Acuse de recibo
Por lo general, directivos y funcionarios solo escriben a esta columna para responder a quejas y denuncias de los ciudadanos. Y es bastante poco común recibir una carta de una entidad que se adelanta, y aprovecha el espacio para brindar información y orientación a la ciudadanía.
Por eso felicito y agradezco a Nurys Rodríguez Rivera, jefa de Atención a la Población del Grupo Empresarial Constructor de la Administración Local de La Habana (GECAL), quien se remite a esta columna para informar sobre el objeto social y las funciones de esa nueva estructura que asume la actividad constructiva del Poder Popular en la capital.
Explica ella que GECAL surge a partir de la fusión de las antes llamadas micros sociales, el Movimiento de Microbrigadas y varios contingentes, con vistas a imprimirle a esas fuerzas un diseño empresarial.
Así, se constituyen seis empresas constructoras, las que, entre otras funciones, atenderán la conservación y rehabilitación de ciudadelas y edificios multifamiliares, pero no así de las viviendas particulares, las que deberán ser asumidas en tal sentido por sus moradores.
Además, GECAL contará también con la Empresa de Diseño y Proyectos de Ciudad de La Habana, la Empresa Provincial de Viales, la Empresa Provincial Productora de Materiales de la Construcción (PROMAT), la Empresa de Reparación y Montaje de Ascensores (UNISA), Nuevas Técnicas y la Empresa Provincial de Servicios Especializados de la Construcción (SECONS).
Especifica la funcionaria que cada una de esas entidades tiene un personal dedicado a la atención a la población, el cual trabaja por lograr una mayor eficacia de los servicios que prestan y la satisfacción de los clientes, para de esa manera disminuir las quejas que hoy reciben, en las cuales, asegura, están presentes problemas objetivos, pero también muchas veces subjetivos.
Yalina Casin Soto (Edificio La Plata, Piso 13 Apto. A., Avenida Victoriano Garzón, Santiago de Cuba) cuenta que el pasado 19 de septiembre fue a la oficina de CUBACEL en esa ciudad, para ponerle línea a un teléfono celular, Nokia XpressMusic 5130 del 2009. Y le dijeron que tenía que ir al taller de mantenimiento para descodificarlo.
Llegó al susodicho taller, el único en una gran ciudad como Santiago. Y después de una larga cola, la empleada le comunicó que ellos no tienen cómo descodificar ese tipo de teléfonos. ¿Es que el personal no está capacitado?, preguntó Yalina. Sí, respondió la empleada, pero ETECSA no nos ha dado las herramientas para descodificarlo.
«¿Cómo es posible que ETECSA no tenga esas herramientas y el particular sí, para descodificarlo?», pregunta Yalina, y dice más:
«Además, para descodificar un teléfono en dicho taller, labor que apenas demora diez minutos, tienes que dejar el equipo; porque la recepción está en la primera planta del edificio, donde no hay ni un banco en que sentarse. Y los técnicos están en un cuarto piso.
«Durante el tiempo que estuve en la cola llegaron varias personas para arreglar una batería u otras piezas. Y la compañera les decía: Tienes que venir dentro 15 días, porque el técnico que arregla eso está de vacaciones», añade la lectora, quien comprende que el descanso es necesario, mas cree que eso no puede justificar la demora, cuando la sociedad está aspirando a que haya más integralidad e idoneidad.
Sigue Yalina: «El servicio a la población comienza a las 8:30 a.m. Y ya a las 9:40 a.m., la empleada de la recepción le dijo a quien estaba al final de la cola que no diera más el último, porque ya con esos equipos que recogían trabajaban todo el día. ¿Dónde está la eficiencia de esa entidad?», concluye.
Y este redactor se cuestiona si no habrá que descodificar en la práctica palabras como eficacia, excelencia, liderazgo, dones que deben caracterizar a una empresa moderna y competitiva.