Miguel Díaz-Canel asistió al Pleno Ampliado de la UPEC, donde se aprobaron los documentos del 7mo. Congreso del Partido. Autor: Yoandry Ávila Publicado: 21/09/2017 | 06:34 pm
La comunicación es una plataforma articuladora de todos los actores de la sociedad para que las prioridades políticas se conviertan en prioridades de todos, a la vez que es un recurso estratégico del Estado y de sus diferentes procesos.
La afirmación la hizo este viernes el doctor Raúl Garcés Corra, decano de la facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, durante la sesión especial del 6to. Pleno Ampliado de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), que analizó los documentos del 7mo. Congreso del Partido que desde el pasado 15 de junio se abrieron al debate nacional para enriquecerlos y perfeccionarlos.
Durante la consulta, a la que asistió Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Partido y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Garcés Corra afirmó que la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista —uno de los textos evaluados— es un proyecto que supera con creces otras propuestas relacionadas con la comunicación dentro del país.
No obstante, pidió agregar un párrafo en el cual se aborde la necesidad de que en ese futuro deseado exista un sistema de comunicación pública, moderno y eficiente, con capacidad para articular las diferentes formas, soportes y lenguajes de comunicación disponibles, con modos de gestión funcionales a su desarrollo, y con liderazgo para construir corrientes de opinión hegemónicas dentro del consenso social.
Y es que la importancia de la comunicación, como aliada estratégica del socialismo que queremos construir y del porvenir de la nación, cobró vida en varias propuestas realizadas este viernes, tanto para la Conceptualización como para el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030: Propuesta de visión de la nación, ejes y sectores estratégicos.
Siguiendo ese hilo de pensamiento, varios participantes en el Pleno se refirieron al párrafo 110, que plantea: «La comunicación social es un recurso estratégico de dirección del Estado, las instituciones, las empresas y los medios de comunicación, al servicio de la participación —incluido el debate público— y el desarrollo del país, por lo que se regula y controla teniendo en cuenta la política trazada por el Partido Comunista de Cuba, que se refrenda en las normas jurídicas correspondientes».
Ricardo Ronquillo Bello, subdirector del periódico Juventud Rebelde, propuso adicionar en la Introducción de la Conceptualización, en especial donde se abordan las principales fortalezas con que Cuba cuenta para un desarrollo socialista y sostenible, que en el modelo actualizado existe un sistema de medios de comunicación de propiedad pública, que debe ser modernizado para acrecentar su influencia en el nuevo contexto sociopolítico e infocomunicacional.
«En el documento no se reconoce de modo explícito la importancia de un sistema de comunicación pública para el proyecto político, económico y social de la Revolución, y este no podría ser exitoso si no se cuenta con un sistema de información pública que lo apoye y fundamente su existencia», argumentó.
A esa propuesta se unió Gladys Egües, periodista de la Editorial de la Mujer, quien añadió que los medios de comunicación son fundamentales, certeros y definitorios en la confirmación de las mentalidades, de los sueños y aspiraciones de las poblaciones.
Con ese mismo espíritu, Rosa Miriam Elizalde, editora del sitio web Cubadebate, se refirió a que en el documento debe quedar bien claro cuáles son los medios fundamentales de producción y en ello debía incluirse un párrafo para declarar a los medios de comunicación como parte de estos, los cuales no pueden pertenecer a un ente privado o a un individuo, independientemente de su soporte técnico.
Yosley Carrero, periodista del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, expuso también que la participación y el debate público estén en igualdad de condiciones. Además, debe explicitarse que la información y la comunicación no solo deben ser ejercidas responsablemente por los profesionales de la comunicación, sino también por los funcionarios públicos, los cuadros y los directivos.
Pensar la nación entre todos
No solo de comunicación se habló durante la consulta de los documentos. Quienes llegaron hasta la sede la UPEC, en el Vedado capitalino, se refirieron también a importantes concepciones relacionadas con la vida económica y social del país.
