Alejandro Gil Fernández, viceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 18/12/2020 | 03:29 am
En las conclusiones de la presentación a la Asamblea Nacional del informe Resumen de la economía del año 2020 y Objetivos generales del Plan de la Economía 2021, el viceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, subrayó que el año que va terminando, marcado por la pandemia de la COVID-19, nos ha demostrado el «valor de la planificación centralizada».
«Cuba, bajo el intenso bloqueo, no se ha quedado detenida esperando a que las soluciones caigan del cielo, porque sencillamente no lo harán», sentenció describiendo un año donde solo se recibió el 55 por ciento de la divisa prevista y apenas se ejecutó el 60 por ciento de las importaciones.
No obstante, se preguntó: «¿Cómo hemos alcanzado ejemplares resultados en la batalla contra la COVID-19, que nos ha costado cien millones de dólares que no teníamos planificados?».
Reconoció que «hay colas, que no se estabiliza la oferta de productos»; eso «es cierto y lógico, pero el pueblo razona, expresa y debate. Esa permanente retroalimentación es el mejor plan de la economía que tenemos».
El Viceprimer Ministro señaló que se entrará a 2021 con grandes desafíos; que no se podrá dar grandes saltos económicos, pero estos se darán. Será de forma gradual «compartiendo con justicia lo que tenemos y desarrollándonos». Será un año de grandes transformaciones.
El Plan de la Economía 2021 proyecta una gradual recuperación de la actividad económica, con un crecimiento del PIB a precios constantes de entre un seis o siete por ciento.
Será el inicio de un repunte bianual (2021-2022) que permita recuperarnos de las caídas experimentadas en 2019 y 2020. Cuba no renunciará a las metas de crecimiento previstas para la segunda etapa del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, afirmó el Viceprimer Ministro.
Previamente, al explicar la proyección de la recuperación de la economía en la etapa que se abre, Gil Fernández expuso que el PIB del año 2019 cayó 0,2 por ciento con respecto a 2018.
Fue un declive condicionado por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de EE. UU. contra el pueblo cubano, la persecución internacional para que no llegaran combustibles al país, y el incremento de otras medidas punitivas, denunció.
No obstante, las «medidas adoptadas para enfrentar la situación energética y el reordenamiento de un conjunto de actividades productivas y de servicios, permitieron enfrentar ese complejo contexto y que la caída del PIB no fuera superior».
Sobre el comportamiento de 2020, explicó que a las tensiones de 2019, que continuaron este año, se adicionó «la situación excepcional creada por la pandemia de la COVID-19, con un impacto directo en la economía». Para este año —informó— se estima un decrecimiento del PIB a precios constantes en el entorno del 11 por ciento.
«La actividad económica muestra decrecimiento en los cuatro trimestres de 2020 en comparación con iguales períodos del año anterior, por la fuerte contracción en el comercio exterior, la reducción del turismo internacional y de los ingresos en divisas; así como el impacto significativo en los sistemas de salud y educación derivados de la COVID-19».
El escenario económico en el que se elabora el Plan de la Economía para 2021 —argumentó el Vicepremier— continúa matizado por la incertidumbre asociada a la evolución de la pandemia de la COVID-19 y sus graves impactos en la economía mundial.
Se diseñó con el principio de asegurar objetivos esenciales: alimentos, combustibles, fertilizantes y plaguicidas, medicamentos, la defensa, y el financiamiento a la industria nacional para no importar lo que podamos producir eficientemente.
Se han introducido, además, «modificaciones para lograr mayor flexibilidad, objetividad e innovación en la respuesta a los problemas y búsqueda de soluciones», y donde se distingue:
—La descentralización en la distribución de divisas a la economía, reteniéndose por las entidades: parte de la liquidez por las exportaciones; el 80 por ciento por la venta a la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM); y el ciento por ciento por la venta a la red mayorista y minorista que comercializa en moneda libremente convertible (MLC).
—La aplicación de medidas para la empresa estatal, dotándola de mayor autonomía para decidir sobre sus producciones, inversiones y financiamientos; y la introducción de incentivos a la gestión empresarial.
