La tecla del duende
Poeta. Narrador. Ensayista. Intelectual y militante que no rehúye la polémica. Así es el espirituano Antonio Rodríguez Salvador, o «Chichito», como se le conoce entre amigos y contertulios. Aquí va un simpático comentario suyo:
«Parafraseando a Cortázar: cuando te regalan un celular, en realidad eres tú el regalado al celular. Desde ese mismo instante pasas a ser propiedad de él; te esclaviza; a toda hora te pone a tirarte selfies, o foticos a cuanto pariente o bicho raro aparece. Qué angustia si una aplicación que tiene el teléfono de tu vecino no está en el tuyo, o si sales a la calle y descubres que se te quedó. Ah, y si hay dos minutos de diferencia con el del amigo, qué discusión. Tu teléfono te obligará a defenderlo a capa y espada; a actualizarlo constantemente, a mirarlo cada cinco minutos, por gusto, mecánicamente, más posesivo que una novia, más exigente que un jefe perfeccionista... Ay, mi madre, y cuando más ocupado estás, suena la musiquita de un mensaje, y luego otro, y otro, y no das abasto con tus dedos torpes... pero si no suena es peor: ¿se habrá roto?... ¿no habrá cobertura?... y lo miras implorante, rezando para que no te abandone». (Tomado del perfil de Facebook del autor)
Estaba sentado en el vestíbulo de la Editorial de la Mujer, avanzando trabajo en la laptop mientras aguardaba por una reunión. «Disculpe que lo interrumpa —me dijo este veterano, sonriente y vestido de completo azul—. Si quiere, anote ahí en la computadora que estos son los mejores pasteles del mundo». Y me señaló las dos mochilas que cargaba. «En una tengo de coco y en la otra de guayaba»… «Gracias —le respondí también con una sonrisa, pero acabo de desayunar». «No, no… No importa que no me compre, al final el dinero hace falta, pero no es lo más importante. Tal vez al salir ahora a la calle, me caigo y los que habitualmente me compran pasteles, no pueden recogerme. Y quizá es un desconocido el que carga conmigo para el hospital y me salva la vida», me explicó. Terminé comprándole y agradeciéndole. Después oí que se llama Silvio. Y era verdad: estaban deliciosos.
Será este domingo, 10:00 a.m., en el Museo Serafín Sánchez. Tema: Día de las Madres.
Mi Ñata: Si en las buenas te quiero, en las malas te amo... Resiste, el futuro está a nuestro favor. Lázaro
Una esperanza reaviva otra esperanza; una ambición, otra ambición. Séneca