Alberto Núñez, director de Trabajadores, apuntó que es trascendental que en la introducción del documento de la Conceptualización…, que tiene como basamentos esenciales el concepto de Revolución de Fidel y los Lineamientos…, esté también el concepto del General de Ejercito Raúl Castro Ruz de que el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana es uno solo y «únicamente el Partido Comunista, como institución que agrupa a la vanguardia revolucionaria y garantía segura de la unidad de los cubanos en todos los tiempos, puede ser el digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en su líder».
Además, Darío Machado, profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, señaló que debe existir un enfoque y balance histórico de lo ocurrido en la sociedad cubana desde el inicio de su Revolución hasta hoy. «Estamos discutiendo el futuro pero no está escrito un balance histórico crítico de los aciertos y errores, avances y retrocesos dentro del proceso revolucionario, y ello es fundamental, sobre todo para las nuevas generaciones que no han vivido todo este proceso», dijo.
Heriberto Rosabal, periodista de la revista Bohemia, fundamentó la importancia de la inclusión de las organizaciones que integran la sociedad civil socialista en el párrafo del documento sobre los principios del socialismo que sustentan el modelo; en particular en lo relacionado con la democracia socialista, pues las asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado, no son los únicos que integran nuestra democracia, como se plantea en el documento. A ello agregó Rosa Miriam Elizalde tener en cuenta también a las organizaciones políticas y de masas.
Rosa Miriam señaló que después del párrafo 47, referido a que en el Modelo es esencial el lugar primordial que ocupan las relaciones de producción socialistas, debe quedar explícito que ello se realiza «preservando el poder político». Y esto se logra «con la participación de los trabajadores y el control de los medios de comunicación, como voz de la sociedad organizada, y en función de la participación de la ciudadanía en las decisiones políticas y el control social».
Luego de destacar que el texto, al margen de los problemas formales, tiene un alto nivel conceptual y una visión muy realista de la encrucijada de la sociedad cubana, José Alejandro Rodríguez, periodista de Juventud Rebelde, en el párrafo 80, referido a una de las condiciones necesarias para todo el funcionamiento del sistema empresarial, la referida a la existencia de una clase obrera revolucionaria, capaz de trabajar con eficiencia y productividad en función del cumplimiento de los planes, propuso adicionar «y que también participa de la dirección y control de la gestión económica y social».
Ello, dijo, permite destacar el concepto del control popular, empoderar al pueblo y legitimar la existencia de una clase obrera revolucionaria, pero ejerciendo el control. Igualmente pidió en el párrafo 62, que hace énfasis en el tratamiento con imparcialidad de las reclamaciones y la debida respuesta a los ciudadanos, agregar que esa respuesta sea «ágil, profunda y transparente», pues hay muchos directivos que no contestan como se debe y se ha de tener respeto por el ciudadano.
Por su parte, Luis Sexto, presidente de la Comisión de Ética de la Upec, pidió que se esclarecieran algunos elementos relacionados con el párrafo 80 ya mencionado: ¿Cómo se le reconoce a la clase obrera revolucionaria su papel de dueño? ¿Qué es propiedad de todo el pueblo? ¿Qué concepto de pueblo se utiliza en el documento? ¿Es un concepto demográfico o sociológico o político? ¿Qué papel tiene el sindicato y cómo representa a esa clase obrera?
Ariel Terrero, director del Instituto Internacional de Periodismo, dijo que es necesario profundizar también en el asunto de las clases sociales. «Debemos recordar que hay clase obrera y personal técnico, que hoy es mayoritario. La sociedad ha evolucionado y no estamos hablando de la Cuba de 1959».
Es un documento excelente, y es novedoso que se le reconozca legitimidad a las aspiraciones individuales de los ciudadanos. Pero reconocer los fundamentos económicos no puede lacerar los valores éticos y las riquezas culturales, pues sin ello no podría alcanzarse esa sociedad próspera y sostenible de la que estamos hablando, dijo Ariel, al referirse al párrafo 52 sobre los requisitos para alcanzar esa nueva sociedad.
