La tecla del duende
La gente, siempre la gente, los pequeños e infinitos universos que alientan a los seres humanos y sus comunidades, no dejan de asombrar. Así lo sintió el jurado del concurso Cuéntame de tu barrio, integrado por la maestra de narración oral Mayra Navarro, el subdirector y columnista de JR Ricardo Ronquillo y nuestra joven colega y poetisa Yunet López.
A juicio de ellos las historias, que llegaron de todas las provincias del país, escritas por diversas generaciones de cubanos, evidenciaron la profunda identificación sentimental con los poblados, la añoranza por ciertos espacios y valores, la singularidad de los personajes pintorescos, la crítica a baches de la cotidianidad y, también, la visión de futuro, abriendo paso a la esperanza fundadora.
Aquí están los ganadores: primer premio: Miriam R. Cruz Méndez (La Habana); premios: Leidys Medina Velis (Camagüey), Pedro F. Leiva Rodríguez (C. de Ávila), Vivian Rodríguez Chamizo (La Habana), Yoylán Cabrales Gómez (La Habana), Lino E. Verdecia Calunga (Holguín), Mariana de la C. Carrillo Gómez (La Habana), Lucrecia Marrero Delgado (V. Clara), Jorge E. Paredes Esponda (C. de Ávila), Pedro A. Menéndez García (La Habana), Pablo E. Valdés Pérez (La Habana), Rafael García Breto (La Habana), Luis O. Milián Zambrana (Matanzas), Lidia de los A. Hernández Rodríguez (La Habana), Noel Oliva Gómez (Matanzas) y Alicia V. Rodríguez Macías (S. Spíritus). Asimismo, el jurado decidió otorgar dos reconocimientos especiales: a Libia A. Delgado Morejón (V. Clara), por remitir un valioso folleto de Estampas ranchovelozanas (2008-2012) prologado por Zoila Barberena, que se conecta muy bien con el espíritu del concurso; y a Juana Mora Soria (Holguín), quien, con la tenacidad y ternura de sus 94 años no quiso quedarse fuera de la lid. A todos: ¡Felicidades!. Sábado 17 de junio, Fragua Martiana: premiación.
Teclas atrás cometí el error de identificar a Luisa Oneida Landín como directora de la Librería Alma Máter, cuando ella es promotora cultural allí. Ofrezco disculpas. Luisa no necesita ni blasona de más cargos que su poesía, de la cual les dejo este soneto, que parte de un verso de Carilda Oliver:
Azul. «Amor, amor, sujétame esta gota»/ Este modo tan mío, este remanso./ Este infinito azul donde no alcanzo/ encontrar la salida más remota./ Me pierdo en ti, amor, de ti devota/ desde el lejano azul hasta la fuente/ donde quise beberte la simiente/ que cubre esta armazón de nube rota./ Este leve temblor de lluvia ignota/ se torna tempestad tan de repente./ Yo busco en ti, sin brújula aparente/ la razón de seguir por donde avanzo/ perdida como el pájaro más manso/ que canta su tristeza en cada nota.