La indignación del pueblo cubano crece en la medida que pasan los días y el terrorista Luis Posada Carriles continúa en libertad. Foto: Roberto Suárez GUANTÁNAMO.— El terrorismo, las injusticias y los dobles raseros de la política del gobierno norteamericano fueron denunciados ayer por miles de pobladores de esta primera trinchera antiimperialista de Cuba, reunidos en la plaza de la Revolución Pedro Agustín Pérez.
Mientras Bush proclama a los cuatro vientos su cacareada guerra mundial contra el terrorismo, acoge, protege y pone en libertad a Luis Posada Carriles, el más letal de los terroristas de este hemisferio, autor de varios asesinatos, entre ellos la voladura de un avión civil cubano, cuyas víctimas —73 personas— engrosan su récord criminal.
Esa lacerante verdad la denunció la pionera Jessica Elías Domínguez, quien, en representación de sus compañeritos instó al presidente de los Estados Unidos a regresar a Posada a la cárcel y liberar a los cinco jóvenes cubanos verdaderos luchadores contra el terror y las injusticias.
La estudiante Norka García, quien alzó la voz de la FEEM, aseguró que el estudiantado guantanamero estaría dispuesto a encerrar con sus propias manos a Posada Carriles, con tal de que no cometa más vandalismos.
Y hubo otros argumentos para más denuncia: «en nuestro territorio los yanquis mantienen, contra la voluntad de los cubanos, el centro de terror y muerte que constituye su ilegal base naval», abundó la estudiante.