Randy Alonso, director de la Mesa Redonda y de Cubadebate, apuntó que no se puede separar el derecho a la vivienda de los otros derechos que tienen los ciudadanos, como sucede en los párrafos 69 y 70 del proyecto de Conceptualización, a la vez que propuso agregar que el derecho a la alimentación debe ser reconocido dentro del documento. Mientras que Omar George, del Telecentro de Cienfuegos, propuso agregar al final del párrafo 138, acerca de las unidades presupuestadas, que aunque sus servicios no son en esencia de carácter mercantil, «pueden generar ingresos que contribuyan a cubrir sus gastos en determinados casos».
Por su parte, Ricardo Ronquillo se refirió también a cómo en el documento están separados los conceptos de Partido único y democracia. «Tenemos que demostrar que la forma de organización unipartidista forma parte del sistema de democracia cubano», dijo el periodista, quien propuso unir en ese sentido los párrafos 59 y 60 de la Conceptualización. «Nosotros debemos fundamentar que el Partido forma parte del sistema democrático de la nación y cuánto nos ha aportado eso».
A no olvidar el papel del sindicato llamó José Alejandro Rodríguez al referirse al párrafo 155, que aborda que el Estado designa y revoca a los principales directivos del sistema empresarial. «Hay que tener en cuenta lo que piensan los trabajadores, por eso es oportuno añadir: teniendo en cuenta los criterios de las organizaciones de masas y del colectivo de trabajadores».
En lo referido a aplicar un sistema eficaz de protección al ciudadano como consumidor, abordado en el párrafo 249, apuntó que no se puede ser juez y parte, y por tanto se precisa crear una entidad que defienda los derechos del pueblo, con la potestad, el prestigio y la calificación necesarios para que la población acuda a ella. «Tenemos que tener en cuenta el principio de la indemnización. La entidad independiente tiene que defender los derechos del consumidor», dijo.
Al analizar el Plan Nacional de Desarrollo hasta 2030, se retornó a los temas relacionados con la comunicación. En tal sentido hubo coincidencias en proponer que esta sea contemplada como uno de los ejes estratégicos del Plan, al tener una presencia transversal en todos los sectores de la sociedad. Criterio como ese lo defendieron Ariel Terrero y la directora de la Editorial de la Mujer, Isabel Moya, quienes aseguraron que la comunicación está en el corazón de la vida contemporánea.
Ariel Terrero igualmente propuso en el párrafo 155 del Plan, la necesidad de crear condiciones sociales, laborales y tecnológicas como estímulos para la protección y estabilidad del personal de más alta calificación, mayor experiencia, jóvenes talentos y de difícil reemplazo, acordes con su perfil profesional y científico.
Durante el debate de ambos documentos del 7mo. Congreso del Partido —que fueron refrendados por el 6to. Pleno Ampliado de la UPEC— sus participantes también aludieron a temas que no pueden faltar en ellos o necesitan de mayor aclaración como los relacionados con la soberanía tecnológica, la necesidad de producción simbólica hacia las nuevas generaciones, la importancia de la política tributaria, así como atender el desarrollo pleno de la mujer en este contexto económico de cambios.
Asimismo se pidió atender con más prioridad los sectores vulnerables, el fomento de una cultura de trabajo y favorecer aquellos sectores que hoy son presupuestados y pueden generar sus ingresos, y generar desarrollo.
Si en algo coincidieron los participantes en el Pleno es en la altura conceptual de la Cuba que soñamos que refleja el proyecto presentado. En tal sentido Alina Perera Robbio, periodista de este diario, además de recomendar como muchos otros colegas, la revisión oportuna del estilo del documento, señaló que es necesario lograr que el pensamiento nuevo se imponga en este contexto que estamos viviendo y que el viejo quede atrás. «Sin esa voluntad de cambiar, no podemos funcionar. Todo depende de la validación de esta verdad compartida».