Pese al rechazo mundial, prosiguen los planes genocidas de Netanyahu, desarrollados con el respaldo militar y logístico de la administración estadounidense. Autor: AFP Publicado: 15/05/2025 | 08:40 pm
Sin el menor escrúpulo ante el repudio mundial que provocan los encarnizados bombardeos diarios contra la población civil palestina en Gaza, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu prosiguió este jueves 15 de mayo, Día de la Nakba, el exterminio de la indefensa población civil en el territorio reducido a escombros.
Los ataques aéreos con poderosas bombas de fabricación norteamericana mataron al menos a 115 personas desde el comienzo del día en la minúscula Franja de 360 kilómetros cuadrados, anunció la Defensa Civil. La mayoría de ellos en la gobernación de Khan Younis, en el sur del enclave.
Entre las víctimas se identificó a la familia Shehab en la zona de Jabalia, que fue borrada del registro civil, como ha ocurrido con decenas de familias palestinas. El padre, la madre y sus hijos fueron asesinados, reportó una fuente local.
Las masacres que se repiten a diario son, sin embargo, una sangrienta prueba de su impotencia para liquidar la Resistencia Palestina a la ilegal operación de despojo y desalojo iniciada hace hoy 77 años, a la sombra del imperio anglosajón y de Estados Unidos.
Un camarógrafo de la agencia de noticias Associated Press, en Khan Younis, contó diez ataques
aéreos sobre la ciudad durante la noche y madrugada; vio numerosos cuerpos llevados a la morgue del Hospital Nasser de la ciudad, algunos llegaron en pedazos y las bolsas para cadáveres contenían los restos de varias personas. La morgue del hospital confirmó que 54 personas habían muerto.
Entre los muertos estaba un periodista que trabajaba para Al Araby TV, anunció la cadena de televisión catarí en las redes sociales, diciendo que Hasan Samour había fallecido junto con 11 miembros de su familia en uno de los ataques en Khan Younis.
El régimen sionista ha detenido el ingreso de toda ayuda al territorio, incluidos alimentos y medicamentos, desde el 2 de marzo, y expertos internacionales en seguridad alimentaria han advertido que Gaza probablemente caerá en hambruna si Israel no levanta su bloqueo y detiene su campaña militar. Casi medio millón de palestinos corren el riesgo de morir de hambre, mientras que otro millón apenas puede conseguir suficiente comida, según calificados organismos internacionales.
El 18 de marzo, el ejército israelí rompió una tregua de dos meses con Hamás y reanudó su ofensiva en la Franja de Gaza, capturando amplias zonas. Ese bloqueo israelí del territorio palestino ya lleva tres meses y casi 3 000 personas han muerto desde entonces, según el Ministerio de Salud de Gaza. Desde el 7 de octubre de 2023, la ofensiva de Israel ha dejado al menos 52 928 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según los últimos datos del Ministerio de Salud del enclave, considerados fiables por la ONU.
Netanyahu prometió a principios de semana seguir adelante con la escalada de guerra de Israel para conseguir su objetivo de destruir al grupo militante Hamás.
La organización defensora de derechos humanos Human Rights Watch dijo este jueves que el plan declarado de Israel de apoderarse de Gaza y desplazar a cientos de miles depersonas «se acerca cada vez más al exterminio», y pidió el rechazó de la comunidad internacional.
Sin embargo, Netanyahu ordenó el incremento de los ataques al tiempo que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emprendió una visita al Medio Oriente, que incluyó a Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Catar, pero excluyó a Israel.
La gira de Trump resultó un jugoso viaje de negocios que incluyó acuerdos de ventas de armamentos, aviones, cooperación nuclear, así como importantes inversiones inmobiliarias a cargo de la empresa familiar de Trump y asociados representados en su Gobierno.
En una aparente señal que semejantes compromisos podrían tener una contraparte en generar un ambiente favorable en la región, Trump declaró junto al príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman la voluntad de poner fin a la guerra Israelí en Gaza.
Según expresó Salman, es preciso «poner fin a la guerra en Gaza y encontrar una solución permanente e integral al problema palestino».
La apertura de un proceso real de paz queda ahora en las manos de Trump, colmadas de multimillonarios regalos y agasajos que tal vez inclinen la balanza en el sentido a la camarilla guerrerista de extrema derecha de Netanyahu, que de seguir en el poder puede arruinar los sueños de grandeza de Trump.