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¡Vivito y coleando!

En Los Regañones uno de los grandes del periodismo y el humor literario en nuestra prensa: Pedro Emigdio Viñas Alfonso.

Autor:

JAPE

La equívoca lectura (o redacción) de una nota que recibí, donde se hablaba de que el pasado día cinco de agosto se hubiera celebrado el cumpleaños de un amigo, me dio la idea de que ya ese gran hombre no estaba entre nosotros. Habían pasado muchos años sin vernos y desde la lamentable epidemia de la Covid, son muchas las malas noticias, y las despedidas sin duelos ni avisos.

Confronté con varios colegas y para ellos, aunque no habían dicho nada oficial, era posible su partida, pues al igual que yo: hacía mucho tiempo no sabíamos de él.

Entonces decidí hacer algo que traía en mente desde algún tiempo atrás: Dedicarle un número de Los Regañones a uno de los grandes del periodismo y el humor literario en nuestra prensa: Pedro Emigdio Viñas Alfonso.

Ismael Lema, caricaturista y actual director de Palante, se había ofrecido a buscarme algunos datos en dicha publicación para, por muchas merecidas razones, presentarlo en mi sección. La ayuda demoraba a causa del mucho trabajo que siempre tiene Lema. Esa ambigua nota, y la fecha, me impulsaron a realizar la página con lo que tenía a mano: a fin de cuenta lo que más vale y brilla de Viñas Alfonso lo llevo en la memoria, y en haber compartido con él la lucha diaria por defender el periodismo y el humor gráfico cubano.

Siempre repito esa vieja máxima que asegura de que la vida real supera a la ficción. Luego de salir impresa la página de Los Regañones, dedicada al notable Viñas Alfonso, recibí desde el exterior la nota de un amigo común, el caricaturista José Delgado (Delga), que por 15 años ilustró la sección «Extraño» de nuestro amigo en Bohemía, diciendo que no se había enterado de la muerte de Pedro, y que lo sentía mucho.

Poco después recibí un mensaje de Idalmis Reyes en el que me comunica que Viñas Alfonso estaba «vivito y coleando», que hacía unos días habían celebrado su cumple junto a su familia. A ella envié rápido mi agradecimiento por su comunicación y mis datos para poderme comunicar con Viñas, si fuera posible.

Unos minutos después suena mi teléfono con un número desconocido y cuando lo tomo y me presento, me responde una voz conocida que me dice: Jape, ¡te habla el difunto!

Gran alegría me dio reconocer la voz y el inmenso sentido del humor de aquel gran amigo que dábamos por perdido. Hablamos mucho, recordamos algunas cosas, como aquella sección que ilustraba Delga, y los viejos tiempos en Palante.

También hablé con su hijo y quedamos en comunicarnos nuevamente. Es cierto que Pedro había desaparecido de la palestra pública y los medios de difusión luego de su retiro, pero sin dudas nos volveremos a ver, a reunirnos en Palante, en dedeté, en Melaito…, en su casa, o en cualquier lugar a fin, para seguir hablando y compartiendo tantas anécdotas, tantas historias que hacen de Viñas Alfonso un gran profesional y un excelente amigo.

Agradezco a este equívoco, y a Los Regañones en su inigualable función de rescatar todo lo bueno que hemos vivido como profesionales, como colegas, como parte de nuestra cultura. Rescatar del olvido a grandes creadores y creadoras. Rescatar del olvido innecesario, e incluso, de la muerte en la vida real, y en la memoria.

 

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