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Hitos de Cuba en París

Con el orgullo que nos dejaron nuestros deportistas en los recién concluidos Juegos Olímpicos, queremos destacar en esta edición cinco momentos importantes de la delegación en la magna cita

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

La Ciudad Luz apagó el domingo los reflectores de los Juegos Olímpicos. París ha pasado con éxito a la historia reciente del deporte mundial. Quedan ahora las imágenes de los triunfos, el recuerdo de cada batalla épica, las lágrimas y las sonrisas de los atletas dejadas sobre las pistas, los colchones, el agua o el asfalto parisino.

Para Cuba significó entrar de nuevo en el centro del olimpismo cargando hazañas (casi) irrepetibles. Aun cuando fue una actualización que no cumplió con los pronósticos hechos desde las oficinas, sí dejó grandes momentos guardados en el corazón de la gente.

Algunos de esos instantes los recordaremos en el presente trabajo, en el que no solo los ganadores de preseas estarán incluidos, porque hay actuaciones que pueden marcar el futuro, la renovación, y llegan a ser tan importantes como una medalla olímpica.

Este será un resumen de cinco momentos que marcaron a la delegación cubana en París y con en el cual, por supuesto, usted puede concordar o no. A fin de cuentas cada quién valora las emociones y los instantes desde una visión personal. Eso sí, a todos nos une la certeza de haber vibrado orgullosos cuando nuestros atletas defendían con honor las cuatro letras gloriosas de Cuba.

Mito y leyenda de Mijaín

La hazaña de Mijaín López no solo pertenece a la mayor Isla del Caribe. Es parte suprema de la historia en 128 años del deporte olímpico. Nadie había ganado jamás el título en cinco citas consecutivas y en una misma prueba. Atrás del cubano quedaron luminarias, dioses del olimpo. Es, sin dudas, el hito mayor del deporte revolucionario.

Con su medalla de oro en París el Gigante de Herradura fue protagonista, tal vez, del resultado más sobresaliente de todos los juegos, con el que finiquitó su carrera dorada en la lucha grecorromana. No lo decimos por vanidad, sino porque resultó un símbolo en cada escenario parisino al que llegaba. Eso solo lo logran los grandes, los atletas extraclases como él. Mijaín encerró a Cuba en sus brazos durante los juegos, pero también fue América y leyenda en la ceremonia de clausura.

La pegada de Erislandy

Les soy sincero: a Erislandy Álvarez nunca lo visualicé en una final olímpica. Casi todos nos inclinamos porque Arlen López y Julio César la Cruz pudieran alzarse con el tercer oro en citas bajo los cinco aros. Pero el muchacho de Cienfuegos se encargó en París de romper los obstinados pronósticos.

Sobre el ring de boxeo nunca se cansó de tirar golpes, fue hacia adelante siempre contra todos sus exigentes adversarios, sin esconderse, y marcó la superioridad en cada combate. Cuando la final parecía más tensa enfrentando no solo a Sofine Oumiha, sino también al público francés, Erislandy hizo una pelea categórica. La medalla de oro no se le pudo resistir a uno de los jóvenes eléctricos de la delegación cubana. En él está encarnada hoy la renovación de la prestigiosa escuela de boxeo.

Primera vez por partida doble

Nadie contagió más de alegría a una Isla como lo hicieron las luchadoras Yusneylis Guzmán y Milaymis Marín, dos verdaderas guerreras sobre el colchón que terminaron vistiéndose de históricas al ser las primeras medallistas olímpicas de la lucha femenina de nuestro país.

Yusneylis, la subcampeona de París en los 50 kilogramos, fue todo empuje y decisión. A la final llegó sin conformismos a echar el resto, a intentar la proeza también contra los viejos prejuicios. La bronceada Milaymis, por su parte, significó la explosividad al derrotar a una multimedallista mundial por el tercer puesto. Estas niñas nobles, no lo duden, agrandarán su paso en lo adelante. Mientras, nos quedamos con esas imágenes alegres que contagiaron a todos, y con el abrazo sincero de ambas a su entrenador, Filiberto «el Puli» Delgado.

Cirilo y la regata histórica

A veces una presea de bronce no se valora a la altura o en la justa medida de las circunstancias. Enorme resultó la presea del doble medallista olímpico Rafael Alba, por ejemplo, luego de transitar por lesiones. Pero en el caso del tercer puesto de Yarisleidis Cirilo tuvo un matiz de espectacularidad y emoción en apenas 40 segundos.

Ciertamente la Cirilo tenía un pronóstico más ambicioso, según los entendidos, sin embargo, no hay nada que reprochar de un bronce sacado en la regata de C-1 a 200 metros más rápida de la historia. Nuestra canoísta, además de mantener a su deporte como medallista en estas citas, llegó a dos finales en sus segundos Juegos Olímpicos y con apenas 22 años.

El futuro sobre arena les pertenece

«Los voleibolistas de playa Noslen Díaz y Jorge Luis Alayo se convirtieron en la nueva revelación», decían los principales medios de prensa en la primera semana competitiva de París 2024, luego de que estos dos muchachos barrieran a todos sus rivales en la fase de grupo, incluyendo a los binomios de Estados Unidos y Brasil.

Ni un solo set cedieron en dicha instancia. Sin embargo, el caprichoso destino hizo que, en la fase de muerte súbita, en octavos de final, los cubanitos enfrentaran en duelo trepidante de tie-break a la dupla sueca número uno del mundo y, a la postre, campeona olímpica. ¿Qué hubiese pasado de correr otra suerte los nuestros? No lo sabemos. Pero lo que sí podemos intuir es que el futuro les pertenece a Noslen y Alayo si enfrentan cada partido como lo hicieron en las arenas de París.

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