Acuse de recibo
Galina Piloy Pilar (calle C, Edificio 11, apto. 22, reparto Sánchez Soto, Camagüey), sicóloga del Centro Provincial de Medicina Deportiva, es una feliz beneficiaria del Programa Nacional de Atención a la Pareja Infértil del Ministerio de Salud Pública.
Es una mujer agradecida. Y el propio 11 de septiembre, día que dio a luz un par de gemelos con apenas 36 semanas de embarazo de alto riesgo, ingresada aún en el hospital materno Ana Betancourt de Mora, me escribió para plantear algunas inquietudes.
«¿Por qué a las gemelares solo les ofrecen una cuna? ¿Por qué Camagüey tiene tantos atrasos en esa cuestión? Según me informaron, la última asignación fue en el mes de abril. Y de acuerdo con el comentario de las gestantes gemelares de mi cubículo, que son de varios municipios, hay un atraso aproximadamente de un año, que no les asignan cunas ni colchones.
«He llegado a la conclusión de que tendremos que arreglárnoslas como podamos, o acostar a nuestros hijos con ambos padres, corriendo el riesgo, como sabemos, de un fatal accidente».
Precisa Galina que quien vive de su salario debe hacer gastos extraordinarios, pues se duplican las obligaciones para suplir las necesidades básicas de esas criaturas. Aboga por que el Estado priorice la entrega de dos cunas a los casos gemelares en el tiempo requerido, porque el precio de estas y de los colchones por la calle es excesivo.
Si lo más difícil y costoso se logra, que es el Programa de Atención a la Pareja Infértil, que corre a cuenta del Estado, ¿cómo es posible que después haya tantas dificultades en lo más sencillo, como las condiciones para que esas criaturas tengan lo mínimo para dormir y descansar?
Yudeni León Alejo (calle Camilo Cienfuegos 98, entre Calixto García y José Martí, Santa Isabel de las Lajas, Cienfuegos) afirma que desde hace años ese municipio es el que más perros callejeros ostenta en la provincia de Cienfuegos, según el periódico 5 de Septiembre. Y con tristes récords.
Precisa que la opción primera fue matarlos en la vía pública: le echaban un pedacito de carne con veneno, los canes morían, y después venía una carreta y los recogía, delante de los pobladores, incluso de los niños.
Hace poco tiempo, señala, construyeron una perrera al lado del policlínico, pero no tiene agua ni salida para los residuales de esos animales. Tampoco se les puede garantizar alimentación a esas criaturas durante el tiempo que permanecen allí.
Refiere la remitente que el pasado 2 de agosto presentó esa queja al Gobierno municipal, le dijeron que le darían respuesta, y todavía ella la está esperando. No obstante, habló con el responsable de la perrera y este le dijo que en el comedor del policlínico solo había cáscaras de plátano, que si ella tenía algo para los animales, se lo agradecería.
Argumenta Yudeni que si los gobiernos locales tienen autonomía para manejar ciertos recursos, «¿por qué Lajas no hace una campaña de esterilización masiva de esos animales? ¿Por qué no se les da la posibilidad a las personas que este problema afecta, de tener un lugar donde puedan atender voluntaria y gratuitamente con sus recursos a esos perros, de una forma humana?
«Hasta cuándo será una tradición ver cómo cazan a esos perros en la calle porque solo andan detrás de algo de comer, para encerrarlos en una jaula y dejarlos morir de hambre y sed, sin un rastro de compasión?», concluye.
Daniel A. Serrano Rivera (calle 15, edificio 3, apto. 15, entre 18 y Avenida de los Libertadores, reparto P. D. Coello, Holguín) es vocalista del conjunto de música campesina Cacuyuguín, que fue evaluado en el primer semestre de 2018 en el primer nivel.
Y desde entonces aguardan por los documentos que avalen tal evaluación, pues esta es la fecha en que el Instituto de la Música no acaba de enviarlos a la provincia. De la empresa holguinera de la música han ido varios funcionarios al Instituto de la Música y les ha sido imposible retornar con dichos documentos.
«El problema, expresa, es que cuando lleguen a nuestra empresa solo nos pagarán el salario de la nivelación con seis meses de retroactividad. ¿Quién pagará los otros meses perdidos por falta de agilidad en el envío de nuestros documentos por el Instituto de la Música?», concluye.