Y.S.: Estoy enamorado de mi primo. Hemos tenido intimidad y estoy confundido. No sé si él me gusta como hombre; tampoco me ha dejado claro sus sentimientos hacia mí. Sé que disfrutamos. No sé si puede ser posible que yo esté enamorado de mi primo, tampoco es normal mi obsesión y celos hacia él.
Ante tanta confusión sería pertinente interrumpir esos encuentros e intentar analizar qué sucede, hasta encontrar respuestas orientadoras. Sus preguntas son sumamente válidas, pero no tienen respuestas sencillas.
Entre familiares cercanos pueden estar presentes pasiones y afectos que llevan a confundir sentimientos. Entre hermanos y otros miembros de la familia existen celos, envidia, rivalidad, complicidad, amor, odio y mucho más. Por eso nos parece bien que dediques un espacio a esclarecer tus dudas.
Por otro lado, las relaciones entre miembros de una misma familia no solo implican riesgo genético para posibles hijos; además se trata de personas que tienen lazos históricos y cualquier dificultad entre ellos repercute en el funcionamiento del grupo familiar.
Hasta ahora han tenido juegos eróticos satisfactorios, pero una pareja es también intimidad subjetiva, compromiso, lazo decidido. Llama la atención que solo hables en términos de disfrute, obsesión y celos. Pareciera que hay algo que te desborda en esta historia, que va más allá de los límites. Por todas estas razones, te exhortamos a elaborar tus respuestas a esta confusión acompañado por un profesional.