Hace poco le dije a mi novio que un amigo común me enamoró, pero yo lo rechacé. Me pareció que si no le contaba lo estaría traicionando. Desde entonces me evita, me maltrata, revisa mis mensajes y dice que no es suficiente para mí y voy a serle infiel
Y.R.: Hace poco le dije a mi novio que un amigo común me enamoró, pero yo lo rechacé. Me pareció que si no le contaba lo estaría traicionando. Desde entonces me evita, me maltrata, revisa mis mensajes y dice que no es suficiente para mí y voy a serle infiel. Espero que se le pase, pero no sé cómo salir de ese trato injusto sin perderlo.
En muchas ocasiones, la sinceridad es un cuchillo de doble filo, sobre todo para quienes no valoran lo que ocurrió, sino lo que puede ocurrir a sus espaldas. Es preciso aprender a lidiar con esas incongruencias propias de un amor inseguro, y ver cuál es tu parte de error en esa situación: contárselo o aceptar que la relación siga basada en la desconfianza mutua.
La idea de traición es diferente para las personas, aunque parezca tener un fondo común. Tal vez él siente que permitirle a ese amigo explicar su propuesta significa que estabas valorándola como posibilidad, o que tu confesión no es completa y pudo pasar algo más.
Cuando contamos un suceso así a la pareja no solo buscamos aligerar la conciencia. Alguna satisfacción personal hay siempre, y debes reconocer cuáles han sido las tuyas para entender también por qué te molesta su reacción.
Aliviar otras dudas, evitar males peores, buscar castigo o castigar, probar algo al otro, compararse, crear pautas de conductas futuras, provocar una confesión de su parte…
Aceptar significa merecer. ¿Es ese el mensaje que intentas darle? ¿Cuánto tiempo aceptarás esa espada de Damocles sobre tu cabeza? Tal vez es hora de repensar el futuro de la relación.