Liuba María cumplió la deuda pendiente con su amigo, el Dr. Julio Fernández Bulté. Entre acordes de una guitarra y emociones nunca suficientes, el pasado viernes la cantautora Liuba María Hevia cumplió la deuda pendiente con su amigo, el recientemente fallecido Dr. Julio Fernández Bulté.
Bajo la custodia de las columnas imponentes de la casi tricentenaria Universidad de La Habana se reunieron familiares, amigos, estudiantes y profesores en un concierto diseñado para la ocasión, donde la propia Liuba aseguró que más que un repertorio interpretaría una selección de posibles canciones para el encuentro prometido en casa del profe Bulté, y postergado más de una vez.
«Qué buen regalo, a que sí», expresó la autora confesándose nerviosa, luego de interpretar temas como Si me falta tu sonrisa, Tristeza, Dueños de mi fe.
Y como la poesía siempre resulta una amiga insustituible, también se escuchó el poema Los heraldos negros, de César Vallejo en la voz de Aramís Milán, el aprendiz de jurista que agradece «haber conocido a uno de los profesores más ilustres de la Universidad, y de quien aprendió no solo de leyes sino también de la vida».
Y entre lágrimas de emoción y canciones regaladas, la noche de invierno se tornó cálida, pues el amor profesado rondaba y llenaba el ambiente para los que habían decidido reunirse y recordar, porque existe vida en el recuerdo de la esposa que suspira, el hijo que añora, el nieto que pregunta, y los amigos que extrañan.
El Dr. Julio Fernández Bulté, o el profe Bulté como le decían sus conocidos, fue Profesor de Mérito de la Universidad de La Habana, en cuya Facultad de Derecho impartió clases por más de 40 años.