La tecla del duende
EL espirituano Noelio Ramos tiene el raro don de la versatilidad. Escritor, humorista, promotor cultural, organizador de instituciones; pero antes que todo, hombre y amigo, como quería el poeta. De su libro inédito Ciudad de nadie son los versos para este jueves.
1. Cierro esta casa, tan llena, tan vacía/ Con esta mesa sin vino ni alquitrán/ Con esta sábana tuya que era mía/ Con esta mancha de vino y qué dirán.
Y es que al estar sin ti, y sin embargo/ Por las ventanas que cierro sin cerrar/ Entra un sol que me quema por amargo/ Y una luna de miel sin endulzar.
En el patio de claros, las alfombras/ Un naranjo florando a limonar/ Los rosales de nombres que te nombras// Esta casa se cierra con urgencia/ Al escape del eco y a tu ausencia/ Al lenguaje callado de las sombras.
3. No piense usted, amiga, que la olvido/ Olvido tal vez algún detalle/ Y en nada me preocupa que su talle/ Se niegue a detallar aquel vestido.
¿Quién le ha dicho, amiga, que he perdido/ El gusto a que su verbo me avasalle?/ No dudo que hay momentos en que falle/ mi táctica de viejo pervertido.
La duda no es candil, no reconforta/ No es cierto que estimule, no cautiva/ Tormentas de pasión jamás desata.// Es veneno eficaz donde se escuda/ Cuando muere, el amor. Porque la duda/ Es certero puñal que hiere y mata.
7. Yo admiro a los amigos que me leen/ —incluyo a los que luego me critican—/ Y hasta el culto sagrado que practican/ Por el hombre sencillo en el que creen.
Yo adoro a los tangibles que poseen/ Esos dones que a veces mortifican/ Los que van a mi lado y no claudican/ No importa qué futuro me deseen.
Los que están a mi lado en los jolgorios/ Que comparten sin lágrimas mortuorios/ Los que falsas virtudes siempre alegan// Son aquellos que a ratos se alejaron/ Son los mismos que siempre regresaron/ Los que tardan un poco, pero llegan.
10. La crisis, el estrés, los altercados,/ Los dimes y diretes, los mendrugos,/ La lengua sermonal de los verdugos,/ Los juicios sin bufetes ni abogados.
Los críticos prefectos desplazados/ De la carpa del circo, los tarugos,/ La lana, los corderos sin los jugos/ Que suelo perder en los mercados.
Los parques sin luces ni alguaciles,/ Esa copa servil de la cerveza,/ Con la eterna amenaza sin fusiles.// La duda fatal de inquisidores/ Que mueren matando los abriles./ Los malos jugando a ser peores.
De lo feo del mundo se busca alivio en la mujer, que es en el mundo, la forma más concreta y amable de lo hermoso. José Martí