

«Es una amplia lista, y resulta interesante que siendo un congreso de estudiantes el abanico temático sea tan amplio. Esto demuestra que son muchas las preocupaciones, las dudas, y también los deseos de aportar de los jóvenes al mejoramiento de la realidad que nos rodea».

«Tras 45 años de trabajo, se muestran resultados alentadores en cuanto a gestión, vínculo, relaciones de trabajo, no solo de las organizaciones que la integran con la dirección de la OCLAE, sino entre estas propias asociaciones estudiantiles, lo cual demuestra que estamos en un proceso que nos permite avanzar mucho más, pues tenemos una estrategia definida».

Apartar diferencias y aunar voluntades

Maydel Gómez Lago, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria de Cuba, es una de las delegadas al XVI Congreso de la OCLAE. Profesora de Historia, remarca que la sede de Uruguay tiene un carácter histórico, pues allí, hace 56 años, se realizó el primer congreso latinoamericano de estudiantes.

—¿Qué diferenciará este evento del último, celebrado en Ecuador?

—El congreso de Ecuador marcó quizá el inicio de un momento distinto, que está viviendo América Latina, de fuertes cambios, en que ha habido un acompañamiento a los Gobiernos progresistas de la región.

«Este Congreso va a enfrentar un hito distinto. Han pasado cuatro años y se han materializado algunos acuerdos, pero además, algunas organizaciones, como el caso de Chile y Puerto Rico, que están enfrentando problemas muy graves, se han hecho más fuertes.

«Por eso estamos hablando ahora de incorporar más organizaciones a la OCLAE. No se trata de sumar por sumar, sino de agregar a aquellas que han tenido un trabajo meritorio y que representan intereses genuinos del estudiantado universitario.

«Cuba lleva una misión fundamental, la de apartar las diferencias y aunar voluntades. Indiscutiblemente somos distintos, con culturas diversas, pero apartamos esas discrepancias en pos de un objetivo común: unir el movimiento estudiantil latinoamericano».

—¿Por qué se le atribuye tanta importancia a la educación?

—El tema de la educación superior en América Latina está en muchas agendas, no solo del movimiento estudiantil. Y no puede existir este Congreso sin que se profundice en lo que significa la educación para el continente.

«Los cubanos, aunque no sufrimos esa situación, vemos cómo el movimiento estudiantil está viviendo el impacto de una educación que no responde a los intereses de los pueblos. Chile es quizá el ejemplo más cercano.

«La OCLAE siempre ha defendido el derecho a la superación, el acceso a una universidad pública como algo ventajoso para la sociedad. Cuba es el ejemplo de que eso se puede tener, y por ello es la aspiración de muchos jóvenes latinoamericanos».

—Cuba vive momentos importantes de su historia. Los ojos del mundo están sobre nosotros.

—Sabemos que vamos a enfrentar inquietudes en relación con el proceso que vive ahora nuestro país. La actualización del modelo económico estará entre las primeras preguntas, y por supuesto, tenemos las respuestas.

«Existen muchas interrogantes acerca del acceso a la educación superior. Pero estamos claros de que los delegados no cubanos no poseen todas las respuestas porque los medios de comunicación en esos países no están reflejando la verdad de Cuba. Por eso, nuestra misión en el Congreso no es solo participar activamente en un taller determinado. Dentro y fuera del evento tratamos de transmitir la verdad sobre Cuba.

«Entre estas verdades está que el acceso a la educación superior no está limitado por problemas económicos, sino que tiene que ver con la calidad. Los cambios que se han realizado han tenido que ver con cómo seguir defendiendo la calidad de la enseñanza en Cuba, no solo la superior.

«Es una cuestión de principios. No es educar por educar, sino que cada cual tenga lo que le corresponda, y que el país pueda actualizar su modelo económico a partir de tener los profesionales necesarios. Esa es una de las cosas que siempre ha defendido Cuba: la universidad nuestra no forma desempleados, forma lo que necesita la sociedad».

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