El Ministro de Economía y Planificación explicó que para 2021 se prevé un crecimiento en el entorno del 19 por ciento de los ingresos en divisas por concepto de exportación de bienes y servicios con respecto al año que termina.
Al acotar sobre el comportamiento del turismo en 2021, indicó que se proyecta el arribo de 2 200 000 visitantes internacionales. Será el doble de lo previsto en el calendario que concluye; sin embargo, quedará muy por debajo de la capacidad y potencialidad que tiene el país, y la necesidad de divisas.
En 2020 —recordó— aspirábamos estar en el entorno de cinco millones de visitantes, pero producto de la COVID-19, solo llegaremos a alrededor de un millón de arribos de turistas.
Sobre otra variable, los ingresos totales en divisas en 2021, indicó que se planifica crecer 10,4 por ciento en comparación con 2020, pero eso representaría aún 16,2 por ciento por debajo de lo alcanzado en 2019, año que a su vez fue duro debido a las medidas punitivas impuestas por EE. UU.
Se planifica un crecimiento del 12 por ciento en importaciones de bienes y servicios. El 17 por ciento de las compras en el mercado internacional se destinarán a alimentos y el 20 por ciento a combustibles, lo que suma el 37 por ciento del total de importaciones a hacer.
Se proyectan crecimientos de producciones nacionales, tanto de la actividad agropecuaria, como en la industria manufacturera, lo cual fue argumentado por Gil Fernández.
El Plan de la Economía prevé que la producción de alimentos crezca ostensiblemente en el arroz, el maíz, los frijoles y la leche. La carne de cerdo tendrá una ligera recuperación.
En la industria se planifican crecimientos en las producciones de acero, madera, productos de aseo, electrodomésticos, bicicletas, motos y triciclos, entre otros rubros.
«Aún por debajo de la demanda, se proyecta también una mayor participación de la industria nacional como proveedor de la red de comercialización minorista y mayorista en MLC, lo que permitirá financiar parcialmente producciones para la venta en moneda nacional (CUP)».
También dijo que se planifica un consumo total de combustibles equivalentes a 7 504 600 toneladas, una disponibilidad menor a la que se tuvo en 2020.
La generación de electricidad superará los 20 107 GWh, un crecimiento del 2,2 por ciento con respecto al año que concluye. Abundó al respecto que las fuentes renovables de energía alcanzarán un 6,3 por ciento de participación en la estructura de generación (en 2020 cubrió el 4,5 por ciento).
En el Plan no se diseñan apagones, si los hubiera dependerá más de nosotros, de la conciencia que tengamos sobre la necesidad del ahorro y de trabajar con eficiencia, subrayó. Al mismo tiempo, «se mantienen las medidas de eficiencia que han sido aplicadas a partir de la contingencia energética».
En 2020, a pesar de las restricciones, se terminarán 47 400 viviendas y se concluirán importantes inversiones en sectores priorizados, como el agropecuario, el hotelero, el transporte, el energético, el petrolero y el hidráulico, entre otros.
Para 2021 el plan de inversiones se incrementa un 22 por ciento con respecto al estimado de 2020, distribuidas por provincias, un 12 por ciento corresponde a inversiones de subordinación local. El 60 por ciento de las obras se concentran en los sectores priorizados.
Gil Fernández informó además sobre el comportamiento en 2020 y las perspectivas para 2021 del transporte, el comercio y otros sectores, que enfatizan que pese a las dificultades, el desarrollo del país no se detendrá.
Como parte de la política social de la Revolución, se continúa respaldando los indicadores en los sectores de Educación, Salud, Cultura, Deportes y de la Radio y la Televisión.
Se proyecta también un incremento del empleo en la economía, tanto estatal como no estatal. No obstante, se proyecta un incremento en la tasa de
desocupación, algo positivo si se entiende que este indicador se refiere a personas que buscan un puesto de trabajo.
Gil Fernández recalcó la necesidad de continuar generando nuevos empleos, sobre todo vinculados al desarrollo local. Con respecto al salario, explicó que en 2021 «se aplicará en el sector empresarial un nuevo mecanismo, que comprende la eliminación de los sistemas de pago condicionados al cumplimiento de indicadores directivos, y se establece la distribución de la utilidad, como ingreso móvil adicional al salario».