Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

¿Qué pasa conmigo?

Autor:

Mariela Rodríguez Méndez

Y.C.: Según mis anteriores parejas, no soy mal parecido. Hace año y medio terminé mi última relación estable y desde entonces he tenido compañías momentáneas, pero nada fijo. Cuando les hablo de establecer una pareja formal, se cae el castillo de naipes y adiós. Otras  me han dicho que les agrado, pero no… ¿Qué ocurre? ¿Qué hago? Tengo 33 años.

Desconocemos lo sucedido. No podemos afirmar qué ocurre. Pareciera que precipitas la propuesta de unión cuando aún no se han fijado las raíces para un lazo más allá de lo casual. Solo tú sabes cómo han acontecido las relaciones hasta la negativa de esas mujeres.

Podemos suponer que agradarles no resulta determinante para trascender la compañía momentánea y establecer un compromiso. Es probable que ellas requieran algo más, sin encontrarlo en tu propuesta de estabilidad. Tal vez debas aprovechar esos momentos para identificar qué más puede desear la mujer que te acompaña y cómo convertirla en causa de tu deseo.

La estabilidad amorosa aparece cuando se tejen lazos más intensos: placeres, intimidad, identificación subjetiva, creencia en la otra persona, compromiso afectivo, son algunos de sus elementos preliminares. En los tiempos que corren, los primeros encuentros eróticos no predicen un curso estable.

Vale destacar que el amor no entiende de forzamientos. Es preciso saber esperar hasta que aparezca aquella mujer cuyo buen encuentro incite a ambos a emprender un recorrido mayor. No basta que demandes amor y compromiso para que se produzca. De hecho, estos suelen aparecer gracias a su cultivo en unión de la persona adecuada.

 Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica.

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