Frente al espejo
¿Queremos una clase más elocuente de educación formal que el artículo de la Dra. Graziella Pogolotti publicado el domingo 26 de octubre (Educación ¿formal?)? Ella ha demostrado que la educación formal no se impone por decretos y fórmulas. Esa se logra desde la cuna, y la familia juega un papel esencial aun cuando la escuela contribuye de manera decisiva teniendo en cuenta que el niño, el adolescente, el joven que estudia está más tiempo en ella que en su casa.
«Los primeros valores se forman en la casa; lo bien formado en ella jamás se desvanece. Muchos factores objetivos y subjetivos atentan actualmente contra ese proceso y provocan que en muchos casos la familia se desentienda del verdadero y único papel que juega en la formación y desarrollo de sólidos valores y convicciones en sus hijos. Por eso es tan importante rescatar la verdadera relación entre la familia y la escuela, y aprovechar aquellas contradicciones (…) que favorezcan obtener un desarrollo armónico e integral de nuestros hijos para que aprendan a vivir en nuestra sociedad...». (Ezequiel Romero Bello, Villa Clara)